viernes, 24 de febrero de 2012

UN PASEO POR EL CABO DE LAS HUERTAS



Situado al Nordeste de la ciudad de Alicante, entre las Playas de La Albufereta y la de San Juan, es un paraje destacado de la geografía alicantina. Las huertas que antaño le dieron nombre, hoy han desaparecido y buena parte de su superficie está construida. Únicamente algunas zonas protegidas y la línea de costa (si bien, no toda) recuerdan todavía cómo era este paraje.
                                                                                                                           
 
La Playa de la Almadraba bajo un cielo tormentoso

Iniciamos nuestro recorrido en la Playa de La Albufereta donde, una vez más, maquinaria de obras andan removiendo la arena, tratando de arreglar los desperfectos de las avalanchas de agua que bajaron por el barranco en las últimas lluvias.

Antes de llegar a la Playa de La Almadraba, encontraremos restos de la explotación pesquera de los tiempos de la ocupación romana. Recordemos que el yacimiento de Lucentum está muy próximo de aquí.
En La Almadraba podemos ver la arena de pésima calidad (tamaño de grano enorme) que se vertió en esta playa allí hace poco en una actuación de regeneración pésima.
Vista al anochecer desde la Playa de la Almadraba

Enseguida nos encontramos la enorme explanación que pretendía ser el arranque del complejo del puerto deportivo de Puertoamor, paralizado a principios de la década de los ochenta. El corte del flujo de agua marina que crea esta obra influye en las calidades de aguas y arenas de los alrededores. Desde este punto tenemos una excelente vista de la Bahía de Alicante, cerrada al sur por el Cabo de Santa Pola y la Isla de Tabarca.

Tomamos un sendero que sale a la izquierda (pegado a un muro de ladrillo del centro de disminuidos psíquicos) y que se interna brevemente entre espesos matorrales. En las laderas encontramos muchas especies vegetales como el Asterisco (Asteriscus maritimus), los Gamones (Asphodelus sp.) o la Palmarina (Thymalea hirsuta). Vemos cómo algunas construcciones se encuentran casi en la misma línea de costa y pronto llegamos a la Cala de los Judíos.
Construcciones y la línea de costa
Dormilones o Agrets (Oxalis pes-caprae)

En una roca, frente a la pequeña cala, es fácil ver algunas aves marinas como el Cormorán Grande (Phalacrocorax carbo) y la Gaviota de Audouin (Larus audouinii) descansando y tomando el sol, siempre que no haya demasiada gente en la zona. La Garceta Común (Egretta garcetta) estará pescando en algún tramo tranquilo o pasará en vuelo siguiendo la costa.


 
Euforbia, Asterisco y Palmarina.

Seguimos hacia Cala Cantalar y podemos observar los efectos ambientales naturales sobre el terreno. El suelo del Cabo de las Huertas está formado por areniscas del Mioceno Superior (de hace entre 11 y 6 millones de años) que en algunos puntos pueden aparecer bajo rocas más recientes, formadas por microconglomerados muy ricos en fragmentos de fósiles, aportados por playas y dunas fósiles del Cuaternario, de unos 100.000 años de antigüedad.

La naturaleza carbonatada de las rocas hace que, en los puntos de contacto con el mar, se presenten formaciones kársticas, como microdolinas (o kamenitzas), una serie de pequeñas depresiones circulares en la roca, o el lapiaz, que crea en las rocas múltiples acanaladuras y crestas afiladas.

Microdolina o kamenitza 
 
Cormoranes Grandes tomando el sol en la Cala de los Judíos
 
Garceta Común

Si la orilla está formada por rocas de cierta altura, observaremos cómo el oleaje ha ido creando socavaduras en la línea de rompiente. En la misma orilla, pero más alejadas del mar, podemos encontrar otras socavaduras de mayor tamaño, motivadas por la fuerte erosión que provoca el agua marina y el viento y que recuerdan a las olas, con la cresta mirando al mar. Si nos fijamos, veremos diversos fósiles.


El oleaje constituye un elemento erosionador muy potente, formando socavaduras por la parte inferior de las rocas de la costa

En primer término, fósil de Clypeaster, un gran erizo marino cuya máxima expansión se produjo hace 10 millones de años

Fragmentos fósiles de Clypeaster.

Cala Cantalar está ocupada en parte por la ¿última? urbanización que se construyó en las cercanías del mar.

Cala Cantalar

Justo al rebasar Cala Cantalar, la ladera que encontramos frente a nosotros es una Microrreserva de Flora, espacio protegido de 1,2 ha. para la conservación de especies vegetales de interés. En este caso, la “Micro” del Cabo de las Huertas, tiene como especie principal al Limonium furfuraceu o Siempreviva alicantina, una planta de hasta medio metro de altura, que se desarrolla en suelos pobres y salinos y que en todo el mundo, sólo crece en nuestra provincia.

Limonium furfuraceu

A finales del invierno podemos encontrar muchas plantas ya en flor 
Moricandia arvensis y Cistus sp.

En esta zona, con un poco de suerte, podemos ver un ave totalmente negra a excepción de parte de la cola, que es blanca. Es la Collalba Negra (Oenanthe leucura) una especie frecuente en zonas pedregosas y secas y cuya población europea está disminuyendo, a pesar de estar protegida y englobada en los niveles de mayor protección. Su canto nos llegará desde lo alto de alguna roca u otro punto destacado.

Bajo la bota, en sentido vertical, un resto fósil de una bioturbación

Comparte este territorio con otras aves terrestres como Verdecillos (Serinus serinus), Verderones (Carduelis chloris) o Jilgueros (Carduelis carduelis), a los que añaden las numerosas Tórtolas Turcas (Streptopelia decaocto), éstas más frecuentes en las zonas urbanizadas. Algún Conejo de Monte (Oryctologus cuniculus) se refugia por aquí, aunque son menos frecuentes en los últimos años.

En las orillas podemos ver aves limícolas como algunos Correlimos Tridáctilos (Calidris alba) o los Chorlitejos Patinegros (Charadrius alexandrinus) correteando por la arena. En invierno, los Vuelvepiedras (Arenaria interpres) hacen lo que indica su nombre, buscar alimento bajo los cantos de la orilla, la misma actividad que desarrolla, con su larguísimo pico, el Zarapito Trinador (Numenius phaeopus). Algo parecido a un rayo azulado será lo que muchas veces podamos ver del veloz vuelo del Martín Pescador (Alcedo atthis) que busca pequeños pececillos en las zonas de aguas más mansas, para atraparlos con su pico, que usa como arpón.

La siguiente cala que nos encontramos es Cala Palmera, desde donde ya podemos ver el faro. Al lado de tierra, vemos que el suelo se levanta en vertical, formando microacantilados erosionados, de diferentes alturas y extensiones.

Fotografía nocturna de Cala Palmera. La luz de la izquierda es el faro del Cabo de las Huertas. La de la derecha corresponde a la Luna. 
 
El oleaje, con mayor o menor fuerza, bate la orilla continuamente

En ladera podemos observar cómo la erosión ha formado una serie de grandes oquedades llamadas “tafonis” por los geólogos. A una escala mucho menor, podemos ver en algunos puntos, los efectos del viento sobre los materiales que componen estas lomas, antiguas dunas.


Socavaduras o tafonis en Cala Cantalar 
Antigua cantera y búnker. 
 
Erosión alveolar, causada por el viento. El faro asoma por arriba.

Al llegar al faro, nos encontramos con que la orilla tiene una curiosa forma dentada, también causada por el ambiente agresivo. Como los materiales que forman el suelo son diferentes, resisten mejor o peor a la erosión, creando entrantes de materiales más duros, mientras que los más blandos, han retrocedido.
 
Zona del faro con formaciones producidas por la erosión
Efectos erosivos en la costa

Esta zona es muy buena para observar aves marinas como Alcatraces Atlánticos (Morus bassanus), diferentes gaviotas, Charranes Patinegros (Sterna sandvicensis) y Charranes Comunes (Sterna hirundo) así como nuestra ave marina más amenazada, la Pardela Balear (Puffinus mauretanicus). También, con suerte, es posible avistar delfines.

Alcatraz Atlántico
Gaviotas de Audouin 
Charrán Común 
Vuelvepiedras buscando alimento en los encharcamientos de agua marina.
Gaviota Patiamarilla (Larus michahellis) en la Cala de los Judíos. El ave estaba intoxicada. 

Además, desde aquí, podemos disfrutar de una buena panorámica de la Playa de San Juan y de muchas de las montañas alicantinas, culminando al Este con Sierra Helada y la Isla de Benidorm.


 
Ornitólogos censando aves marinas desde el Cabo de las Huertas. Al fondo (de izda. a dcha.) se ve: Cabeçó d’Or, Aitana (nevada), Puig Campana y Bernia.
 
Detalle del faro.

Este paraje, a pesar del alto grado de urbanización, mantiene un notable valor paisajístico, biológico y geológico. Esperemos que se mantenga así para las futuras generaciones, libre de “adecuaciones ambientales” que suponen realmente sumergirlo todo en metros de hormigón y asfalto.

Contraluz al atardecer desde el Cabo de las Huertas



miércoles, 22 de febrero de 2012

UTILIDADES FOTOGRÁFICAS: VSO IMAGE RESIZER




VSO IMAGE RESIZER

Las cámaras fotográficas van incrementando continuamente el tamaño de los archivos. De los primeros 2 ó 3 megapíxeles ya estamos en 18, 21 o más, y ya llaman a las puertas los primeros modelos de 40 Mpx. Esto contribuye a disponer archivos de mayor tamaño y redunda en una calidad más elevada y la posibilidad de poder hacer recortes en la imagen sin pérdidas de calidad.

Hace unos días me enviaron un archivo con varias decenas de fotografías en su tamaño natural (afortunadamente eran JPG y no RAW) con lo que se ralentizó la descarga hasta niveles de aburrimiento. Las fotos eran simplemente “para verlas”, no para imprimir ni para nada así, con lo que era totalmente innecesario semejante volumen digital.

Hay un programa de descarga y utilización libre que empleo para reducir el tamaño de las imágenes y así mandarlas por email o poder disponer de ellas a menor resolución. En cualquier portal de descargas (p. ej. softonic.com) es posible encontrarlo.

Se llama VSO Image Resizer y funciona muy bien. Nos permite (foto a foto o por lotes) cambiar el tamaño a unas dimensiones que ya tiene predefinidas o a las que el usuario quiera, personalizándolo para posteriores tareas. Esa modificación de tamaño lleva aparejada un porcentaje en la calidad que queremos mantener en la imagen final y que regulamos a nuestro gusto. También se puede cambiar el nombre o renumerar de nuevo los archivos a los que apliquemos el programa, guardándolos en la misma carpeta de origen o en una nueva.

Además está en castellano, lo que nos ayuda a comprender las funciones. Éstas son muy claras y el uso del programa es sumamente sencillo. Lo recomiendo.


Captura de pantalla con la ventana de VSO abierta

Etiquetas: fotografía, VSO, utilidades

viernes, 17 de febrero de 2012

UNA GOLONDRINA NO HACE VERANO


UNA GOLONDRINA NO HACE VERANO

Eso dice el refrán, pero lo cierto es que ya comienzan a llegar a nuestras tierras las primeras golondrinas. Hoy he visto la primera del año. En España tenemos dos especies de golondrinas: la Golondrina Común (Hirundo rustica) y la Golondrina Dáurica (Cecropis daurica). Pesan en sus pequeños cuerpos (algo menos de 20 g, que para entendernos es menos de lo que pesan 3 monedas de un euro) los cuatro, cinco o seis mil kilómetros recorridos desde aquellas lejanas tierras sudsaharianas donde han pasado el invierno. No es un viaje fácil. Tienen que superar serios problemas (tormentas, depredadores, cazadores, accidentes, etc.) para volver a nuestras latitudes, siguiendo un ”plan de vuelo” escrito genéticamente y orientándose de forma tan precisa que llegarán exactamente al mismo lugar al que lo hicieron años antes ¿o es que ya no recordáis a Bécquer?

Pronto, al ritmo del aumento de las horas de sol, sin apenas haberse repuesto del viaje, pasando su particular “jetlag” sin analgésicos, comenzarán a preparar los nidos en forma de taza, hechos con pequeñas bolitas de barro y su propia saliva. Elegirán casas rurales abandonadas, corrales, cuadras... En esos nidos, pegados al techo o a una viga, sacarán a adelante a sus polluelos. Atentas a los primeros indicios del fin del verano, comenzarán a agruparse para un día aprovechar los vientos y salir de nuevo en busca de esos lugares de invernada de los que llegaron hace unos meses.

Algunos días, cuando el otoño empieza a mostrar su especial luz, las puedo ver cómo van pasando, con invariable rumbo sur, en bandos más o menos dispersos, con mayor o menor intensidad. Sus ahorquilladas colas delatan sus edades: las más largas corresponden a las adultas, las más cortas a las nacidas esa temporada. A veces, son unas pocas las que aparecen en el cielo, otras hay tantas que no puedo llegar a contarlas. En Septiembre de 2006, en menos de 40 minutos, conté cerca de 800 golondrinas comunes en paso y sólo por un sector de aproximadamente una cuarta parte del cielo.

Otro año más, sus acharoladas alas sumarán muchos kilómetros. En ese periodo de tiempo, algunas llegarán a los 20.000 km, la mitad de la circunferencia de nuestro planeta, sólo en los desplazamientos migratorios, porque si le sumamos los que hacen una vez en los destinos de verano e invierno la cifra asciende a 300.000 km… la misma distancia que nos separa de la Luna. Y a la siguiente primavera, vuelta a empezar con el fin de perpetuarse. Habrán visto desde arriba las sabanas y las costas africanas, habrán sobrevolado el ardiente Sahara y llegarán a la península Ibérica tras cruzar el Estrecho de Gibraltar, uno de los cuellos de botella de las rutas migratorias entre Europa y África (ya veis que no sólo para las pateras) y donde ese movimiento de aves alcanza cotas de auténtico espectáculo natural que atrae a ornitólogos de todo el mundo.

Una parte de las miles de golondrinas comunes que pasan Gibraltar decidirá quedarse en la vieja piel de toro y otra seguirá hacia el norte y aprovechará los collados de los Pirineos para seguir buscando su hogar estival. Y luego, la misma ruta a la inversa, año tras año, generación tras generación.

La pregunta que me hago es siempre la misma ¿cuántas podrán llegar? ¿cuántas podrán regresar? Pero lo que más me sorprende es como un animal tan pequeño es capaz de realizar semejante esfuerzo, con una precisión total en encontrar la ruta y los puntos de destino. Y, si hago un poco de memoria, encuentro que aún hay otras especies de aves con menor peso que realizan migraciones similares o mayores.

Un maravilloso fenómeno que ocurre fielmente dos veces cada año. Y, sí, una golondrina es cierto que no hace verano pero, al igual que detrás de ella vienen varios millones más, la época estival, pase lo que pase, está cada vez más cerca.


 Golondrina Común (Hirundo rustica) en su nido, curiosamente, en el mismo sitio donde he visto hoy la primera de la temporada.

miércoles, 15 de febrero de 2012

NOCHE DE ESTRELLAS APAGADAS


Hace tiempo escribí lo siguiente y a lo que sería muy presuntuoso calificar como algo más que una rima mal rimada. Ahora, cuando un valiente juez de la Audiencia Nacional, es condenado y apartado de la magistratura, a pesar de la opinión pública nacional e internacional y de la opinión del fiscal,  por querer devolver la última dignidad a tantos desaparecidos que claman en las cunetas, he rescatado el siguiente texto de una perdida carpeta.
Más de 110.000 muertos están enterrados en fosas comunes olvidadas en España. Sólo Camboya nos supera en este infame record.
Todos los muertos de una guerra fueron personas, no importa en qué lado les tocó vivir, luchar y morir. Lo justo es que reposen dignamente y que sus familias cierren por fin las heridas. No se buscan culpables, se buscan víctimas.


NOCHE DE ESTRELLAS APAGADAS


Noches de estrellas apagadas,
inmóviles figuras tendidas,
Vidas cobardemente segadas,
vidas cobardemente perdidas.
Tierras de miedo desangradas.

La luna  no se atreve a mirar
La luna quiere llorar.
Aire viciado de hálito cobarde.
Colores y cruces para ocultarse.

Una nación que arde,
una nación para matarse.
Orgullo y honor mostrado,
por un pueblo nacido,
por un pueblo vencido.

Lejos de la cruz, suelos santos.
Piedras para cubrir inocentes.
Piedras cubiertas de olvidos
No saben cuántos,
no lo saben las gentes.
Miles de corazones perdidos.

Una noche, las estrellas brillarán.
La luna, cariñosa, mirará.
De la tierra, una voz brotará
Miles de voces ¡libertad! gritarán.
Millones de almas descansarán.

  Pintada en una calle de Oviedo (colores modificados)

viernes, 10 de febrero de 2012

FOTOGRAFÍA, COMPROMISO Y CONSERVACIÓN


Un fotógrafo busca la belleza de diversas maneras, en diversas fases, se entrena en percibirla, en descubrirla allí donde esté.
¿Hasta qué punto puede tolerar su destrucción o permanecer impasible?

José B. Ruiz. Fotógrafo de naturaleza.


FOTOGRAFÍA, COMPROMISO Y CONSERVACIÓN

La considerada como primera fotografía fue la realizada por Nicéphore Niepce en 1826. En esa imagen, cuya exposición duró casi un día, aparecen varios tejados y un palomar de París. Ahora vamos acercándonos al segundo centenario de su invención. Pronto dejó de ser una curiosidad para pasar a convertirse en un nuevo arte y en una herramienta. La capacidad de dejar registrado en un soporte (papel, vidrio, acetato…) todo los que nos rodea permitió que no sólo la fotografía fuese una especie de notario en imágenes sino que pudiera ser también un testigo acusador de la realidad.
Gracias a la pasada labor de no pocos fotógrafos hoy podemos conocer un mundo que ya se ha extinguido. Personas, pueblos, parajes, animales, costumbres, etc. sobrevivirán al olvido porque alguien se preocupó de llegar hasta ellos con su cámara e inmortalizarlos. Aquel sencillo accionado del disparador nos legó imágenes que hoy son un tesoro porque almacenan instantes de un mundo desaparecido. 

 La fotografía es testigo de pueblos que desaparecen arrollados por el mundo “civilizado” como este miembro de la tribu Huli, del valle de Tari en Papúa Nueva Guinea. Sus tierras están amenazadas porque se ha encontrado gas en las Highlands. Un tercio de las aves ya han desaparecido. El sombrero que lleva lo hace con su propio pelo, tres meses antes de casarse. los adornos son de aves (incluidos los casuarios) y de cuscus.

Edward S. Curtis, por ejemplo, fue uno de ellos. Este norteamericano nacido en 1868 dedicó su vida a fotografiar a los últimos indios norteamericanos. No sólo consiguió preservar en imágenes (20 volúmenes con 40.000 fotografías, 10.000 grabaciones, una ópera y una película) el ocaso de la forma de vida de más de 80 tribus, sino que llegó más allá y fue capaz de mostrar el orgullo de aquellos últimos indios aún en esos días al borde de la pérdida de su identidad como nación. La obra fotográfica de Curtis, por otro lado tremendamente bella, con unos retratos y sensibilidad inigualables, es un patrimonio antropológico de histórico de toda la humanidad y está depositada en la Librería del Congreso de los EEUU.
Otros muchos fotógrafos han denunciado (y siguen haciéndolo) las injusticias de nuestro mundo actual. Guerras, hambres, persecución, enfermedad, explotación y un triste largo etcétera se asoman a nuestras vidas con esas fotografías, que nos agitan la conciencia sacándonos de nuestra relativamente apacible cotidianidad, recordándonos que la sociedad del bienestar no más que una utopía. Gracias a esas fotos sabemos de las desgracias que ocurren en nuestra mundo y muchas veces podemos identificar no sólo a las víctimas sino a los culpables. Son siempre testigos incómodos para el poderoso y la luz de la conciencia de los demás.
La fotografía de naturaleza también se aplica en denunciar aquellas tropelías que se cometen, a veces muy cerca y otras muy lejanas, pero que nos afectan a todos. Por ello, la labor del fotógrafo de esta especialidad tiene una responsabilidad moral en no sólo conseguir la imagen más espectacular y difícil sino en hacer que esa misma fotografía sirva para denunciar la destrucción de nuestro mundo. Tienen el poder de servir de punto de conexión entre la difusión y la concienciación, el conocimiento y la conservación.
La fotografía digital ha universalizado este arte. El número de personas con cámara se ha multiplicado en los últimos años. Y no pocos dedican su tiempo o parte de él a fotografiar animales, plantas, paisaje… naturaleza. El fotógrafo naturalista es siempre especialmente cuidadoso en su trabajo y nunca hará una fotografía si eso va a suponer cualquier tipo de daño para el sujeto a fotografiar sea cual sea. Antes que nada, debe primar el bienestar de aquello que se quiere mostrar. Desgraciadamente, al igual que en otros colectivos, hay quienes no entienden esto y se lanzan al monte como Atila por conseguir una buena foto. Son muy pocos y tienen asegurado el permanente rechazo de los verdaderos fotógrafos y de la sociedad. Por ejemplo, AEFONA, la mayor asociación de fotógrafos de naturaleza cuenta con un código para que las actividades de sus socios sean respetuosas con la naturaleza.

La fotografía de las aves rapaces ha permitido difundir el imprescindible papel que estos animales mantienen dentro del equilibrio ecológico. Los buitres son una especie muy especializada al alimentarse de carroñas y evitar así la propagación de epidemias. 

Sería muy triste dedicar horas y horas e invertir miles de euros para sólo elaborar un archivo de imágenes que pretenda mostrar un mundo bucólico, en el que todo es perfecto, donde nada malo ocurre y la vida natural no se ve alterada. Sería pretender mostrar sólo una cara de la moneda. Los fotógrafos, como otros artistas, cuentan con una especial sensibilidad para ser capaces de apreciar esas imágenes especialmente bellas y unos conocimientos adecuadas para saber captarlas. Esa sensibilidad debe hacer que también estén permanentemente atentos a los elementos que amenazan a esa belleza y crear una respuesta en forma de imagen que puedan mostrar y denunciar. Las fotografías nos muestran un mundo que agoniza y que va desapareciendo, como la nación india ante el objetivo de la cámara de Curtis. Esas imágenes dan fe de los hechos y  señalan a los culpables y pueden conseguir movilizar a la sociedad y obligar a los gobernantes a trabajar para impedir esos desastres. Es la aplicación de aquel dicho de que una imagen vale más que mil palabras.
No es necesario que esas fotos sean de rarísimos animales o de parajes remotos. Muy cerca de nosotros también se están produciendo extinciones y agresiones al medio natural. Unas veces son seres vivos, otros paisajes, otras tradiciones, pero siempre será la fotografía una herramienta potentísima para denunciar y conservar, eso sí, mientras queramos ejercer de testigos y denunciantes.

 
Quiero agradecer a mi amiga Olga Martínez Valebona haberme permitido amablemente publicar una de sus magníficas fotografías realizadas en su viaje a Papúa-Nueva Guinea e informarme sobre los Huili y su incierto futuro.
Recomiendo ver un resumen del trabajo de Edward S. Curtiss en el estupendo PDF que mi amigo José Carlos Robles hizo para Un año de fotografía en http://www.tucamon.es/archives/0000/1570/23_Curtis_Riefenstahl.pdf

jueves, 9 de febrero de 2012

EN COLOR O EN BLANCO Y NEGRO


Este es el microrrelato que envié al concurso del diario Información. La referencia al periódico en el texto era obligatoria.


EN COLOR O EN BLANCO Y NEGRO


Tanto tiempo haciendo fotografías y hasta ese instante no se había dado cuenta. Cuando retrataba personas, unas tenían vívidos colores y otras eran de un gris profundo. No sabía qué pensar. Después descubrió que las de colores intensos eran casi siempre gente sencilla y honesta, “legal” que diría Silvia, su nieta. Los del “tipo gris” aparecían a veces en la portada del periódico INFORMACIÓN y se asomaban a su televisión aireando sus tristes vidas o explicándole que arreglarían todo con sólo votarles. “Gentuza, abuelo”, decía Silvia.

Una música pegadiza y banal le envolvió en la calle. El candidato a la presidencia del gobierno estaba allí, rodeado de acólitos enfebrecidos, globos, carteles y banderolas. Besaba ancianas, revolvía el pelo de los niños y estrechaba manos.

Le hizo una foto. Aquel tipo no era, por supuesto, de colores brillantes, ni de un gris profundo. Aquel tipo era de una agobiante oscuridad absoluta.





Imágenes de la manifestación del movimiento 15-M en Alicante el 15 de Octubre de 2011.

lunes, 6 de febrero de 2012

TABARCA


El pasado fin de semana nos hemos reunido el equipo del proyecto SOS Paisajes de Mar y como en las anteriores ocasiones el lugar escogido (con total acierto) ha sido la Isla de Tabarca. Tocaba analizar todo lo hecho hasta ahora, que no ha sido poco y, lo más importante, definir las nuevas actuaciones, que serán varias e importantes.



 Escollos al sur de la isla

La anterior fase, iniciada en 2009, supuso recopilar la información, identificar los lugares más bellos de la costa española y obtener sus fotografías, preparar las exposiciones (para interior y exterior) y publicar el libro con todo ese material informativo y gráfico. Todo esto se puede decir en unas pocas líneas pero en la realidad ha supuesto un gran trabajo, en especial, por parte del autor, mi amigo José Benito Ruiz, el fotógrafo de naturaleza español más galardonado internacionalmente. El equipo del proyecto aportamos nuestro trabajo y entusiasmo para que SOS Paisajes de Mar sea cada día más un elemento que permita conservar eficazmente los lugares más bellos del litoral español, el objetivo central de todo ese esfuerzo.

 
El Cap del Moro y La Naueta

No hace falta decir que Tabarca es un paraíso para la fotografía así que la veintena de fotógrafos de naturaleza del proyecto que hemos estado por allí lo hemos pasado en grande, ya no sólo por las imágenes de sus paisajes sino también por el tiempo compartido con viejos y nuevos amig@s que tienen la misma preocupación y sensibilidad por la conservación de la costa.

 
Muralla de Tabarca

La ola de frío que dejó nieve en las montañas durante el fin de semana nos ha alcanzado (los charcos estaban helados) pero ni el viento ni las bajas temperaturas han impedido que saliéramos a hacer fotos por la isla, tanto de día como de noche, aprovechando los ratos en que no estábamos diseñando los futuros planes de SOS.

 
Cementerio de Nueva Tabarca

Las fechas (y el frío) han hecho que Tabarca (realmente, Nueva Tabarca) estuviera casi desierta. Una docena de tabarquinos, la agente de la policía local y nosotros. Bueno, y unos cuantos gatos merodeando por el pueblo y centenares de gaviotas y cormoranes en las playas y el mar. Un lugar increíblemente tranquilo y cautivador, lleno de rincones y ángulos esperando a ser descubiertos y captados por la cámara.

 
Fotografiando de noche, bajo la Luna y Orión en Punta Falcón.

Por donde miraras en la isla, podías ver a uno o más compañeros detrás de sus trípodes, inclinados para mirar por el visor, tratando de conseguir esa imagen que estaban concibiendo en su mente, aplicando la experiencia para que esa idea se convirtiera en la fotografía deseada. Para eso hay que hacer entrar en el juego muchos factores y que combinen de la forma adecuada para conseguir el resultado esperado, aunque ya sepamos que, muchas veces, esto no va a ocurrir, lo que hace que aún pongamos más empeño en la siguiente foto. Y en cuanto dices “ya está, la conseguí” te entra inmediatamente la duda de si es realmente la mejor imagen que podías obtener. Miras a otro punto de la isla y piensas.

 
Escollos al sur del faro

Y el proceso vuelve a comenzar. Primero hay que localizar lo que vamos a fotografiar, que muchas veces ni sabemos qué es. Vamos mirando por allí y por allá, cargados con la mochila y el trípode y bien recubiertos de polar y anorak para aguantar el frío viento. Lo encontramos. Lo observamos y analizamos desde qué punto es mejor hacer la foto, teniendo en cuenta su forma, cómo incide la luz, el fondo, otros elementos cercanos... moviéndonos a su alrededor como descontrolados satélites. Una vez decidido el punto de toma que queremos, hay que pensar si ese momento es el mejor o quizá haya que ir más temprano o más tarde (o de noche) a hacer la foto, teniendo en cuenta por donde sale el Sol y la Luna, luces artificiales, reflejos, etc.

 

Entonces, cuando ya es el momento adecuado, hay que elegir la óptica a emplear (angular, tele...) y si hay que iluminar de alguna manera al sujeto (flash (uno o más), linterna, etc.) de acuerdo a cómo queramos configurar los parámetros de la cámara (exposición, apertura, ISO...). Sacamos la cámara con el objetivo y demás cachivaches y la colocamos sobre el trípode. Hay que hacer modificaciones, enfocar correctamente, comprobar que estamos calculando bien el tiempo de exposición, la temperatura de color, el diafragma, usando (si son necesarios) los filtros y unas cuántas cosas más entre las que sobresale la composición: la “colocación” de los elementos que van a aparecer en la imagen. Líneas, orden, distancia, profundidad de campo, espacios, luces, elementos principales, fondos... Comprobamos que el horizonte sea horizontal (no es una perogrullada, anda que no hay fotos con las líneas del horizonte no horizontales), que el cable disparador está puesto y funciona, etc. etc. Y, al final, clic, disparamos. Pasan unos segundos y vemos en la pantalla el resultado. En el peor de los casos (pero no es infrecuente) nos sentiremos defraudados porque las expectativas puestas en ese lugar no han sido las esperadas o porque no hemos sido capaces de hacer algo que nos guste. Pero hay que insistir. Cuando nos gusta (mucho o poco) raramente no repetiremos la foto variando algunos de los parámetros.

Y aunque a muchos todo lo explicado en los dos anteriores párrafos les pueda parecer una prueba de algún concurso de humor televisivo japonés, lo cierto es que a nosotros nos fascina.

                                                                        Miembros de SOS Paisajes de Mar

No tardaré mucho en anunciaros las actuaciones de SOS Paisajes de Mar para conseguir la conservación de los lugares más bellos de la costa española que han surgido de esta reunión del proyecto en la isla de Tabarca. No son pocas. Mientras tanto ya sabéis que para más información y manteneros al corriente podéis visitar blog.paisajesdemar.com 

De momento, os dejo con las fotos de esta entrada, que al igual que el proyecto, espero os gusten.