sábado, 18 de enero de 2014

VECINOS


Los Cernícalos vulgares (Falco tinnunculus) son unos pequeños halcones que se atreven a convivir con nosotros en las ciudades. Cerca de mi casa hay dos o tres parejas que anidan y a menudo se dejan ver volando entre los edificios, cazando o descansando en las fachadas y tejados.


Una actividad curiosa que he observado varias veces es su afán por capturar algún Avión roquero. Éstos aprovechan las fachadas orientadas al sol para descansar bien calentitos. La técnica del Cernícalo es volar muy pegado a otra fachada y aparecer de repente en la que están los Aviones descansando para sorprenderlos quietos o en los primeros momentos de intentar escapar, cuando su velocidad y reacción es más lenta que la de la falconiforme. 

A veces, antes de salir de caza, los Cernícalos se paran en una cornisa y andan por ella para asomarse para comprobar si hay algún Avión desprevenido.

Asomándose para comprobar si hay alguna presa.

Pues no, hoy no hay nada.

Otras veces prueban con pequeños murciélagos pero también resultan una presa esquiva, así que suelen fijarse más en pequeños roedores e insectos, más sencillas de capturar.




Verlos volar entre los edificios siempre es una delicia.











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