lunes, 27 de octubre de 2014

AVES DE MAR


Crónica de la salida para observar aves marinas
y de la visita al sur del PN de El Hondo.
Viñeta que hice para esta actividad.


Con la inmejorable organización de Miguel Ángel Andrés, el pasado día 26 de Octubre hicimos un recorrido náutico para observar aves marinas. Lo primero, una vez ya a primera hora en el puerto de Santa Pola, fue preparar la comida que echaríamos al mar para atraer a las aves, lo que viene conociéndose como “chum” (del verbo inglés chum, que viene a significar, más o menos, “hacer amigos”). Este agradable (para las aves) menú consiste en pescados y restos de los mismos, junto con pan y el complemento del  aceite de sardina. 


Triturando el pescado.

Los pescados (alacha, jurel y despojos varios)  se trituran con algo de pan duro (que previamente había sido troceado) hasta obtener una especie de pasta.


Miguel Ángel se dispuso a ello, manejando con maestría la taladradora a la que se había acoplado un batidor. Otros, mientras, nos dedicábamos a comprobar que el pan duro recibe este nombre porque es pan (o lo fue) y está duro (pero mucho) y que lo de conseguir trozos del tamaño de un pulgar no era tan fácil como parecía.

Troceando el pan duro.

A las ocho y media de la mañana la treintena de asistentes ya estábamos casi todos listos (y el chum también) y, tras algunos minutos de cortesía, nos subimos al Batiste Tres, a cuyos mandos se encontraba, César, su patrón. Tras una salida en falso (nos habíamos dejado una caja con pescado en el puerto y nos tocó volver) enfilamos hacia las piscifactorías que hay frente a Guardamar del Segura. 


¡A por el chum!


Allí vimos varias Garzas reales, Gaviotas reidoras, Gaviotas patiamarillas, al menos una Gaviota de Audouin, alguna Gaviota cabecinegra, varias Gaviotas picofinas, Charranes patinegros, Cormoranes moñudos (antes vimos algún Cormorán grande), Pardelas baleares (escasas y solitarias), y varios Alcatraces atlánticos. Buscamos la posición adecuada y comenzó el lanzamiento de chum que atrajo a buena parte del pajarerío de los alrededores para nuestro frenesí y deleite.


Jana Marco atenta a qué puede aparecer.

Jorge Boronat.

Ana Abellanas tampoco quita el ojo.

Garzas reales en la piscifactoría.

Alcatraz atlántico (juv.).

Alcatraz atlántico (ad.).


El ambiente a bordo era un continuo recital de “mira, mira”, “por ahí, que viene”, “uufff”, “pardelas”, “halaaaa”, “alcatraz adulto” y un largo etcétera de frases que hacía que la atención de los asistentes fuera de un costado a otro de la embarcación en busca de las aves.


Sergio Aguado haciendo unas fotos.

En primer plano y a la derecha, Pardela balear.

Otro Alcatraz (puede que el mismo).
  
Las cámaras y los prismáticos iban y venían tratando de captar aquellas imágenes, algo no muy fácil por la velocidad de las aves en vuelo y el movimiento (pequeño pero movimiento) de la embarcación. Algunos seguían a las aves con giros de cabeza tan sorprendentes que dejarían en el más absoluto ridículo a la misma niña de “El exorcista”.


El chum fue del agrado del pajarerío.

Sergio y Yago.

Luis Fidel no quitaba ojo.

Parece que a babor hay algo interesante.

Las condiciones de la mar y las meteorológicas fueron excepcionalmente buenas lo que ayudó a disfrutar todavía más de la jornada. No tuvimos suerte con los cetáceos. ¡Anda que no nos lo hubiéramos pasado bien viendo a alguno de sus componentes!



Pardela balear.

En busca del chum.


El que suscribe, dándole a la cámara.

Ahora es por estribor donde hay algo interesante. ¿Qué será?

Una vez que las aves habían acabado con las raciones de pescaíto y pan que les tiramos por la popa, nos dirigimos hacia la Isla de Tabarca para repetir el (casi olímpico) deporte del lanzamiento de chum. Situándonos fuera de las aguas protegidas (Tabarca es Reserva Marina –la más antigua de España- y hay que respetar las zonas restringidas) probamos suerte otra vez, consiguiendo atraer de nuevo a las aves, incluyendo unos cuantos Alcatraces atlánticos. Observamos fugazmente dos aves que volaban casi a ras del mar en dirección a la isla y que no identificamos con seguridad: tal vez Estorninos pintos o Cogujadas. La luz y la velocidad de su vuelo nos impidieron saber qué eran.


La Cova del Llop Marí, refugio de la última Foca monje.


Miguel Ángel Andrés, satisfecho. Hay que agradecerle el gran trabajo que ha hecho.

Ni rastro de las Pardelas cenicientas a las que esperábamos encontrar en el pico de su paso migratorio, sobre todo tras las noticias que teníamos de los avistamientos en el Estrecho de Gibraltar. Una pena.

Alcatraz atlántico (juv).



Agotado el chum y casi también el tiempo contratado, nos dirigimos hacia el Cabo de Santa Pola y de ahí, al puerto de esa localidad, donde dimos por acabada la excursión marítima (aunque no la terrestre). Nos hicimos la tradicional foto todo el grupo y, aquellos que lo quisieron, fuimos a la zona sur del Parque Natural de El Hondo, en busca del Águila moteada (la pomerana u alguna otra que parece ser un híbrido), lo que fuera. 


Los participantes y los patrones.

El paso (ida y vuelta) por las Salinas de Santa Pola es fugaz y no nos detenemos, aunque podemos ver Flamencos, Cigüeñuelas, Cormoranes grandes, Garzas reales, Correlimos zarapitín, varias especies de gaviotas y una Golondrina común.

Como en Vistabella ya éramos varios grupos, no todos conseguimos ver a la rapaz en cuestión. Mi grupo fue uno de los que nos quedamos sin poder observarla.


                                      Observando en la puerta sur de El Hondo.

De todas formas, nosotros pudimos ver una docena de Águilas calzadas distintas, varios Cernícalos vulgares, un Halcón Peregrino, Ratonero común, Martín pescador, Aguilucho lagunero y otras aves como Garcillas bueyeras, Garza real, Lavanderas blancas, Tarabilla común, Alcaudón meridional, etc. Y un notable número de mariposas que, al principio, identificamos como mariposas monarcas pero que resultaron ser Mariposas tigre (Danaus chrysippus) (gracias, Jana), especie originaria de la zona tropical de África, Sudeste de Asia y Australia. Ha ido apareciendo en el Paleártico (sur de Italia y de Grecia, archipiélagos de Canarias y de las Azores, Argelia, Marruecos y Egipto) y, recientemente, en el mediterráneo español y con citas en el centro de la península Ibérica. Eran tan confiadas y abundantes que una de ellas se posó un buen rato en mi espalda, resultando ésta un inigualable (ejem) fondo para que le hicieran cienes de fotografías.


Por Vistabella.

La mariposa, en mi espalda.

La susodicha. Danaus chrysippus

Con el calor apretando (estamos en lo que llaman "veroño"), los componentes de mi grupo nos despedimos del resto y enfilamos camino hacia Alicante con la satisfacción de haber pasado una magnífica mañana entres aves marinas y terrestres, y nuevos y viejos amigos.


Otra viñeta que dibujé para la ocasión.

Como hice unos cuantos centenares de fotos y, a pesar de salvar lo decentemente salvable, siguen siendo muchas como para ilustrar todavía más esta crónica, os dejo con un vídeo confeccionado con esas imágenes. Como siempre, recomiendo verlo en HD y con la pantalla maximizada.







Preparando la próxima entrada al blog...



sábado, 18 de octubre de 2014

WALLSCAPES

Carlos Balsalobre vuelve a sorprendernos con su trabajo fotográfico. La exposición “Wallscapes” es su más reciente ejemplo.

Al visitarla, coincidí con su familia, a la que hacía tiempo que no veía, y Carlos tuvo el detalle de presentarme sus obras en la Lonja del Pescado. Todo un privilegio.

De nuevo, muestra una enorme originalidad con unas imágenes impactantes por el gran tamaño de las impresiones y, en cambio, por lo pequeño de lo que nos muestra. Son imágenes inconcretas, difíciles de definir en un primer momento, pero que abren en nuestra mente un sin fin de posibilidades al tratar buscar la realidad de lo que aparece, provocando un intenso interés y, a la vez, una agradable sensación de lo abstracto en la que podemos zambullirnos.

Lo mejor es que paséis a verla (y a disfrutarla) en vez de lo que yo torpemente pueda intentar explicaros. Os va a sorprender y a gustar.

Ah, y si os encontráis con Carlos (y os apetece) os hará una foto junto a vuestra imagen favorita de la exposición y pasaréis a formar parte del “Enamúrate” de Wallscapes.





Panorámica (360º) de la sala.





Con Carlos. Foto gentileza de Paco Candela.

En Enamúrate. Foto: Carlos Balsalobre


“WALLSPACES”, de Carlos Balsalobre.
Sala Municipal de Exposiciones Lonja del Pescado
Hasta el 30 de octubre
Paseo Almirante Julio Guillén Tato, s/n 03001 Alicante
Martes a Viernes: de 9:00 a 14:00 h. y de 16:00 a 22:00 h. 
Lunes: cerrado
Sábado: 10:00 a 14:00 h. y 17:00 a 22:00 h. 
Domingos y festivos: 10:00 a 14:00 h.

domingo, 5 de octubre de 2014

CAZANDO RAYOS


Varias personas me han preguntado cómo se hacen fotos a los rayos. No es complicado, aunque el factor suerte influye mucho para que obtengamos una imagen espectacular o nos quedemos con la sensación de haber hecho el tonto (en mi caso, una vez más) durante un buen rato.

Rayo en el que varios amigos me han dicho que ven el cuadrante Noroeste de la península Ibérica.

Para hacer fotos de rayos, relámpagos, centellas y demás fenómenos eléctricos celestes necesitamos:

Ingredientes:

-Cámara fotográfica. Mejor digital y de éstas, mejor réflex o compacta con exposición “B”. Produciremos archivos "RAW", si la cámara lo permite.

-Batería cargada. O llevar una de repuesto cargada.

-Trípode.

-Cable disparador. O mando a distancia. El cable es un poco menos cómodo pero tiene la gran ventaja respecto al mando a distancia que no se queda sin pilas. Y si se rompe, si podemos hacer un empalme.

-Tarjeta de memoria. Vacía o con muchas fotos disponibles.

-Un lugar seguro. Protegido de la posible caída de un rayo y de la probable lluvia.

-Una buena tormenta eléctrica. Podemos ver cómo está la cosa en la página de la Agencia Española de Meteorología.

-Un poco de buena suerte.

Y ahora vamos a hacer la receta, a ponerlo todo en práctica.

La tormenta se aproxima y vemos muchos rayos y relámpagos. Sin esto, mejor no perdáis el tiempo.

Nos ponemos en el lugar seguro y montamos la cámara en el trípode. Conectamos el cable y ponemos la cámara en la posición “B”. Un diafragma medio-abierto nos puede servir para comenzar. El ISO no es necesario subirlo, más bien es desaconsejable. Podemos poner un 200 para probar y ver qué tal sale.

Tratamos de deducir en qué sector del cielo para haber más actividad eléctrica (1).

A veces, los rayos y relámpagos quedan ocultos por la nubosidad.

Ahora vamos a dos pasos importantes, tan importantes como para cualquier otra foto:

Componer. Buscamos qué queremos que aparezca en la foto, si además del rayo queremos que salga algo más (un tejado, un árbol, alguna construcción, etc.) y dejando, eso sí,  mucho espacio para el cielo (2).

Enfocar. Hay que ser preciso (como siempre) en este aspecto y más si usamos un diafragma muy abierto que, como sabemos, reduce la profundidad de campo.

Ya tenemos todo listo. Comprobamos (tratando, por si las moscas, de no mentar a Murphy) dónde caen más rayos y apretamos el disparador del cable. Daremos una exposición de, por ejemplo, 5-10 segundos, dependiendo de la cantidad de luz que tengamos. Comprobamos qué tal se ven los elementos que hemos incluido y, por si acaso, nos aseguramos de que el enfoque sea correcto.

Y vamos haciendo disparos hasta que comprobemos que en uno de esos periodos en los que hemos apretado el disparador un rayo se ha “colado” en la imagen. 

¡Ya lo hemos cazado!

Este rayo fue enorme y muy próximo. Fijaos en el grosor y tened en cuenta que está hecha con un angular (22 mm) y no hay recorte. Noté cómo vibró mi cuerpo (y la barandilla del balcón) y, centésimas de segundo después, atronó el cielo. 

Soltamos inmediatamente el disparador (dejamos de hacer la foto) porque la intensidad del destello del rayo es muy grande y acabaríamos por sobreexponer (quemar) la foto.

El rayo ha caído al final del tiempo de exposición, "quemando" la imagen.

"Arreglo" (en la medida de lo posible) de la imagen anterior.

Puede ocurrir que al final del tiempo en que estamos exponiendo aparezca el rayo y nos deje la foto “frita” por exceso de luz. Qué le vamos a hacer. Podemos intentar salvar la imagen en el procesado. Os deseo suerte. Pero, si aún así sale un “churro”, ya sabéis: a la papelera de reciclaje.

Tendréis muchos, muchos disparos sin nada. Pero, con muchas fotos, al final conseguiréis cosas muy interesantes.



Ánimo y a probar.


Tenéis más fotos en



(1). La Ley de Murphy tiene una versión para esto: “Si hay posibilidad de que un rayo caiga donde no estamos enfocando, caerá”. En segundo punto dice "Si cambiamos el enfoque a ese nuevo punto de mayor actividad, irremediablemente cesará ahí y volverá al punto anterior".


(2). La iluminación de las ciudades (contaminación lumínica) puede dar un color rojizo a las nubes que puedes dejar o modificar mediante la corrección de la temperatura de color.