viernes, 19 de diciembre de 2014

CINCO MIL PARDELAS DÓNDE IRÁN


El pasado miércoles 17 tuvimos la enorme suerte de poder observar un gran bando de 5000 (muy probablemente más) Pardelas baleares frente a la Playa de San Juan. Es una cifra espectacular si tenemos en cuenta que según el libro Rojo de las Aves de España la población mundial estaría sobre las 6000 aves, lo que supondría cerca de un 90% de todas las que hay en el planeta (y no hay constancia de que haya otro planeta en el que también existan) aunque las cifras de censos más recientes apuntan a que la población global puede ser mayor.

De todas formas, es una especie muy amenazada (más que, por ejemplo, el Águila imperial, que “suena” mucho más entre el público no especializado) y está en la categoría de mayor preocupación posible (En Peligro Crítico de Extinción) de la UICN.

Pardela balear.

La historia de cómo nos juntamos esa tarde Jana Marco, Miguel Ángel Andrés y aquí, el que aporrea el teclado, es la que os relato pero, aprovechando la forma tan realista en que está escrita, fusilo un comentario de mi amiga Jana Marco (gracias, Jana):

“¡Ayer al medio día pasó algo sorprendente en el Cabo de las Huertas! Mientras comía tranquilamente en casa, miré como de costumbre por la ventana, cuando de repente empecé a ver "puntitos blancos" en el mar (las barrigas blancas de las pardelas) Empecé a ver un grupo... otro grupo...¡más! ¡MÁS POR ALLÍ!  Rápidamente me levanté de la mesa! (mi madre no entendía mi locura momentánea) cogí el teles y vi ante mis ojos grupos NO de cientos....sino de ¡¡¡¡MILES y MILES de Pardelas baleares pescando frente al Cabo de las Huertas!!!!! El espectáculo era impresionante!!!!! (¡mi madre se unió a la locura!).

Rápidamente avisé a Elías Gomis y Miguel Ángel Andrés del acontecimiento y en cuestión de minutos*  estábamos los 3 frente al cabo con los telescopios disfrutando y alucinando del número de pardelas (para mí, récord absoluto).

Los grupos más cercanos pude contarlos desde casa en su totalidad, y los más lejanos los censé en grupos de ¡100! En total conté el vertiginoso número de ¡4920 pardelas baleares!  Más o menos habría entre 3000 y 5000).

El horizonte era un chorro de pardelas, que se convertía en salpicaduras al tirarse y desaparecer en el agua.

El espectáculo fue increíble y fue un placer disfrutarlo con la compañía de Elías y Miguel Ángel  ¡Ah! y nuestros compañeros: el roquero solitario y la collalba negra.”

Felices con la observación de cinco mil pardelas. Foto: Jana Marco.

Solo puedo corroborar que fue un rato magnífico en el que por poco no debimos levitar por el éxtasis de poder ver aquella nube de baleares. Algo más cercanas a la orilla se podían ver algunos grupos “pequeños”. De ellos conté 597 ejemplares y no pude acabar el conteo porque echaron a volar y se cruzaros sobre aquellas aves del grupo que también se levantaban en ese momento. Y esas casi seiscientas aves no eran nada si las comparábamos con el bando que volaba más al fondo y que más parecía un bando de estorninos que de pardelas por su tamaño, vuelo y compacidad. Desde luego, el grupo grande podía tener cinco mil o más aves.

Pero ¿cuántas son 4920 aves? ¿qué “bulto” hacen? Todos, de un rápido vistazo, podemos cuantificar los elementos de un grupo si de ellos hay uno, dos, tres, cuatro… Ya entre diez y doce se empieza a perder precisión y comenzamos solo a aproximarnos. Y como resulta difícil imaginar qué supone una cifra de esa magnitud (cómo se vería), aquí tenéis 4920 pardelas baleares juntas:

4920 pardelas.

Aprovechamos el tiempo probando el telescopio del Lidl que trajo Miguel Ángel para su comentario en dbicheros.com y, como ya ha adelantado Jana, deleitándonos con la presencia del Roquero solitario y de la Collalba negra (que no solo de pardelas vive el ornitólogo) muy entretenidas ellas en visitar una chimenea cercana.

Roquero solitario. Foto: Jana Marco.


Aunque, yo, en secreto, os digo, que lo que estaban haciendo era, como nosotros, alucinar con las Pardelas baleares.




(*)En mi caso, desde que me llegó el whatsapp, cogí el telescopio y aparqué en el sitio no pasaron ni once minutos. Miguel Ángel y Jana aparecieron muy pocos minutos después.  

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