LLUVIA, AVES Y UN RATÓN

 

Es la misma hora (¡y qué horas!) y hacemos lo mismo. Es como la película del día de la marmota: estamos montando las redes como hicimos ayer en el  parque La Marjal.

Solo hay unas pocas diferencias: que hoy somos Lorena, Miryam, Jana y yo. También que esta vez las redes van en otro punto que queda bautizado en un alarde de originalidad como “Los Olivos” (a estas horas mejor no pedir más) y otra es que llueve. Sí, llueve. No es el diluvio universal ni se encienden las alarmas de inundación del parque pero llueve lo bastante como para tener que esconder las cosas debajo de la mesa, ponernos las capuchas y mirar las apps del móvil para ver qué nos espera. Y es que recordamos perfectamente cómo fueron de incomodas las tres sesiones de anillamiento pasadas por agua consecutivas que tuvimos al principio del proyecto.

El nuevo emplazamiento.

♪♫Ringing in the rain ♫♪ (again).

Poco músculo.

Urraca sobre farola con sistema de alarma.

Buscando el almuerzo.

Después de una hora o así, la llovizna cesa, aunque sigue completamente nublado. Recortadas sobre ese cielo plomizo vemos pasar varias garzas reales.

Los petirrojos cantan desde primera hora (son muy madrugadores) y los estorninos se dedican a comer en las llamativas flores de las erythrinas, compartiéndolas con currucas capirotadas y gorriones comunes.

Petirrojo.

Las golondrinas comunes se ven y escuchan en gran cantidad, junto a aviones comunes y alguna golondrina dáurica. Pero para canto, el de los verdecillos que de manera intensa y continua inundan el parque.

Comprobando detalles de la muda.

Verdecillo.

Las golondrinas comunes se posan en un cable muy cerca de las redes y desde allí, mientras no dejan de canturrear, parecen hacer contemplar divertidas como algunas de ellas pasan rozando las telas, para nuestra desesperación e indignación. No conseguimos que caiga ninguna.

Parte del grupo de golondrinas.

El tamaño de la cola indica que es ♂

Una de las tres currucas cabecinegras que capturamos muestra una pluma blanca en la cabeza (es la de la primera foto de esta entrada), lo que le da un aspecto distinto. También parecen distintas un par de currucas capirotadas que han estado comiendo en algunas flores y muestran la garganta de color verdoso.

Curruca capirotada"coloreada".

Gorrión común.

Las aves capturadas son:

Especie	Ejemplares
Petirrojo	2
Curruca cabecinegra	3*
Curruca capirotada	10**
Cetia ruiseñor	1
Mosquitero común	1
Curruca carrasqueña	1

(*) Incluye una recuperación.

(**) Incluye tres recuperaciones.

Como ayer (el día de la marmota), anillamos una curruca carrasqueña, en paso prenupcial. Los vencejos pálidos forman algún ruidoso grupo aéreo como hicieron… sí, ayer.

Curruca carrasqueña.

También anillamos un mosquitero común, que ya debía tener hecha la maleta para salir hacia el norte dentro de unos pocos días. Siempre sorprende el diminuto tamaño de estas aves.

Juan Carlos Bofill nos visita con algunos de sus alumnos de biología del colegio Inmaculada Jesuitas de Alicante. Creo que todos aprendimos mucho de la charla que tuvimos sobre el anillamiento científico de aves, de la ornitología y de la naturaleza en general. También hicimos un cálculo aproximado del nivel de frikismo ornitológico presente que resultó ser “sí, esto es bastante friki, pero también es muy interesante”. Benévolos que fueron con nosotros los alumnos y alumnas de Juan Carlos. Espero que se lo pasaran muy bien. Nosotros disfrutamos mucho de su visita y de compartir ese estupendo rato con ellos.

Observando el proceso de extracción de las redes.

Jana explica el anillamiento.

Y sigue.

...y sigue.

También tuvimos la inesperada visita de un ratón que no sabía por dónde salir de su agujero en el muro de piedra y probó por una de las sillas, sin éxito, para volver a introducirse en el muro y, cuando nos alejábamos, desde allí se asomaba por distintos agujeros con expresión asustada hasta que lo perdimos de vista.

El ratón despistado que nos visitó.

Poco después de mediodía, desmontamos y nos vamos planeando ya la próxima sesión. Cuando salimos del parque nos alegra ver algún zampullín común en el estanque grande porque habían desparecido desde hacía unas semanas.