miércoles, 29 de abril de 2020

LA SECUENCIA DE MUDA COMPLETA EN AVES PASERIFORMES



El plumaje de las aves tiene diversas funciones, no solo la de dotar al pájaro de una forma aerodinámica favorable que permita el vuelo. Entre otras funciones, las plumas actúan como barrera protectora frente a la radiación solar, ayudan a la termorregulación, juegan un papel fundamental en el camuflaje y la comunicación con sus conespecíficos y en casos concretos, llegan hasta ayudar en la flotabilidad y la impermeabilidad de las especies acuáticas. Es por tanto de vital importancia para los individuos el mantener su plumaje en las mejores condiciones posibles y esa es la función que tiene la muda.

La muda es un proceso natural por el cual el ave renueva sus plumas. De manera general, la muda puede ser completa o parcial, afectando a todas o una parte de las plumas del ejemplar.

Examinando la muda alar de un mirlo común.

Ala de jilguero.

En el caso de la muda completa (muda que tratamos en esta entrada), se produce un reemplazo total de todo el plumaje del ave, tanto de las plumas corporales, como de las plumas de vuelo (rémiges y rectrices).

Esta muda sigue una secuencia muy estereotipada en todos los paseriformes europeos, a excepción del papamoscas gris (Muscicapa striata) (que la realiza al revés).

Diferencias en el plumaje de un adulto y un joven de zorzal común.


Petirrojo con las plumas de las alas muy dañadas. Algo ha ocurrido.

Algunos plumajes son más complicados de examinar como el del torcecuello euroasiático. 

Examinando el ala de una urraca.



Con el fin mostrar de forma sencilla cuál es esa secuencia, Jana Marco y yo preparamos unos materiales que os mostramos aquí.

Por un lado, con las imágenes de la secuencia de muda confeccionamos un PDF, añadiendo indicaciones en los momentos más destacados del proceso.

A ese material le dimos “vida” llevándolo a un video donde se puede ver de forma animada la secuencia. En el PDF aparece un código QR que te lleva a él con solo enfocarlo con la cámara de tú móvil. También, más abajo, tienes el enlace directo a YouTube con solo hacer click o verlo dándole al play de la imagen.

Y para que llegue a todos de forma más cómoda, tanto el PDF como el vídeo está en tres idiomas: castellano, valenciano e inglés.

Podéis disfrutar de ellos en:


Castellano

PDF 



Valenciano

PDF 




Inglés

PDF 




¡Esperamos que os guste y que os sirva de ayuda!




Jana Marco y Elías Gomis.
(Y una abubilla).



PD: Puede ser útil también consultar el Manual para el anillamiento científico de aves (https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/manual_anillador_tcm30-200261.pdf)

lunes, 20 de abril de 2020

EN PIJAMA Y VIENDO AVES



  
La pandemia del Covid-19 ha alterado notablemente las costumbres de los ciudadanos, desde las actividades laborales y económicas a las de movilidad y esparcimiento y, desgraciadamente y lo que es más grave, ha supuesto problemas de salud y fallecimientos.

Los aficionados a la ornitología que suelen salir a ver aves a otros sitios que no son su lugar de residencia, se han visto forzados a continuar con su afición desde las ventanas de sus casas a causa de las medidas de confinamiento puestas en marcha para frenar la pandemia.

Al poco de ponerse en vigor, ya fueron apareciendo citas de aves en diversas redes sociales. Por ejemplo, en Facebook se creó un grupo (Aves desde casa-Covid-19) que ya cuenta con más de mil cien miembros que van compartiendo las observaciones que hacen desde sus casas.


Águila pescadora, una de las especies que no me esperaba ver desde casa.


Está todo lleno de aves
Los primeros sorprendidos de las aves que pueden observarse en pijama desde casa hemos sido los propios ornitólogos. Muchas veces, a estas aves más próximas, no les hemos dedicado la atención necesaria y nunca habíamos tenido (desgraciadamente) tanto tiempo para poder hacerlo como ahora.

Cernícalo vulgar.

Urraca a lo trepador azul.
Paloma torcaz.

Además de su lado más lúdico, se trata de una actividad de participación en ciencia ciudadana, al remitirse esos datos a bases globales de observaciones como la de eBird, donde posteriormente pueden ser analizados y buscando tendencias, fenología, etc.

Curruca cabecinegra.

Tórtola turca.

Muchas aves aprovechan para hacer o reformar sus nidos.

También han influido otros factores en el hecho de que esas observaciones sean tan extensas. Por un lado, en estas fechas estamos en plena migración prenupcial de las aves, con lo que hay más movimientos.

La mitad aproximadamente de las más de 12.000 especies que se han descubierto en el mundo realizan desplazamientos migratorios en busca de regiones geográficas cuyas condiciones climatológicas sean más favorables. Para esos viajes (algunos de varios miles de kilómetros), las aves utilizan anualmente unos “pasillos aéreos” en los que necesitan disponer de puntos seguros para alimentarse y descansar entre etapas. Las aves no entienden de fronteras y vuelan en esas rutas sobre mares, campos, montañas… y ciudades.

Mosquitero común.

Los tres vencejos (común, pálido y real) se han dejado ver, siendo los pálidos los más abundantes.

Esta vigilancia más continúa me ha permitido percibir algunos detalles muy curiosos como el baile de una lavandera blanca ante otro ejemplar al borde de la piscina, baile al que he llamado el Lavanderas Style. Puedes verlo en:



También he podido confirmar la sospecha de que las urracas esconden comida para aprovecharla más adelante. Ya las había visto muchas veces haciendo algo en los troncos de las palmeras pero no sabía con seguridad si buscaban comida o la escondían. Ha sido esto último. Puedes comprobar cómo lo hace con un cacahuete en este video:



También he observado, por primera vez desde mi casa, un grupo de ¡4 delfines mulares!


A veces oigo pájaros
También la forzada inactividad humana en las ciudades ha reducido al mínimo los ruidos y eso permite escuchar los cantos de las aves con más claridad y a mayor distancia. Los ornitólogos podemos identificar ahora mucho mejor los sonidos que emiten las aves, con lo que su detección aumenta considerablemente.

Petirrojo, fiel a primeras horas con su canto y presencia.

Serín verdecillo.

Lavandera blanca.

Además, muchos ornitólogos aprovechan para grabar durante la noche (aún hay menos ruidos), incluso con simples teléfonos móviles, el canto de las aves que pasan volando en sus desplazamientos o que se muestran activas en las hora nocturnas, con lo que con esta técnica, a la que se ha bautizado como NocMig, se puede descubrir su presencia incluso cuando dormimos. Para empezar un móvil o cualquier otro equipo que grabe (una tablet, por ejemplo) y un programa tipo Audacity es suficiente. Para ayudar a la identificación podemos usar BirdNet y Xeno-canto.

He hecho alguna prueba y parece que es un campo muy interesante, aunque me asusta poder acabar convirtiéndome en un ornitólogo 24 horas.

Hay que seguir haciendo grabaciones hasta conseguir optimizarlas.

La abubilla me está costando mucho de fotografiar.


Maratón de 0 kilómetros
Además del registro de las observaciones en Facebook, el 18 y 19 de abril se celebró el Maratón Ornitológico que SEO/BirdLife viene organizando desde hace 20 años. En esta ocasión, el maratón ha sido solo desde nuestras casas pero con un buen número de participantes. Se han apuntado 1.218 participantes repartidos en 736 lugares. Un éxito.

Como había que ponerle nombre al equipo a pesar de que se componía de una persona (yo), le llamé El Balcón Milenario.

Una nueva forma de pajarear.

Como ya estaba registrando las citas del balconbirding, he subido las de esas fechas a la plataforma donde se van contabilizar las observaciones de todos los participantes. En total he anotado 30 especies en el maratón.


Hasta ahora, desde que comenzó el confinamiento he observado 43 especies.


Pero las aves (y otros animales) también han modificado su conducta en esta repentina nueva situación de la “desaparición” de los humanos, ocupando más los espacios en las ciudades, especialmente parques, jardines o playas. Para algunas especies (las más urbanas, como los gorriones comunes) puede haberse vuelto algo más complicado encontrar comida al haber desaparecido los desperdicios dejados por el hombre y a los que estaban acostumbrados, pero es probable que, a cambio, estén buscando otras formas de alimentarse en lugares donde antes no podían hacerlo.

Gaviota patiamarilla dándose un bañito en la piscina.

Cuando podamos, los ornitólogos visitaremos rápidamente nuestros lugares preferidos de “pajareo” pero nadie olvidará esta situación creada por la pandemia de Covid-19.



miércoles, 8 de abril de 2020

SÚPER LUNA Y ESTACIÓN ESPACIAL INTERNACIONAL



Pues será porque estoy metido en casa pero después de la anterior entrada de hasta el infinito y más allá, aquí va otra a colación de la súper Luna de anoche y del paso visible (por los pelos, más bien: por las nubes) de la Estación Espacial Internacional (ISS).

La Luna estaba en su máximo perigeo y ofrecía una imagen ligeramente mayor y más brillante que en otras ocasiones. En concreto, su tamaño aparente era aproximadamente un 7% mayor y el brillo sobre un 15% más.

Con el confitamiento, me tuve que conformar con verla desde casa y siguiendo la ley de Murphy (la única inamovible y cierta) salió por detrás de un edificio pero aún pude ver parte del inicio.

Sale la Luna. Los vencejos (y los edificios) se recortan sobre ella.

Minutos después asomaba por encima del mismo edificio y pude hacer algunas fotos más.


Las nubes empiezan a taparla.

Todo eso daba inicio minutos antes de las ocho de la tarde y una hora después el cielo estaba más cubierto de nubes (aplicación también de la ley de Murphy) pero aun así se pudo ver bastante bien el paso de la ISS.

El trazo de la izquierda es la ISS.

ISS en 2009. Ahora ha "crecido" un poco más. ©NASA.

En ese puntito luminoso (en la foto es un trazo) viajan los componentes de la Expedición 62 Oleg Skripochka, de la agencia espacial rusa Roscosmos y los ingenieros de vuelo de la NASA Andrew Morgan y Jessica Meir. Mañana, día 9, está previsto el lanzamiento de una nave Soyuz MS-16 desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán) con el relevo compuesto por Chris Cassidy (NASA), y Anatoly Ivanishin e Ivan Vagner (Roscosmos).


A pesar del confinamiento, siempre podemos mirar mucho más allá y seguir descubriendo y aprendiendo.



Las fotos de la NASA son de uso libre https://www.flickr.com/photos/nasacommons/



lunes, 6 de abril de 2020

PISAREMOS LAS CALLES NUEVAMENTE



Llevamos ya varias semanas de confinamiento para evitar la propagación del virus covid-19. Cada uno lo asimila a su manera, unos mal y otros peor, pero los importantes resultados que se esperaban de esta reclusión parecen estar dando sus frutos.

Estar encerrados en casa nos puede parecer duro. Y eso que tenemos para empezar casa, luego alimentos (podemos ir a los abastecidos supermercados y tiendas), agua (la eficaz gestión de este elemento es vital y está siéndolo), sanidad si la necesitamos (pública principalmente), medicinas, electricidad, gas, teléfono, internet, televisión, radio, prensa… Estamos en casa pero tenemos todas las necesidades vitales cubiertas.

Y sabemos que, a pesar desgraciadamente de los muertos y enfermos,  vamos ganando la guerra.

Desde que empezó el confinamiento, estoy haciendo una viñeta sobre el tema y que subo a mis redes sociales y también envío a algunos amigos. Esta es la de ayer.


Confinados, pero menos, si nos ponemos en perspectiva.

Somos una especie recluida en un planeta y lo hemos estado desde siempre. A pesar de eso, no cuidamos esta casa perdida en una galaxia como otras miles.

Apenas 12 seres humanos han puesto sus pies en otro cuerpo celeste: la docena de astronautas que pisaron la Luna en las 6 misiones del programa Apolo. Y eso que estuvieron un poco más de 80 horas sobre nuestro satélite natural que se encuentra a aproximadamente 384.500 km, nada, "ahí al ladito" si nos referimos a distancias espaciales.

Puntos de alunizaje de la misión Apolo.

Nuestros artefactos no tripulados han llegado mucho más lejos en esa escala aunque a nosotros nos los parezca. Las sondas Voyager 1 y 2 están más allá del Sistema Solar, a 148,471 UA* y 148,876 UA*. Y siguen viajando en un prodigio de la tecnología. Sí, pero de la que existía en el año 1977 (¡hace 43 años!) cuando fueron lanzadas.


Sonda Voyager. NASA

Precisamente, la Voyager 1, nos permitió ver nuestro planeta, todo lo que es nuestro mundo, a una distancia tan lejana que, como dijo Carl Sagan, apenas éramos "un pequeño punto azul pálido". Después, otras sondas (como la Cassini) nos han remitido otras fotos en las que seguimos comprobando que todo lo que nos permite vivir es un ínfimo puntito perdido en el universo.

La Tierra es el pequeño punto azul pálido que aparece más destacado, a la derecha, sobre los anillos de Saturno que aparecen más definidos y cortados a la derecha. Imagen de la sonda Cassini, obtenida el 15 de septiembre de 2006, a 2,1 millones de km de Saturno. NASA.


No cabe duda: estamos esperando el poder volver a salir de casa y disfrutar de la naturaleza. Ahí afuera bulle la primavera y nos tenemos que conformar (por ahora) con verla desde la ventana. Por responsabilidad hacia nosotros y hacia los demás, para frenar al puñetero virus.

Pero vamos ganándole.

Pisaremos las calles nuevamente, como canta Pablo Milanés.



(*) UA. Unidad astronómica. Equivale a la distancia entre el Sol y la Tierra, es decir, unos 149.597.870,7 km. Multiplicando la distancia recorrida por la Voyager 1 actualmente, sale la bonita cifra de 22.210.945.460,69 km, o 57.766 veces la distancia entre la Tierra y la Luna. Casi .


Las fotos de la NASA son de libre uso https://www.flickr.com/photos/nasacommons/