Nuevo paseo por el parque inundable
La Marjal en la tarde del día 29 y la mañana del día 30, ambos con calor que ya
anuncia lo que se nos viene este verano.
Las aves y demás seres siguen con su ciclo y muchos ya tienen a sus crías. El primero que escucho es al petirrojo mientras que en el estanque hay un continuo sonido producido por ánades, fochas, gallinetas, zampullines (con su nido) y ranas. Los vencejos y aviones pasan a toda hora sobre la lámina de agua pero hoy no veo golondrinas.
Sí que veo dos conejos de monte que se han instalado
en el parque. Uno de ellos viene corriendo hacia mí tan en sus cosas que hasta
que no está a unos tres metros no se percata de mi presencia.
Con el aumento de la
temperatura aparecen varias especies de insectos. Entre las libélulas, anoto Sympetrum
fonscolombii e Ischnura graellsi (probl.). También
un ejemplar de la mariposa Pararge aegeria que está exactamente
en el mismo sitio que una que vi la semana pasada mientras que en los setos se
pueden ver Lachnaia sp y en sus huecos a la diminuta araña Araneus angulatus.
Del interior del carrizo sale el canto del carricero común audible apenas por encima de los ruidosos silbidos de los cercanos estorninos negros.
El parque siempre rebosante de vida.
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