jueves, 21 de diciembre de 2017

3UF


Algunas tardes aprovecho para dar una vuelta por el Cabo de las Huertas y pegar un vistazo a las aves que lo frecuentan. Se nota el paso de las migratorias y la llegada de las invernantes, así como la mayor tranquilidad de la zona en lo que se refiere a la menor cantidad de gente que se mueve por allí, lo que favorece la presencia de las aves.

En una roca suelen posarse las gaviotas (especialmente, gaviotas de Audouin) y otras aves. El pasado día 18 observé que una de esas gaviotas de Audouin tenía una anilla de PVC. Pude leerla (a pesar de que se puso en el peor lugar para que pudiera hacerlo) y su numeración ya me resultó familiar: 3UF

La 3UF.


Al día siguiente, metí la observación en la base de datos de anillas de la EBD e, inmediatamente, dispuse del historial de esa ave.

Resulta que fue anillada en la isla de Conejera el 17 de junio de 1999. ¡Más de 18 años! Un buen dato de longevidad. Pero en el listado de observaciones aparece por qué me sonaba la anilla 3UF: la había observado anteriormente en el mismo lugar el 4 y el 17 de diciembre de 2004, el 17 de diciembre de 2005 y el15 de marzo de 2007. Pero, además, dos amigos también la habían observado (en el mismo sitio): Miguel Ángel Andrés la vio el 13 de febrero de 2015 y Jana Marco el 12 de enero de 2016.

Se ve que le gusta este rincón de la costa para pasar el invierno (a excepción de dos lecturas en las Salinas de Torrevieja, el resto han sido en el Cabo de las Huertas) mientras que, las estivales, son en Baleares. Hay que exceptuar el verano de 2002 que sí pasó en Alicante. A saber por qué.



Al irme observo otra gaviota de Audouin. Se mueve de forma rara y al mirar con detalle observo que le falta un “pie”, el derecho. Recuerdo que vi una el 26 de febrero de 2016 a la que también le faltaba un pie. Al revisar en casa las fotos, compruebo que es otra distinta, ya que a aquella le falta el izquierdo y era a más altura de la pata. Podría ser consecuencia de alguna amputación debida a algún tipo de arte de pesca. Quién sabe… De todas formas, en los dos casos, las aves no parecían mostrar debilidad ni ningún tipo de comportamiento extraño, más que un extraño caminar a saltos.

La Auoduin sin pie de hoy.

La anterior, con una amputación mayor.


Los chorlitejos patinegros parecen jugar al escondite pero, en cuanto el sol manda sus últimos rayos, se colocan en alguna roca aislada para adormilarse al calorcillo, algo en lo que los cormoranes grandes parecen ser expertos. En cambio, los vuelvepiedras no dejan ni un segundo de buscar comida. En la mar, las enormes siluetas de los alcatraces atlánticos ofrecen repetidas veces sus espectaculares picados. Solo los charranes patinegros compiten con su velocidad y altura.

A tomar el sol.




Otras aves (tanto marinas como terrestres) han ido apareciendo por la zona, haciendo que pase un buen rato observándolas, a ellas y al paisaje.

El chorlitejo sale volando antes de que le alcance la ola.


Ver también: http://eliasgomis.blogspot.com.es/2012/07/toda-una-vida-en-una-anilla.html




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