lunes, 30 de agosto de 2021

ANDORRA

 

Viajar es una forma de alejarse de todo aquello con lo que la rutina te envuelve y de los malos momentos que la vida nos va dejando caer. Descansa la mente y se evade en un ambiente distinto. Nos merecíamos irnos unos días y elegimos los Pirineos de Andorra como destino.

Durante la semana pasada, hemos recorrido varios lugares del país de los pirineos y disfrutando de sus paisajes y de su naturaleza, tan distinta a la de la terreta.

No hemos parado de ir y venir y, sobre todo, de subir y bajar, con las indicaciones previas del Dónde ver animales en Andorra, por Jana Marco (¡gracias!), la correspondiente planificación, la ayuda de una buena climatología y con la pizca necesaria de suerte para que todo salga redondo.

La lista de lugares, entre otros, ha sido:

-Parc Natural de Sorteny

-Vall de Rialb.

-Coll d’Ordino.

-Tristaina.

-Vall d’Incles.

-El Pas de la Casa.

Y, claro, también poblaciones como Encamp, Ordino, Andorra la Vella o Aix-les-Thermes, ya en Francia.

Entre las observaciones ornitológicas, destacan los 3 quebrantahuesos (2 adultos distintos y un juvenil en otro lugar distinto), picamaderos negro, águila real y el mochuelo boreal (¡bimbo!) que al segundo intento conseguimos escuchar.

Y mariposas, muchas especies de mariposas, algunas tan espectaculares como la apolo Parnassius apollo o la increíble tornasolada Apatura iris.

Flores que salpican el verde del suelo, llenándolo con el cromatismo del arcoíris.

Y qué decir de los paisajes… sí, por ejemplo, que enamoran. O, mejor, como diría Robe Iniesta, “enamoran y ensanchan el alma”.

Pero hay muchas más cosas para contar y se haría muy largo, por lo que procede buscar un punto intermedio.

No sé si lo conseguiré, pero por aquí os dejo el intento, con poco texto y más fotos.

 

CAPÍTULO 1.

AVES, SIEMPRE AVES.



A más de 2000 m de altitud, un cernícalo vulgar vigila en busca del desayuno.

Quebrantahuesos: un tesoro emplumado y objeto de deseo de los ornitólogos.
Raro, escaso, precioso.
Inconfundible, a pesar de la niebla.

Chovas piquigualdas.







Chovas, ahora piquirrojas.

Siempre inquieto, acentor común.

La abundante collalba gris.



Buitre leonado.






 

CAPÍTULO 2.

MARIPOSAS.


Parnassius apollo, tan bella como escasa.
Presenta, en muchos lugares, un carácter relicto, debiéndose su presencia a los grandes movimientos faunísticos inducidos por las glaciaciones cuaternarias. De confirmarse las previsiones de los expertos en relación al calentamiento global observado estas últimas décadas, muchas de esas poblaciones relictas podrían desaparecer definitivamente de los macizos más meridionales en un futuro no muy lejano, a medida que vayan desapareciendo los hábitats que necesita para vivir (Wikipedia).

Además, muy tranquila.

Apatura iris. Lo intenté pero no la pillé con las abiertas.
Buscadla en la red, es es-pec-ta-cu-lar. Un faro en mitad del bosque.



 

CAPÍTULO 3.

FLORES, ÁRBOLES, BOSQUES.



















Verde, que te quiero verde.

Sombríos bosques, refugios de una naturaleza relíctica.
 

CAPÍTULO 4.

PAISAJES QUE ENSANCHAN EL ALMA.

La magia de la niebla.



Fascinación.

Caballos en la niebla y casi en la cima.

El paisaje como tal debe ser uno de los factores para la conservación, además de otros más considerados como los valores biológicos.


Julia disfrutando del paisaje.

Ahora me toca a mí.







Agua, por todos los sitios.


No es llegar a Ítaca, es el viaje.


"Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias".

Andorra es tan montañosa y vertical que a la Luna no le da tiempo a esconderse antes de que salga el Sol.

Las rocas silban y chillan. No, son las marmotas.

Hielo. En agosto. En Andorra.
Y granulado. Explicación que me da mi amigo Pedro José (MeteOrihuela):
Aire cálido arriba, aire frío abajo, algo poco frecuente. La lluvia que procede de una capa alta de aire caliente, cae a través de una capa de aire frío próxima al suelo, formándose al precipitar esos granos o hielos granulados.


Hasta pronto, Andorra.