Mostrando entradas con la etiqueta SEO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta SEO. Mostrar todas las entradas

miércoles, 29 de junio de 2016

ANILLAMIENTO DE CIGÜEÑUELAS (2016) (2ª parte)


Pollo de cigüeñuela.

Nueva visita a las Salinas de Calp con el objetivo de anillar pollos de cigüeñuela. La tarde está nublada y con bochorno por la alta humedad, aunque al final empieza a soplar un poco la brisa y mejora la sensación térmica.

Panorámica de las salinas.

Esta vez acudimos Toni, José, Jesús (un ornitólogo soriano), Marina, Itziar y yo. Observamos que en la parte sur no hay polluelos, aunque sí una gran actividad entre los adultos que no dejan de acosar a las gaviotas en cuanto se les acercan demasiado.

Nido de cigüeñuela.

A la búsqueda de los pollos.

Probamos suerte y nos dirigimos a las orillas del norte donde Toni consigue atrapar dos pollos. Comprobamos que aún resultan un poco pequeños para poderles colocar la anilla y los devolvemos al lugar donde estaban. Más que aves parecen verdaderos peluches y resulta un tanto increíble el cambio que experimentarán al ser adultos, sobre todo por la longitud del pico y de los tarsos.

Itzy con uno de los pollos.

Ahora yo.

El aspecto es muy delicado.



Hemos confirmado también que la cigüeñuela con anilla de lectura a distancia RTN y que observé en la pasada sesión del día 20, es de las “nuestras” y que fue anillada como pollo el 21 de junio de 2013 (ver). El 24 de junio de ese mismo año fue observada por otro ornitólogo en el mismo lugar (lógico, pues era un pollo no volandero) y no había más citas de esta ave en los 1.092 días transcurridos hasta ahora.

Los flamencos siguen en la isleta donde construyeron nidos pero la impresión es que ha sido un fracaso, como en ocasiones anteriores.

Flamenco en la zona de los nidos.


Sí que podemos leer varias anillas de plástico que envío a la Estación Biológica de Doñana para que nos informen del historial de sus vidas. El digiscoping permite asegurar al cien por cien esas lecturas de anillas.

Son:

B|19X
C|J7
X|075
X|JVS
X|NCX


El B|19X no lleva anilla metálica.

Revisando la fotos de la sesión de la semana pasada aparece un flamenco con la anilla 1|PVC (casualidad lo del PVC), que ya envié a la EBD.


También hay una cigüeñuela con anilla metálica que, como es habitual, resulta ilegible por la distancia y los rápidos movimientos del ave.

Cigüeñuela solo con anilla metálica.

Siguen los aviones y las golondrinas alimentándose en las salinas. También lo hacen los vencejos que sobrevuelan al resto de la avifauna como tarros blancos, gaviotas reidoras y patiamarillas.

Gaviotas reidoras.


Nos tomamos un merecido refresco en un bar cercano y planeamos nuevas actividades y, entre ellas, seguir la evolución de los pollos de cigüeñuela de las Salinas de Calp.

Haciendo planes.

sábado, 26 de marzo de 2016

COTORRA DE KRAMER

  
Cotorras de Kramer en el campo de golf de Alicante.

La cruel costumbre de mantener animales salvajes en cautividad genera una larga cadena de daños en el medio ambiente, desde el lugar donde son capturadas (a un ritmo de extinción) a aquellos otros lugares (a miles de kilómetros) donde esos animales se escapan y, si no mueren por la hostilidad del medio, a veces consiguen sobrevivir, establecerse y progresar.

Esa irrupción de una especie invasora suele traer consigo que algunas de las que ya existían (las autóctonas) vean peligrar su futuro o desaparecer porque su nicho ecológico es ocupado por otra especie.

Además de esas consecuencias sobre la biodiversidad, también causan daños sobre los servicios ecosistémicos, la economía, las infraestructuras e, incluso, sobre la salud humana.

La cotorra de Kramer (Psittacula krameri) es un ejemplo de especie invasora. Originaria del África subsahariana e India, ha sido una especie muy vendida en establecimientos de animales de todo el mundo y ya ha colonizado zonas de todos los continentes (a excepción de la Antártida). En Europa, las primeras observaciones de cotorras de Kramer asilvestradas se produjeron en Holanda en 1960.

Parte del bando del campo de golf.

En España aparece de forma más patente a mediados de la década de los ochenta del siglo pasado, aunque hay citas a finales de los setenta. Ahora es especialmente abundante en todas las provincias mediterráneas, en los dos archipiélagos y en Madrid.

Desde 2011 está incluida en el Catálogo Español de Especies Invasoras.

Hace unos días, ya observé un grupo muy numeroso cerca del campo de golf de Alicante. Volví a pasar más adelante y, de nuevo, me encontré con el bando e, incluso, pude hacer alguna mala foto con el móvil. Pude contar 38-43 ejemplares (33 a la vista en un solo grupo y, al menos, 5-10 más muy cerca). Ayer, un día después volví ya con la cámara y, casi a la misma hora, aparecieron otra vez en el mismo lugar, en medio de una gran algarabía de cantos.



Conté 35 ex. cotorras de Kramer que, muy probablemente, pasaron la noche en ese lugar. Como curiosidad, las Kramer se pusieron muy nerviosas cuando una gaviota patiamarilla decidió hacer un vuelo bajo y cercano a ellas. Parecía ver si las cotorras pudieran tener algún interés como plato principal de su cena.


Estas cifras son muy altas para las que se disponía de esta especie en esta zona. El año pasado, SEO/BirdLife organizó un censo nacional para la especie y los datos resultantes aquí fueron muy inferiores.


Os acompaño este texto con unas fotos del bando del campo de golf de Alicante.


sábado, 22 de agosto de 2015

¡A PAJAREAR!



¡A pajarear se ha dicho! ¡Que los foros rebosan de citas en El Hondo y alrededores! Temprano (para no variar) nos vamos para la zona de humedales sudalicantinos Toni, Willy, Marta y aquí, el que suscribe, en una mañana que se anuncia calurosa (para tampoco variar) y con buenas expectativas en cuanto a observaciones (esto sí que es variable).


Los rayos del sol naciente.

Aún está el sol saliendo cuando hace rato que estamos mirando en la zona de la Torre del Tamarit. Lo primero ha sido darnos un absoluto riego por aspersión de repelente para mosquitos a los que hemos visto afilando los picos al vernos bajar del coche. De todas formas, creo que han descubierto una zona indefensa en el borde de mis calcetines.

Flamenco volando cuando rompía el día.

Bajo la torre, los flamencos se dedican a lo que hacen los seres normales a esas horas, es decir, desperezarse, estirando sus desmesuradas extremidades, aunque un pequeño grupo mantiene una disputa sobre algún asunto que no conseguimos averiguar. 

Quehaceres matinales.

Los vuelvepiedras siguen leales a este lugar y se dejan ver.

Vuelvepiedras.

Breve vistazo en Bonmatí, con las salinas de un intenso color dorado.

La sal comienza a cristalizar en las saturadas aguas.




Siguiente paraeta en El Pinet donde hay un grupo de SEO-Vanellus animado a encontrar bicherío interesante por la zona, incluido alzacolas.

Overbooking.

Cigüeñuela.

De ahí a Vistabella y luego al Centro de Información de El Hondo, donde está Antonio Sáez. En uno de los observatorios nos encontramos con Fernando Tomás que está dibujando bocetos de las aves que nos rodean.

Aparece el correlimos pectoral después de un rato de disfrutar de los pequeños Temminck y otros limícolas que corretean por la charca semiseca.

Que no se nos pase ninguno.






Reponemos fuerzas y líquidos mientras centenares de aves hacen lo mismo.


Un grupito de cercetas pardillas comparte una de las charcas con zampullÍnes, fochas cornudas y otras aves. El canto del calamón sale de entre las cañas pero no se deja ver.

Una magnífica mañana con mejor compañía y una buena lista de observaciones, comentarios divertidos sobre dioses y espaguetis voladores, un lago y un monstruo de mier#a y otras temas trascendentalmente intrascendentales (¿o eran intrascendentalmente trascendentales?).

No sé, hacía mucho calor, pero era algo así.

La cuadrilla de hoy, fotografiados en el Centro de Interpretación (gracias, Antonio).

Pues este es el listado de aves que hemos visto:

Abejaruco común
Abubilla
Alcaudón meridional
Avoceta
Calamón (oído)
Canastera común
Cerceta pardilla
Charrán patinegro
Chorlitejo chico
Cigüeñuela
Correlimos común
Correlimos de Temminck
Correlimos menudo
Correlimos pectoral
Correlimos zarapitín
Flamenco rosa
Focha común
Focha moruna
Galllineta común
Garceta común
Garcilla bueyera
Garza real
Gaviota patiamarilla
Gaviota reidora
Golondrina común
Golondrina dáurica
Gorrión común
Lavandera blanca
Martín pescador
Martinete
Morito
Mosquitero musical
Paloma torcaz
Somormujo lavanco
Vencejo común
Vencejo pálido
Vuelvepiedras euroasiático
Zampullín chico

De los que no vuelan, algunos conejos y un pobre erizo atropellado.

Entre los que vuelan pero no tienen plumas vemos un buen número de libélulas y caballitos del diablo.


Iremos dejando que progrese la migración y volveremos de nuevo a pajarear por estos parajes.

viernes, 22 de mayo de 2015

VENCEJOS



No tienen un llamativo colorido, apenas se dejan ver con detalle y se mueven muy rápido (a veces a más de 200 km/h) y a mucha altura (hasta 2.000 m o más). Pero aún así, son fascinantes.

Sí, porque los vencejos me resultan unas aves increíbles y porque tenemos la suerte de poder contar con ellas durante los meses cálidos.


Su llamativa silueta en forma de hoz le ha dado el nombre en valenciano: falzia (falç=hoz).

Estas aves, en su clasificación, pertenecen a la familia Apodidae (de a podos, “sin pies”) por la antigua creencia de que no tenían patas y que, por tanto, si caían al suelo, eran incapaces de despegar de nuevo. Evidentemente, sí tienen patas, pero es cierto que les resulta imposible despegar del suelo porque esas extremidades son muy pequeñas y poco potentes y adaptadas a poderse agarrar en paredes verticales.

Dentro de Apodidae hay 92 especies repartidas por las zonas templadas del mundo y en España contamos con tres: el vencejo común, el vencejo pálido y el vencejo real, a las que hay que añadir el vencejo unicolor solo en las Islas Canarias y las citas irregulares de vencejo cafre.


Estas aves están completamente adaptadas a la vida aérea. Sus evoluciones nos muestran su extraordinaria capacidad para el vuelo. Con una envergadura alar de 42-46 cm y un peso de unos 40-50 g (para el vencejo común, del que hablaré en adelante) pasan casi toda la vida volando, literalmente. De hecho, desde que nacen y abandonan el nido (una simple grieta) no vuelven a posarse hasta que son ejemplares reproductores. Incluso “duermen” en vuelo, sin detenerse.

Su llamativa silueta en forma de hoz le ha dado el nombre en valenciano: falzia (falç = hoz). 

Se alimentan del llamado plancton aéreo (minúsculos insectos voladores) y para ello vuelan hasta 800 km al día. A veces llenan tanto los buches de comida que son apreciables los bultos debajo del pico. Y si llueve, son capaces de beber de las gotas de lluvia.

Detalle del bulto provocado por el gran número de insectos atrapados.

Son aves migradoras. Con la llegada de la estación fría vuelan hacia África central y del sur. Con la llegada de la primavera retornan a Europa. Un pollo anillado en Madrid recorrió 6.000 km en su primer viaje migratorio a África (llegó a Kenia). En esos viajes han sido vistos por encima de los 4.000 m de altitud y en toda su vida, un ejemplar llega a recorrer un millón de kilómetros, lo que equivale a unas 25 vueltas a la Tierra. Casi nada.


Mapa de los movimientos migratorios del vencejo. Fuente: Programa Migra SEO/BirdLife

Los vencejos son especies protegidas por la ley. Está prohibida su caza, la destrucción de sus nidos, etc.

Vencejo pálido.

Hay un vencejo en el suelo, ¿qué hago?
No es raro encontrar pollos de estas especies en el suelo. Muchas veces acaban de salir del nido y están poco alimentados y agotados. Lo mejor es recogerlos, meterlos en una caja de cartón (con agujeros para que respire el animal), dejarla en un sitio tranquilo y seguro y llamar al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Santa Faz (Consellería) al 965153162.

Los vencejos (comunes y pálidos) suelen ser unas de las cuatro especies más atendidas por estos profesionales (p. ej. 210 ex. en 2012, 176 en 2013…). 

La alimentación ha de hacerse con sonda por parte de especialistas.

Unos pocos días de cuidados y los pollos pronto son liberados.

Enseguida acudirán a recogerlo y el vencejo será alimentado hasta que pueda valerse por sí mismo y entonces será liberado. Este proceso es válido para cualquier otra especie animal silvestre.

Y así tendremos la alegría de saber que una de esas saetas oscuras que chillan en las tardes de verano estará allí de nuevo gracias a nosotros.