jueves, 27 de diciembre de 2012

Invierno ¿qué invierno?


Llevamos unos días de una estabilidad meteorológica absoluta. Temperaturas cálidas para esta época del año (máximas de 20-24ºC), noches frescas, vientos suaves, cielos despejados y algunos episodios de nieblas marinas.

El cielo cubierto no deja salir al Sol pero pronto se despejó. 
A la derecha de la imagen se ve el remolcador de Salvamento Marítimo.

La mar, como corresponde a este escenario anticiclónico, llana o casi y la visibilidad excelente, lo que me ha venido muy bien para aprovechar y dar unos paseos por la costa y tener una toma de contacto con lo que nos pudiéramos encontrar para el próximo día 12 de enero, fecha en la que junto a Luis Aleixos y Pepe Santamaría Santa, volveremos a coordinar el censo de aves marinas invernantes en el litoral de la Comunidad Valenciana.

Ya comentaré en otra entrada más adelante más detalles de estos censos pero por ahora, simplemente decir que son realizados desde hace once años (vamos ya a por el doce) por un grupo de ornitólogos voluntarios que contamos las aves que podemos ver desde varios puntos de la comunidad. El de 2012 está disponible aquí.

Ayer, miércoles, recorrí la playa, en la que un horizonte nuboso ocultaba la salida del sol. Antes de llegar, sobre un cartel que anuncia desde hace años la próxima construcción de un edificio, una Collalba blanca canta. Ha debido criar allí por lo menos en los últimos cuatro o cinco años. Luego vería otro ejemplar de esta especie en el Cabo de las Huertas.
  
Otro "pájaro" de los que vi, pero este de hierro. Se encarga de vigilar las actividades pesqueras.
  
La playa de San Juan. Al fondo, el Cabo de las Huertas.

Ya en la playa, varios Alcatraces atlánticos volaban lejanos y pronto se vieron atraídos, junto a unas doscientas aves más, por un lejano pesquero que debía estar descartando pescado. Sin embargo, cerca de la orilla, pasó volando un ejemplar juvenil de Alcatraz, con su característico plumaje achocolatado, de cuyo pico pendían cinco o más metros de sedal. El anzuelo debía estar clavado en su pico o más adentro. Aquello acabará con la vida de la pobre ave que, para más inri, iba siendo acosada por tres Gaviotas patiamarillas.

Unas cuantas Gaviotas de Auoduin flotaban como corchos en la mar y cuatro Correlimos tridáctilos echaban carreritas por la orilla en busca de alimento, manteniendo siempre una prudencial distancia conmigo.

Yendo hacia el Cabo de las Huertas, sobre un edificio singular, una pareja de Cernícalos vulgares se entregaban a sus escarceos, mientras que los Estorninos que silbaban y maullaban en las antenas no acababan de sentirse seguros, aunque las pequeñas rapaces parecieran estar a lo suyo.

Huellas en la arena.

Un pequeño bandito de 21 Pardelas baleares (una de las aves más amenazadas) vuelan hacia el sur, cuando hacía un rato que una Pardela mediterránea había pasado en dirección contraria. Más cercanos, los Charranes patinegros se lanzan en rápidas zambullidas tras pequeños peces que han descubierto en sus vuelos.

Sobre una losa de piedra, en la orilla, varias gaviotas descansan. Hay Gaviotas de Audouin y algunas reidoras, pero también dos ejemplares de Gaviota sombría, especie menos frecuente.

Gaviotas de Auoduin. Detrás (a izda. y dcha.) aparecen dos Charranes patinegros.

Las Currucas cabecinegras, Verdecillos, Jilgueros y algunos Lúganos aprovechan los arbustos del cabo para alimentarse, lo mismo que hacen tres Chorlitejos patinegros y un chico en la orilla rocosa.

También, entre la vegetación de esta zona descubro Bisbitas comunes, Lavandera blancas y cascadeñas, además de Colirrojos tizones, Petirrojos y una elocuente pintada sobre el muro de un chalet que se está construyendo cerca de la orilla.

Todo lo dice la imagen.

Al día siguiente, es decir, hoy, he ido más tarde y el “pajarerío” ha estado menos presente, pero me he llevado la gratísima sorpresa de ver 3 Delfines mulares nadando hacia el sur. Verlos saltar como si ejecutaran un elegante ballet, en una mar resplandeciente y destellante por el sol, ha sido un espectáculo fantástico.


Reconforta sabe qué aún nos queda algo ilusionante, incluso en entornos tan humanizados.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Hay que aprovechar cualquier rato que se pueda para dar un paseo y disfrutar.
      Igual nos ponen un impuesto para el año que viene ;)

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