Todas las predicciones
meteorológicas que he consultado (Aemet, Windguru y Wisuki) anuncian viento
para hoy y aciertan. Sopla bastante bien. Y visto cómo está el cielo, pienso en
sacar algunas fotos si el atardecer se pone interesante. Como ya tenía todo
preparado para otra actividad que, al final, ese mismo viento ha suspendido, me
animo y me acerco a la playa de La Almadraba.
Hay cuatro kitesurfers que aprovechan el viento para
disfrutar con sus tablas y velas. Les hago algunas fotos a pesar de la
diferencia de luz entre el mar y el cielo, todo bajo un manto de nubes y con el
sol ya muy bajo.
Poco a poco el sol va bajando
y el cielo empieza a enrojecer. Hay un mercante en el horizonte, “junto” al
Cabo de Santa Pola. Pasa un avión. Hay que aprovechar ese momento.
Una cosa es estar moviéndose y
otra muy distinta estar quieto haciendo fotos. El viento provoca una sensación
térmica baja a pesar de que la temperatura sea relativamente suave. Por suerte,
me he traído un gorro.
El cielo comienza a arder. Las
nubes se inflaman. El resto del cielo se vuelve de una gama de colores entre un
gris ceniza y el añil. Las luces van del rojo vivo al amarillo intenso, pasando
por toda una gama de anaranjados.
Pensaba que no iba a tener
tanta suerte pero el espectáculo que me ofrece el cielo en llamas sobre la
ciudad de Alicante es una buena recompensa. Hago fotos rápidamente porque sé
que este escenario es muy breve, casi efímero y que dejar pasar unos pocos
segundos puede suponer perderse un instante mágico.
No sé si se me ha escapado
alguno de ellos pero sí que os puedo enseñar todos estos que tenéis aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario