No. No es un nuevo centro
comercial. Es algo mucho más natural y desde luego muchísimo más relajante.
Recordad esos días de lluvia
(ya sé que es difícil y que hace mucho que no llueve, pero haced un esfuerzo, que
no tendréis agujetas) y sobre todo haced memoria de esos momentos en que se
detiene el aguacero tras un largo periodo de sequía y todo el ambiente se llena
de olor a tierra mojada.
Eso es el petricor.
En momentos así es cuando nos llega el petricor.
Pero no es el suelo mojado el
que crea el petricor. Es el fruto de una reacción metabólica de unas
actinobacterias sobre ciertos aceites emitidos por algunas plantas. Sorpresa.
Unos microscópicos bichos (o casi bichos) actuando sobre moléculas de aceite vegetal, crean un
aroma tan extenso y agradable que la memoria es capaz de albergarlo para
siempre.
La Real Academia de la Lengua
aún no ha acogido este término pero todo llegará, sobre todo después de haber
admitido cosas como almóndiga,
murciégalo, toballa o culamen (sí, no te rías, que es cierto y asín (también) figuran en el último
diccionario) y cuando lo haga ya podremos ponerle nombre de forma oficial.
De todas formas, creo que
decir “olor a tierra mojada” es más acertado. O por lo menos más emotivo.
Unas pocas gotas han caído sobre el suelo cuarteado: huele a tierra mojada.
Que bueno que eres.
ResponderEliminarJajajaja me alegra que te haya gustado ¡gracias!
Eliminarme flipa ese olor!!!!! desde hace muchos años...gracias!!!
ResponderEliminarA mucha gente le ocurre igual. Creo que ese olor podría estar almacenado en algún primitivo rincón de nuestro cerebro y que éste que lo identifica como una sensación agradable y beneficiosa, por lo que supone el marcar el fin de las sequías.
EliminarSin duda, el olor que más recuerdos me evoca, junto al de redes y salitre...
ResponderEliminarHay algo primitivo en ese olor, algo que conecta con algún antiguo rincón del cerebro.
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