Ayer, 20 de octubre y casi sin
previo aviso, tuvimos un rato de tormenta (breve pero intensa) que nos dejó
unos fuertes rayos y la esperada lluvia. En quince minutos se registraron cerca
de 15 litros, junto a rayos muy próximos y fuerte viento con rachas de hasta 53
km/h, según los datos de Aemet. El total de lluvia de ayer en Alicante fue de
21,2 l.
El cielo amenazante.
Empiezan los problemas en las calles.
En cuanto paró un poco la
lluvia, cogí los cacharros de fotografiar y me fui a la playa de la Almadraba.
Desde allí hice las fotos que veis a continuación. Un par más de aficionados a
la foto y algunos curiosos se acercaron también.
El cielo, muy oscuro.
Una brecha en el espeso manto
de nubes dejaba pasar la luz del sol en forma de rayos que descendían sobre la
ciudad. La lluvia persistía aunque de forma calmada y dejando la superficie del
mar dibujada con anillos y burbujas.
Al final de la tarde el cielo
siguió con su cambio de tonalidades y pareció incendiarse con las nubes
brillando con rojos y amarillos.
Los rojos y amarillos aparecen sobre el cielo de la Serra Grossa.
De ahí fue tomando un color
raro y variable, de los que cuesta entender que puedan producirse en ese
escenario de tiránico azul mientras que, al norte, el cielo seguía muy oscuro y
continuaban los destellos de los rayos, acompañados del retumbar de los
truenos.
Un raro color inunda el cielo.
Todo se vuelve de ese color.
La escorrentía del agua de la lluvia abre surcos en la arena.
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