La luz del otoño y más en las
tardes nubosas, casi tormentosas, es muy especial, suave y cálida. Sería una
lástima no aprovecharla tal y como se muestra en el cielo, las nubes y, cómo
no, en los reflejos.
Os dejo unas pruebas de todo
ello en estas fotos del pasado día 24.
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