Los 18 días de lluvia del mes
de marzo y los registros en varias localidades que han superado en solo 30 días
la media anual de poblaciones como A Coruña, hace que las aves se hayan
encontrado este año con unas inusuales condiciones meteorológicas y que su paso
migratorio se haya visto afectado pero, desde luego, ese viaje ha seguido como siempre.
Esta mañana aprovecho para dar
una vuelta a primera hora por el parque inundable La Marjal. La primavera se
nota en la vegetación y en la actividad de las aves.
Apenas entrar veo a un par de
carboneros comunes atrapando
insectos en un chopo. Una de las aves está anillada y casi con toda
probabilidad lo ha sido dentro del proyecto de anillamiento científico de aves
que Jana y yo estamos llevando aquí con la colaboración de Aguas de Alicante y
la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Alicante.
Muy cerca se mueve un nervioso
papamoscas cerrojillo, una especie
que solo podemos ver por aquí durante los días del pase migratorio. Me cuesta,
pero al final puedo hacerle algunas fotos.
En una zona donde los vemos
con mucha frecuencia, se mueven varios mitos
(uno, anillado), una de las aves más pequeñas que tenemos. De hecho, su peso es
el de una moneda de dos euros.
También pequeños son los mosquiteros musicales (pesan lo mismo
que los mitos), de los que puedo ver 2 ex, la misma cifra que observo de mosquiteros papialbos. Más escaso es el
mosquitero silbador, que también
está en su desplazamiento migratorio y que del que consigo ver 1 ex.
Las ruidosas urracas se pueden observar yendo y
viniendo y posadas sobre los árboles o caminando por el suelo. Su negro se
tornasola con los rayos solares.
Muy atento está un alcaudón meridional en lo alto de un
árbol. Parece que nada se le escapa desde su atalaya. El cernícalo vulgar pasa también en busca de alguna presa.
En el estanque nadan los ánades azulones (con 6 patitos), fochas comunes, gallinetas comunes y 3 zampullínes comunes.
Entre la vegetación lacustre
canta el cetia ruiseñor y también un ruiseñor común que no hará mucho que
habrá llegado de África central y que puede que anide en La Marjal.
Un macho y una hembra (esta,
anillada) de curruca capirotada se
mueven en un árbol. Ya son días de que partan a lugares más frescos aunque se
van dando citas de nidificación de la especie en puntos más litorales y
cálidos. Estaremos atentos.
Una abubilla pasa con ese vuelo que recuerda al de una mariposa
gigante. En el pico lleva un insecto que probablemente servirá de alimento en
el nido.
En unos días, el flujo
migratorio se irá debilitando y pronto solo se quedarán aquellas aves que pasan
el verano aquí, aprovechando para anidar.
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