viernes, 1 de junio de 2012

UNA NATURALEZA CERCANA



Muchas veces la palabra naturaleza la asociamos a grandes espacios y a especies singulares y espectaculares. Pero también es naturaleza toda esa vida que tenemos alrededor en nuestros pueblos y ciudades. Y no menos importante ni, por supuesto, tampoco menos bella. En Alicante, si nos fijamos un poco, encontraremos esos retazos de los últimos supervivientes en un medio tan transformado.

Abeja libando en una flor de Moricandia arvensis, una planta frecuente en descampados y bordes de caminos.

Esa “naturaleza urbana” se ve altamente modificada por nuestra propia forma de vida pero la vida es pertinaz y sale adelante por poco que la dejen. Aves, mamíferos, insectos, reptiles, anfibios, peces, plantas… están a nuestro alrededor en edificios, calles, parques y jardines, en zonas periurbanas, en playas, en cauces y en cualquier rincón.

Se adaptan a un medio hostil pero que también presenta ciertas ventajas y algunas especies ya no saben vivir lejos de las aglomeraciones urbanas. El Gorrión común sería una de esas especies. No lo encontraremos lejos de ciudades y pueblos, siempre está cercano a los hombres. Hasta su nombre científico (Passer domesticus) nos señala esa condición que ya adquirió (según demuestran excavaciones arqueológicas) en el Neolítico, cuando las humanos dejaron de ser nómadas y comenzaron a establecerse para dedicarse a la ganadería y a la agricultura.

Gorrión común sobre el respaldo de una silla en la terraza de una cafetería.

Las palomas también ocupan cielos y fachadas como los vencejos, estos sólo en la época estival. Son parte de la avifauna urbana que nos rodea y que puede pasarnos más o menos desapercibida pero que comparte la ciudad con nosotros. La noche dará paso a la aparición de murciélagos, que incansablemente irán atrapando insectos mediante su "radar".

Las gaviotas patiamarillas se han convertido en unos vecinos comunes en Alicante.

También las fachadas son el hábitat de las casi translúcidas salamanquesas que trepan por esas verticales de ladrillo y hormigón con una facilidad tan asombrosa como sencilla.

La flora está representada por aquella que el hombre mantiene en parques y jardines, una especie de versión reducida e idealizada de cómo creemos que es la naturaleza verdadera. Entre los árboles encontramos especies autóctonas (pinos, algarrobos, olivos, etc.) pero sobre todo una amplia variedad de especies exóticas. En las zonas no urbanizadas aparecen numerosas especies de plantas, adaptándose al tipo de suelo y de ambiente. No es raro encontrar especies como la viborera, las  amapolas, las margaritas y otras muchas con llamativos colores. Incluso en nuestra urbanizada costa crecen algunas especies que son únicas en el mundo, como el Limoniun furfuraceu (ver). 

 Mariquita sobre la flor de unos agrets (Oxalis pes-caprae).
 Oruga en una viborera (Echium vulgare).
Amapola.

Hace algunos años, unos buenos amigos y yo, hicimos varias campañas de educación ambiental bajo el título “Las Aves Urbanas”, así como otras ampliadas a otros seres vivos a las que llamamos “El pequeño naturalista urbano de Alicante”. Con ellas (y otras más específicas en función de la edad) pretendíamos (y espero que consiguiéramos) acercar la naturaleza de la ciudad de Alicante a los muchos centenares alumnos que participaron.

Algunos de los materiales impresos que hicimos en las campañas.

Sería deseable aprovechar de forma permanente la fauna y flora de la ciudad como un recurso educativo que aproxime el medio natural a los más jóvenes para que aprendieran a que no sólo hay naturaleza en los grandes y conocidos lugares que ven en los documentales de la televisión sino que es un mundo mucho más cercano y que ignoramos.



5 comentarios:

  1. Algunos creen que la naturaleza es algo lejano y extraño, incluso que no forman parte de ella. La verdad es otra, y si no conseguimos concienciación, no iremos muy lejos en nuestro viaje.
    Gracias por acercar la naturaleza a los jóvenes, ellos son el futuro.

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    2. Ellos mañana nos reprocharán lo que nosotros hoy no hemos conservado. Me parecería horrible y vergonzoso decirle a mis hijos que no hice nada.
      No sé cuánto puedo hacer, pero sé que puedo hacer algo y quizá sea poco, pero es algo que se suma a muchos otros pocos y puede conseguir resultados.
      Como dice el refrán: "Tota pedreta fa marge".
      Gracias por tus comentarios.

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  2. Si, estoy de acuerdo es imprescindible educar y formar, colaborando cada uno en la medida que pueda. Cuando te muestran además lo más cercano, lo sientes más tuyo y sientes un cierto orgullo por esa fauna y flora que te rodea ... creo que no soy idealista ¿no?
    Me parece excelente la labor que realizas

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    1. Es que debemos ser idealistas, creer que podemos cambiar el mundo porque de lo contrario, lo llevamos claro. Como canta el maestro Serrat: "Sin utopía,
      la vida sería un ensayo para la muerte (...)
      ¡Ay! Utopía,
      cómo te quiero
      porque les alborotas el gallinero"
      ¡Muchas gracias, Rosana!

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