-Hermoso… hermoso
-La vista de una magnífica desolación
-Magnífica definición
Conversación entre Armstrong y Aldrin en la superficie
de la Luna el 20 de julio de 1969.
Si miramos la Luna podremos comprobar una situación curiosa. El Sol tiene un diámetro de 1.392.000 km y está a una distancia media de 149.597.871 km de la Tierra, mientras que la Luna tiene un diámetro de 3.476 km y nos separan "sólo" 384.400 km de ella. Eso hace que nos parezcan del mismo tamaño. Por otro lado, la Tierra tiene ese único satélite, mientras que los planetas que conforman nuestro sistema tienen un número de satélites diferente, desde planteas como Mercurio o Venus que no poseen ninguna hasta los 63 del gigantesco Júpiter. Eso quiere decir que al igual que tenemos un astro destacado durante el día por la noche ocurre lo mismo.
Luna llena. Imagen obtenida con telescopio.
Esto, sin duda, sirvió de inspiración a numerosas religiones, mitos y tradiciones. Un “mismo” cuerpo celeste en el firmamento, dio lugar a muchas interpretaciones sobre dioses y sus voluntades sobre los hombres. Los eclipses que se producían eran causa de temores y premoniciones de grandes catástrofes por el enfado o el capricho de las deidades de turno.
Montaje fotográfico del eclipse lunar total del 3 de marzo de 2007.
Pero la Luna es “simplemente” un satélite atrapado en el campo gravitatorio terrestre que se produjo tras un impacto de un cuerpo celeste del tamaño del Marte actual en los inicios de la formación del Sistema Solar. Los primeros astronómos pensaron que las grandes manchas oscuras debían ser mares y así los denominaron, manteniéndose esos nombres actualmente, cuando ya sabemos que no existen como tales, aunque recientes investigaciones confirman la presencia de hielo en los casquetes polares y en el subsuelo. Con una atmósfera casi inexistente, una gravedad menor que la terrestre, da una vuelta a la Tierra cada 27 días, 7 horas y 43 minutos.
La Tierra y la Luna vistas desde la sonda espacial Mariner 10, el 21 de diciembre de 1999 (NASA).
El 20 de julio de 1969 llegaba el hombre por primera vez a la Luna, aunque debido a la hora podremos también encontrar que fue el día 21. La misión Apollo XI compuesta por los astronautas norteamericanos Neil A. Armstrong, Edwin W. Aldrin Jr. y Michael Collins a bordo de un cohete Saturn V. Serían Armstrong y Aldrin los que pisarían la superficie lunar después de descender del módulo lunar Eagle, mientras que su compañero Collins les esperaba en el módulo de mando Columbia.
El Saturn V despegando desde Cabo Cañaveral (NASA).
El módulo lunar (LEM) iniciando el alunizaje después de separarse del módulo de mando (NASA).
Eran las 02:56 horas, en horario UTC (United Time Coordinated, Tiempo Universal Coordinado) es decir, la hora del meridiano de Greenwich, cuando Armstrong ponía sus pies sobre la Luna y decía aquella famosa frase “It’s small one step for a man, one giant leap for a makind” (“Es un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad”) dejando sus huellas para siempre en el Mar de la Tranquilidad y suponiendo la primera ocasión en la que el hombre se encontraba sobre otro cuerpo del sistema solar. La misión en total duró 8 días, 3 horas, 18 minutos y 35 segundos desde el despegue en Cabo Cañaveral hasta el amerizaje en el Pacífico, a unos 1.500 km al sudoeste de Hawaii y fue un acontecimiento de los más destacados de la historia de la humanidad.
La NASA tiene disponible sin derechos de autor una serie de aquellas históricas imágenes, algunas de las cuales incluyo aquí.
Armstrong sobre la superficie de la Luna (NASA)
La Tierra asoma por la superficie lunar, vista desde el módulo de mando (NASA).
Me sigue pareciendo asombroso cómo con los medios de la época se llegó a la Luna, el mayor de los viajes que ha hecho jamás el ser humano. Hubo otras misiones posteriores Apollo que llevaron más hombres de nuevo a nuestro satélite, desde el Apollo XII al XVII, a excepción del peligroso vuelo del Apollo XIII que estuvo a punto de acabar en tragedia, pero fue la misión número 11 la más recordada y destacada. A mi me sigue impresionando y no puedo olvidar la fecha, primero por su trascendencia y luego, más "de andar por casa", porque ese día es mi cumpleaños. Igual es por eso por lo que me dicen que a veces "estoy en la luna".
La voluntad del ser humano es capaz de conseguir objetivos grandiosos o terroríficos, que nos pueden llevar a un mayor conocimiento de nuestro universo y de nosotros mismos o conducirnos a nuestro ocaso. La Luna y la aventura de su exploración siempre nos lo recordarán.
The songs of a distant Earth, un buen disco de Mike Oldfield para escuchar y pensar sobre el universo.
Fotos NASA sin derechos de autor disponibles aquí
Antes de nada, feliz cumpleaños.
ResponderEliminarMe ha gustado tú entrada, como siempre muy completa. Ya que eres tan "lunero", puedes considerar que, más que un satélite nuestro (ese etnocentrismo), somos dos enormes trozos de roca girando alrededor de nuestro eje gravitacional. Quizá eso nos coloque más en nuestro sitio y nos relativice un poco nuestra importancia.
Desde ser el centro del universo y plana, acabamos de degradar la Tierra a trozo de roca, esto si que puede herir el orgullo de alguno.
Efectivamente, sólo somos un minúsculo y anodino grano de arena en medio del desierto espacial, un planeta vulgar en un sistema solar corriente en un punto sin interés de una común galaxia. La única diferencia es que (por ahora) somos el único grano de arena donde existe vida (que sea inteligente es otra cosa, para comprobarlo se pueden leer los titulares de los periódicos) y que por designio de los dioses, el azar o a saber qué, nos ha tocado vivir en él, aunque no sepamos cómo convivir con los demás vecinos. Por cierto, vendría bien este disco para esta entrada http://www.youtube.com/watch?v=gxyVY7ObZls.
EliminarAh, y muchas gracias por felicitarme por el cumpleaños y por seguir este blog. Un abrazo
Gracias a ti por tus esfuerzos. Como siempre, el ya veterano Miguel Campoviejo, que para eso tiene residencia en Eivissa, puede aportar su granito de arena al asunto.
ResponderEliminarUn granito de arena en el universo pero que también destaca, cómo no.
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