Tarde de anillamiento el
domingo 10 en el Màs de Tetúan, en el PN de la Font Roja, con Pep, Jana,
Miryam, Abel, Javier y Pablo. Se colocan cuatro redes que nos permiten anillar
un buen número de especies y ejemplares.
Precioso macho de pinzón vulgar.
Aprovechamos para controlar
algunas cajas nido de las que controla Pep y en las que encontramos de todo. Una contiene un huevo de
otra temporada, otra tiene muestras de depredación por garduña (arañazos en la parte superior, restos de plumas, etc.).
Encontramos otra con pollitos muertos de carbonero
garrapinos (probablemente también por la garduña) y, por fin, para nuestra
gran alegría, una con “habitantes” vivos: pollitos de herrerillo común que rápidamente anillamos, pero que más
rápidamente nos enamoraron.
Pollo de herrerillo común.
Comprobando las cajas.
Una bonita orquídea Cephalanthera
rubra crece al lado de donde montamos el chiringuito para anillar las
aves.
Orquídea Cephalanthera rubra.
Durante el tiempo que estamos
anillando también podemos disfrutar de la observación y el canto de otras aves.
Por ejemplo, un chotacabras gris nos
sobrevuela con el sol ya cayendo en el horizonte, y que pronto inundará todo de
una envolvente luz anaranjada.
Extrayendo aves de la red.
La lista de aves observadas es
esta:
Agateador común
Carbonero común
Carbonero garrapinos
Chotacabras gris
Herrerillo común
Herrerillo capuchino
Mosquitero ibérico
Mosquitero papialbo
Petirrojo
Pinzón vulgar
Reyezuelo listado
Verdecillo
Mosquitero ibérico.
Su "primo", el mosquitero papialbo.
Reyezuelo listado.
Puesta de sol.
Me recuerda a Apocalypse Now. Le pones unos helicópteros y olor a napalm y ya está.
Hay que hacer alguna foto del atardecer (y también a los que le hacen fotos) :D
Iniciada la noche regresamos
pero por el camino aún nos detenemos varias veces. Las luces de los frontales
iluminan a un par de arruís que
parecen dudar qué hacer, pero que acaban cruzando la pista y desapareciendo al
trote monte arriba. Un poco más adelante, un sapo corredor hace honor a su nombre y atraviesa el camino con tiempo
de récord olímpico. Unos minutos después, escuchamos el croar de varios
ejemplares más.
Sapo corredor.
Los ojos de una Lycosa
hispanica brillan a la luz de los frontales, delatándola en el margen
del camino. Sorprendemos a otra araña, una Eusparassus levantinus, dedicada a
su deambular nocturno y a la que le hace poca gracia que la molestemos.
Eusprassus levantinus.
También andaba a sus cosas una
joven garduña que apareció en el
camino y que acabó perdiéndose en el bosque aunque pude sacar un vídeo que no llega
ni a dos segundos.
Una tarde muy completa y
amena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario