EL FONDET DE LA SENIETA Y EL SALADAR DE AGUA AMARGA

Las lluvias torrenciales han devuelto a la “vida” algunos humedales que pasan años prácticamente secos. Entre ellos tenemos El Fondet de la Senieta y el Saladar de Agua Amarga. El primero se encuentra en término municipal de Elche mientras que el segundo está a caballo de Elche y Alicante. Ambos hacía muchos años que no se veían con los niveles actuales de agua.

Y las aves lo saben.

La tarde del 20, en Agua Amarga, puedo ver un águila pescadora que hace un frustrado picado que alarma a todas las aves de una de la charca y las hace volar. La mañana del 21 son dos aguilillas calzadas las que pasan.

El Fondet de la Senieta

Un paseo por la tarde del pasado día 20 y la mañana del día siguiente permite contemplar cómo ha ido ese cambio y cómo las aves han ido llegando. Probablemente, cuando baje un poco el nivel, aparecerán más limícolas pero por ahora se pueden ver otras aves más adaptadas a un medio más acuático.

Hay 3 cernícalos vulgares enfrascados en una rápida y ruidosa persecución aérea mientras que un grupo de grajillas alborotan en una palmera y los estorninos negros silban y parlotean en un tendido eléctrico.

Grajillas.

El Saladar de Agua Amarga inundado.

Al fondo, con el aeropuerto de telón, un grupito de flamencos comunes se asoman a duras penas sobre la vegetación, estirando sus largos cuellos.

Fochas comunes y algunas gallinetas se mueven por allí, junto a azulones, en las zonas más lejanas. Vuela un alcaraván sobre el saladar y asusta a un andarríos chico. Fugazmente veo a un avefría. Puede que hubiera alguna más, pero es difícil observar lo que hay en esa zona.

También chillan las cigüeñuelas comunes mientras se pasean los tarros blancos por las zonas emergidas que también ocupan varias garzas reales. Una garcilla cangrejera permanece inmóvil, como si estuviera contemplando aquel novedoso paisaje. El que está inmóvil para evitar ser descubierto es un alcaudón meridional. Posado sobre un arbusto seco vigila. No sé si sabe que detrás de él hay un martinete quieto como un tronco.

Por el nivel del agua, las aves aprovechan el vallado para posarse.

También observo una explosión de libélulas, especialmente de Sympetrum fonscolobii, así como de saltamontes, de los que las abundantes garcillas y otras aves dan buena cuenta.

Sympetrum fonscolombii

Garcilla bueyera.

Pasan en vuelo algunas golondrinas comunes y aviones comunes. Solo puedo ver unos cuantos vencejos pálidos que vuelan no muy altos.

Habrá que volver a contemplar estos parajes y a su avifauna.


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