Hemos estado unos días por los Pirineos de Andorra y como sigo
de vacaciones y no tengo muchas ganas de trabajar, os dejo algunas fotos
comentadas.
Lugares para disfrutar. Y asombrarse.
La sequía de este año se nota en la vegetación.
Silban, alarmadas, las marmotas.
Siempre alerta y cerca de dónde esconderse.
Otro vigilante.
Nubes que tocan las cimas y luego se deslizan por barrancos y valles. La temperatura cae rápidamente cuando se va el Sol. O cuando llueve.
Después de tantos días de calor en la terreta, se agradecen (y mucho) estas temperaturas. 13ºC a las 09:34.
Y, además, alguien vigila muy de cerca mi plato de macarrones 😂
Cae la noche y desde lo más profundo del abetal nos llega, claro y repetido, el canto del mochuelo boreal. Ha sido fiel a su cita.
Caminos, sendas, puentes, ríos, montañas...
Todo con la banda sonora del agua.
Y la vida asomándose por cada rincón.
Aunque, a veces, parecen no querer vernos.
Libélula Aeschna juncea al solecillo.
Aún quedan flores que colorean el paisaje.
Pero, para colores, los de los insectos. Gonepteryx rahmni ♂.
Hesperia comma.
Pieris napi.
Speyeria aglaja.
Lysandra coridon.
Gracias otra vez, Jana, por ayudarme en la identificación de los insectos anteriores.
Frutos para el otoño.
Sale el Sol: juegos de rayos, vapor y luces.
Todos parecemos disfrutar del entorno.
¡Andorra: hasta la próxima!
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