Hoy toca ir a ver marinas
desde el Cabo de las Huertas. Jana y yo llegamos pronto y pronto vemos que la
cosa está paradilla. No hay apenas alcatraces
atlánticos (solo vemos 4 en las tres horas y media que estamos mirando) y
ni una sola pardela balear.
Así que nos entretenemos mirando gaviotas. Hay un total de 11 ex. de gaviota de Audouin (una con anilla CL43 ) y varias gaviotas patiamarillas.
Una de las patis lleva una anilla con la leyenda N:N1R. Es la primera
vez que veo usar lo de los dos puntos en una anilla. De momento, aún no tenemos los
historiales de vida de estas dos aves anilladas.
Gaviota patiamarilla con anilla N:N1R
Algunas alcas comunes de dejan ver en vuelo o posadas. Más cerca, observamos chorlitejo patinegro y vuelvepiedras euroasiático, además de varios cormoranes grandes.
La mañana avanza y también la
temperatura, haciendo ya calor (seguimos en invierno, quién lo diría) y
entonces hacemos un descubrimiento: un colimbo, lejos, muy lejos, pero es un
colimbo. Lejos es que Google Maps nos
dice que está a ¡3,850 m! ¡Casi cuatro kilómetros!
A pesar de la distancia, descartamos
el colimbo chico y nos quedamos con el colimbo grande/ártico. ¿Qué hacer?
Pues a buscarlo. Nos desplazamos
hasta el lugar por el que lo hemos visto. ¡Y sigue allí! Nos metemos en la
orilla de la playa de Muchavista (El Campello) y entre paseantes y gente tomando
el sol lo relocalizamos e identificamos: es un ¡colimbo grande!
Lo vemos hasta comerse un pez.
Está tranquilo y solo se aleja cuando pasa algún barquito o moto de agua. Lo
podemos observar a placer y todo el tiempo hasta que ya tenemos que irnos.
Sin duda, desde el Polo Norte,
entre los renos de Papá Noel, ha viajado un colimbo grande hasta Alicante.
Una estupenda mañana de
pajareo con premio final.
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