Estamos en la noche más corta
del año. La fiesta de la noche de San Juan se remonta siglos atrás como celebración
del solsticio de verano. Encender hogueras en esa noche es el intento de que el
día se siga prolongando en la noche, por muy corta que sea en esa fecha. En
Alicante, les Fogueres de Sant Joan
se queman a la noche siguiente, seguramente por alguna vieja razón de marketing
y turismo.
Sin hacer fuego, por supuesto,
anoche nos fuimos a disfrutar un rato de esa noche y a hacer algunas fotos.
Mientras cenábamos con la vista de toda la Bahía de Alicante como fondo, el
olor a romero y tomillo en el aire, un búho
real dejó un único y sencillo ulular. La temperatura era de unos deliciosos
19 grados.
Vamos haciendo algunas fotos
del firmamento y del paisaje nocturno. La Osa Mayor se distingue claramente,
ayudada a que esa parte del cielo es la que menos impacto sufre la
contaminación lumínica.
La sorpresa fue cuando 47
puntos luminosos, uno detrás de otro, en perfecta fila india, aparecieron
veloces en el cielo. Tras un primer segundo de sorpresa, los identifiqué con un
tren de satélites Starlink, propiedad de Elon Musk (sí, el de SpaceX, Tesla y
demás) que habían sido lanzados el día anterior. Ya lleva puestos en órbita más
de 4.600 de estos artefactos destinados a proporcionar internet en prácticamente
cualquier punto del planeta.
Al regreso, nos encontramos
con un chotacabras cuellirrojo
posado en una carretera, algo frecuente en esta ave y que aprovecha que muchos
insectos se sienten atraídos por el calor que emite la calzada y él los caza en
ese lugar.
Feliz solsticio de verano.
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