La nube esconde las estrellas y canta victoria
pero luego se desvanece: las estrellas duran.
(Rabindranath Tagore)
Algo
así nos pasó anoche. Fuimos a La Carrasqueta a hacer algunas fotos del cielo
nocturno y saliendo de Alicante ya vimos algunas nubes en la zona de montaña.
Cuando
llegamos, a 1055 msnm, una mar de nubes se extendía por debajo de nosotros,
sobresaliendo tan solo el Cabeçó d’Or y la Serra de Migjorn. La vista era
excelente y la capa de nubes reducía la contaminación lumínica de Alicante y de
las poblaciones de su área metropolitana.
Pronto
se hicieron visibles las primeras estrella y apareció la Vía Láctea, formando
su arco sobre el firmamento. Estamos en uno de los mejores momentos (de hecho,
el mejor) para ver una pequeña parte de nuestra galaxia. La ausencia de la Luna
nos permitió disfrutar de unas buenas condiciones de observación.
Además,
estamos en época de perseidas, aunque nuestro horario solo alcanzaba al
principio de la lluvia de estrellas. De todas formas, vimos cinco de estas estrellas
fugaces, alguna realmente espectacular por el tamaño y luminosidad.
La
niebla nos alcanzó y tuvimos que parar un rato. También, eso creó una alta
humedad que hizo que la lente se empañar y hubo que ir limpiando.
Los
21ºC, el mar de nubes, las estrellas y el arco de la Vía Láctea fueron
realmente muy agradables de disfrutar.
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