Día
15.
Paseo por la zona del Bec de l’Àguila
con pocas aves a destacar, con las habituales cogujadas, palomas torcaces
y tórtolas turcas. También un grupito de 3 mitos y algún alcaudón
meridional atento buscando el almuerzo y varias libélulas como Sympetrum fonscolombii que se mueven muy
rápidas animadas por las altas temperaturas.
Día
17.
Voy al Cabo de las Huertas, concretamente a Cala Cantalar, donde no hay movimiento apenas de migración, aunque
las lluvias que están previstas quizás hagan que las aves se muevan más en los
próximos días. Una collalba negra
vigila desde los cortados rocosos mientras que el cernícalo vulgar lo hace desde las alturas mientras que las urracas van y vienen dando graznidos.
Paso de un par de golondrinas comunes hacia el sur.
Por la zona de más vegetación
observo currucas cabecinegras, una curruca capirotada y un mosquitero musical. A punto de irme,
veo una curruca mosquitera, que al
momento vuela asustada por el vuelo escandaloso de un mirlo común.
Por la tarde, en la playa de La Almadraba, varias gaviotas de Audouin, gaviotas patiamarillas, un cormorán moñudo y varias golondrinas comunes, estas últimas en
pase volando hacia el sur. También un confiado zarapito trinador que busca la cena entre las rocas, sin que
parezca importarle mucho la distancia con los humanos.
Día
17.
Vuelvo a Cala Cantalar. La migración
se va animando y ya se ven cositas. De hecho, por la mañana temprano, al salir
para el trabajo, escuchamos un petirrojo en la urbanización.
Veo 5 collalbas grises, muy huidizas. Su prima, la collalba negra se deja ver de nuevo. Está anillada por Cristian
(dentro de poco os cuento la historia del ave) y tiene una deformación en el
pico, con la parte superior anormalmente largo.
Una viajera tarabilla norteña vigila desde lo algo
de un arbusto. No lejos, hace lo mismo una cogujada
montesina y poco después observo a un petirrojo
dar unos saltitos debajo de la vegetación, donde se mueven currucas cabecinegras y un par de currucas carrasqueñas.
Pasa una abubilla con su vuelo de mariposa gigante y cuando ya me voy, me
sale al camino un bonito colirrojo real.
Las urracas siguen con sus graznidos y el cernícalo vulgar va haciendo lentos círculos en el cielo buscando
alguna presa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario