Paseo por el camino del faro del Albir el pasado día 19. Como siempre, bastante gente por el itinerario y quizá más por ser el primer día primaveral después de muchos días seguidos de lluvia.
Eso también se nota en la
floración de muchas plantas y en la actividad de muchas especies de aves e insectos.
Entre los últimos, hay una gran cantidad de libélulas sympetrum fonscolombii, de las que puede haber varios centenares y, además, en zona bastante concretas, donde acuden a alimentarse numerosos aviones roqueros.
Por encima de los numerosos paseantes
aparece una pareja de halcones peregrinos,
persiguiéndose en preciosos vuelos. Uno de ellos, unos minutos antes, se había lanzado
en un velocísimo picado a por una presa pero falla en el último momento.
El roquero solitario, cantando desde una peña, parece contemplar el paso
de personas.
Mi primer alcaudón común de la temporada vigila desde lo alto de un lentisco,
atento a lo que pueda convertirse en su comida. No habrá mucha diferencia con
el tiempo que lleva por aquí respecto a la collalba
gris que puedo ver también cerca.
Una pareja de collalba negra se mueve por las piedras
con ese identificativo canto que tienen.
Ya en el faro, un alcatraz atlántico pasa por debajo de
los acantilados, dejando verlo desde arriba, una imagen poco frecuente.
A mediodía, vuelta para casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario