28/10/2012. Aprovechando que el día
tiene una hora más (por aquello del cambio de hora) hemos ido a dar una vuelta
por las Salinas de Santa Pola. La mañana es sorprendentemente fría,
especialmente por el fuerte viento, tal y como anunciaban las previsiones
meteorológicas. Hay 14ºC, pero la sensación térmica es de una temperatura mucho
menor. Yo no soy nada friolero y reconozco que con la camiseta de manga corta y
el canguro de algodón que llevaba me he quedado corto para estar mucho tiempo quieto
mirando con el telescopio.
Apenas bajar del coche, los
primeros representantes del bicherío emplumado han sido varios Vuelvepiedras
Euroasiáticos que corretean por las orillas de la isleta donde se levanta la
Torre del Tamarit, siempre coronada por varias Gaviotas Patiamarillas, que
también están tomando el sol en la orilla. Unas pocas Gaviotas Reidoras también
se dejan ver pero más fugazmente como hace un par de Charranes Patinegros.
Vuelvepiedras Euroasiático
Un bando de medio centenar
de Flamencos Rosas vuelan por la salina hasta que se dejan caer junto a otro
grupo que descansaba en las aguas. Cerca de ellos hay un buen número de
Cormoranes Grandes, Garzas Reales y Garcetas Comunes. Una inspección más
tranquila me permite localizar a dos Garcetas Grandes juntas y quietas en una
de las orillas. Lejana me parece ver una Garceta Dimorfa híbrida pero no puede
asegurarlo.
En una de las barras de
tierra hay otro grupo que me llama la atención.
Son seis Espátulas Comunes, especie mucho menos frecuente en este lugar.
Una de ellas lleva dos anillas blancas con inscripción negra pero la gran
distancia y la trepidación del telescopio por la intensidad del viento no me
deja leerlas. Otra Espátula tiene anillas de colores (verde, blanco y rojo) en su pata derecha y otra blanca en
la izquierda. Voy caminando en dirección sur y un grupo de otras 15 Espátulas
más pasan en vuelo sobre el anterior grupo, que levanta el vuelo y se une a
ellas, desapareciendo de la vista.
El grupo de seis Espátulas Comunes aunque en la foto sólo salen cinco
Un Aguilucho Lagunero
Occidental hembra vuela sobre la vegetación en busca de alimento, lo mismo que
hace una pareja de Cernícalos Vulgares más al sur, colgados inmóviles del cielo
como si fueran dos cometas.
Un bando de una treintena de
Correlimos Comunes arrancan también a volar juntos emitiendo un canto y
alejándose de la zona pasando por encima de más de medio centenar de Somormujos
Lavancos, algunos de los cuales aún muestran
buen parte de su plumaje estival flotando sobre las aguas. En otra de las
charcas hay una cantidad similar de Somormujos Lavancos.
Bando de Correlimos Comunes
En otra de las orillas hay
media docena de Correlimos Zarapitínes, dedicados a una incansable búsqueda de
alimento. Un Archibebe Común aparece repentinamente por detrás y les asusta,
haciendo que vuelen unos metros. Una vez recobrada la tranquilidad vuelven todos
a su infatigable tarea.
El fuerte viento permite a
las aves volar a gran velocidad, pudiendo alejarse a buenas distancias en unos
pocos segundos. Eso es lo que pasa con
cinco Agujas Colinegras que pasan como misiles sobre la carretera, dirección
hacia las Salinas de Bonmatí o las de El Pinet, y para seguirlas con los
prismáticos tengo que girar el cuello como la niña de El Exorcista.
Llega la hora de regresar,
justo cuando el viento comienza a amainar. Suele pasar.
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