Aprovechamos la mañana tan
típicamente primaveral de este domingo para hacer una visita a la montaña y
elegimos Penàguila. El paisaje está verde por cualquier lugar que quieras
mirar. Los sembrados de cereal están creciendo y las amapolas y otras flores
salpican generosamente el manto verde. Muchas aves cantan en las cercanías y no pocas pasan
con cebas en el pico.
Los insectos aprovechan la floración para alimentarse de polen.
La amapola destaca con su color, número y tamaño entre las flores de la primavera
Tonos delicados en unas flores muy sencillas.
Penàguila se alza a los pies
del llamado Arc de Santa Llúcia, un curioso arco rocoso formado en la montaña. Cada
13 de diciembre, el Sol se “cuela” por ese arco e ilumina el pueblo. Antiguamente
se creía que las mujeres que recibían esos rayos veían aumentada su fertilidad.
L'Arc de Santa Llúcia
Los 28 caños del Riuet o
Font Major de Penàguila brotan con fuerza, lanzando chorros de agua fresca. Construida
en 1857 y empleada también en la antigüedad como lavadero, ha sido restaurada
en varias ocasiones. No podemos irnos sin pegar un buen trago de esas aguas tan
agradables.
El caño principal de la Font Major de Penàguila
El Jardí de Santos es de
visita obligada. Este paraje, construido en el siglo XIX, es un verdadero jardín
botánico de verdor exultante, muy sencillo de recorrer y que dispone de bancos,
señalización e información de las especies.
Sendero en el Jardí de Santos.
Flor de encina.
Algunas flores son especialmente bellas.
Los hongos han formado su "poblado" sobre la corteza de un tocón.
Molineta para extracción de agua (colores modificados).
Muy buen reportaje.El arco me gustaría visitarlo algún día. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias. Sí que tiene una foto el Arc de Santa Llúcia, sí.
EliminarUn día especialmente agradable y, por lo que veo, especialmente generoso por parte de la naturaleza. Echo de menos esos campos lujuriosos de amapolas, en Mallorca los herbicidas selectivos las están arrinconando en las cunetas.
ResponderEliminarUn abrazo desde la isla.
Es que con la amapola me pasa lo mismo que con la flor del almendro: no me puedo resistir. Y si además hay un buen grupo, ya es irremediable...
EliminarAbrazados desde la otra orilla.