lunes, 26 de septiembre de 2016

BERREA



Mientras levanta la tormenta, los truenos del cielo dan paso a la berrea de los ciervos en el valle.


Semiocultos en la vegetación, una cierva y su cervatillo se alejan poco de nosotros, sin dejar de mirarnos.



El paisaje, envuelto en un difuminadora niebla, huele a petricor, espliego y tomillo.



Resuena el bramido en la noche, mientras el chotacabras vuela en una visión fugaz.

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