Hay que aprovechar un
pequeño rato libre e intentar ver a la rareza del año. El negrón siberiano (Melanitta
stejnegeri) parece que continúa en La Marina, así que, apenas desayuno,
salgo a ver si se mantiene en la zona, lo que al menos hizo el día anterior,
según me informa Jana.
La primera alegría es la
observación de 3 grullas comunes que
volaban no muy altas sobre el Saladar de Agua Amarga. Van en dirección sur y
las dejo atrás, sobre un cielo que ofrece un espectacular amanecer.
Al llegar, está aparcado el
coche de Toni Zaragozí y lo veo en la playa junto a David Bañuls y Toni Mulet.
Un ave oscura flota en la mar y ese debe ser el Negrón siberiano. Al acercarme
me lo confirman. Una vez montado el telescopio ya no hay duda: ahí está.
Negrón siberiano.
El siberiano se dedica a dejarse mecer como un corcho, con aspecto
adormecido. De vez en cuando, bucea en busca de comida. Las inmersiones duran
bastante y cuando sale estira las alas para secarlas, dejando ver su gran franja
blanca.
En la misma orilla.
Parece increíble que este
animal haya llegado a nuestras latitudes. Es el segundo ejemplar citado en
España.
Cormoranes,
garzas reales (un bando de unos 40-45 ex.), gaviotas patiamarillas y reidoras se
mueven por la zona pero un pequeño grupete de inquietos correlimos tridáctilos son los que más nos divierten con esa forma
de correr todos a la vez escapando de las olas y sin dejar de picotear en la
arena tras su desayuno. Todos a una nos miran girando la cabeza mientras pasan
junto a nosotros.
Correlimos tridáctilos.
De ahí visita a Vistabella
donde un bando de avefrías comunes nos llama la atención por la
posibilidad de que entre ellas se encuentre el avefría sociable, lo que no
ocurre. Vuela algún cernícalo y una
gran águila al fondo que no podemos identificar. También algunas tarabillas comunes, lavanderas blancas, garcilla bueyeras...
De ahí me voy ya en
solitario al centro de interpretación donde el nivel del agua se ha recuperado
con las recientes lluvias. Antes de llegar un mochuelo europeo me observa con aire aburrido desde un poste. Nada
especialmente llamativo aquí. Un bando de unos cincuenta moritos vuela de un lado a otro como si no estuvieran seguros de
dónde posarse hasta que se pierden hacia el sur, al interior de El Hondo.
Moritos.
Varios
ejemplares de porrón europeo, cuchara común,
y tarro blanco comparten una de las charcas, donde también se dejan ver focha común, focha cornuda, martín pescador,
garza real, garcilla bueyera o gallineta común. 12 flamencos dormitan al fondo visitados por varios zampullines chicos y cuellinegros mientras
algunas cigüeñuelas y lavanderas blancas
recorren la orilla, todos sobrevolados por varios aviones roqueros.
El agua ha vuelto.
Lavandera blanca.
Tarro blanco mirando a ver qué hay por ahí abajo.
Todos se quedan más o menos
quieto al paso de un águila calzada
y, poco después, de un aguilucho
lagunero. Superado el peligro vuelve la actividad a la que se suma un bando
mixto de correlimos comunes y menudos.
El calamón no falla y se deja ver
cerca de la vegetación. Ya a punto de volver a por el coche llegan en vuelo
media docena de chorlitos dorados europeos y aterrizan en una de las
orillas, muy cerca de los correlimos.
Contento por el rato pasado, vuelvo para casa sin más observaciones de interés.
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