lunes, 20 de abril de 2020

EN PIJAMA Y VIENDO AVES



  
La pandemia del Covid-19 ha alterado notablemente las costumbres de los ciudadanos, desde las actividades laborales y económicas a las de movilidad y esparcimiento y, desgraciadamente y lo que es más grave, ha supuesto problemas de salud y fallecimientos.

Los aficionados a la ornitología que suelen salir a ver aves a otros sitios que no son su lugar de residencia, se han visto forzados a continuar con su afición desde las ventanas de sus casas a causa de las medidas de confinamiento puestas en marcha para frenar la pandemia.

Al poco de ponerse en vigor, ya fueron apareciendo citas de aves en diversas redes sociales. Por ejemplo, en Facebook se creó un grupo (Aves desde casa-Covid-19) que ya cuenta con más de mil cien miembros que van compartiendo las observaciones que hacen desde sus casas.


Águila pescadora, una de las especies que no me esperaba ver desde casa.


Está todo lleno de aves
Los primeros sorprendidos de las aves que pueden observarse en pijama desde casa hemos sido los propios ornitólogos. Muchas veces, a estas aves más próximas, no les hemos dedicado la atención necesaria y nunca habíamos tenido (desgraciadamente) tanto tiempo para poder hacerlo como ahora.

Cernícalo vulgar.

Urraca a lo trepador azul.
Paloma torcaz.

Además de su lado más lúdico, se trata de una actividad de participación en ciencia ciudadana, al remitirse esos datos a bases globales de observaciones como la de eBird, donde posteriormente pueden ser analizados y buscando tendencias, fenología, etc.

Curruca cabecinegra.

Tórtola turca.

Muchas aves aprovechan para hacer o reformar sus nidos.

También han influido otros factores en el hecho de que esas observaciones sean tan extensas. Por un lado, en estas fechas estamos en plena migración prenupcial de las aves, con lo que hay más movimientos.

La mitad aproximadamente de las más de 12.000 especies que se han descubierto en el mundo realizan desplazamientos migratorios en busca de regiones geográficas cuyas condiciones climatológicas sean más favorables. Para esos viajes (algunos de varios miles de kilómetros), las aves utilizan anualmente unos “pasillos aéreos” en los que necesitan disponer de puntos seguros para alimentarse y descansar entre etapas. Las aves no entienden de fronteras y vuelan en esas rutas sobre mares, campos, montañas… y ciudades.

Mosquitero común.

Los tres vencejos (común, pálido y real) se han dejado ver, siendo los pálidos los más abundantes.

Esta vigilancia más continúa me ha permitido percibir algunos detalles muy curiosos como el baile de una lavandera blanca ante otro ejemplar al borde de la piscina, baile al que he llamado el Lavanderas Style. Puedes verlo en:



También he podido confirmar la sospecha de que las urracas esconden comida para aprovecharla más adelante. Ya las había visto muchas veces haciendo algo en los troncos de las palmeras pero no sabía con seguridad si buscaban comida o la escondían. Ha sido esto último. Puedes comprobar cómo lo hace con un cacahuete en este video:



También he observado, por primera vez desde mi casa, un grupo de ¡4 delfines mulares!


A veces oigo pájaros
También la forzada inactividad humana en las ciudades ha reducido al mínimo los ruidos y eso permite escuchar los cantos de las aves con más claridad y a mayor distancia. Los ornitólogos podemos identificar ahora mucho mejor los sonidos que emiten las aves, con lo que su detección aumenta considerablemente.

Petirrojo, fiel a primeras horas con su canto y presencia.

Serín verdecillo.

Lavandera blanca.

Además, muchos ornitólogos aprovechan para grabar durante la noche (aún hay menos ruidos), incluso con simples teléfonos móviles, el canto de las aves que pasan volando en sus desplazamientos o que se muestran activas en las hora nocturnas, con lo que con esta técnica, a la que se ha bautizado como NocMig, se puede descubrir su presencia incluso cuando dormimos. Para empezar un móvil o cualquier otro equipo que grabe (una tablet, por ejemplo) y un programa tipo Audacity es suficiente. Para ayudar a la identificación podemos usar BirdNet y Xeno-canto.

He hecho alguna prueba y parece que es un campo muy interesante, aunque me asusta poder acabar convirtiéndome en un ornitólogo 24 horas.

Hay que seguir haciendo grabaciones hasta conseguir optimizarlas.

La abubilla me está costando mucho de fotografiar.


Maratón de 0 kilómetros
Además del registro de las observaciones en Facebook, el 18 y 19 de abril se celebró el Maratón Ornitológico que SEO/BirdLife viene organizando desde hace 20 años. En esta ocasión, el maratón ha sido solo desde nuestras casas pero con un buen número de participantes. Se han apuntado 1.218 participantes repartidos en 736 lugares. Un éxito.

Como había que ponerle nombre al equipo a pesar de que se componía de una persona (yo), le llamé El Balcón Milenario.

Una nueva forma de pajarear.

Como ya estaba registrando las citas del balconbirding, he subido las de esas fechas a la plataforma donde se van contabilizar las observaciones de todos los participantes. En total he anotado 30 especies en el maratón.


Hasta ahora, desde que comenzó el confinamiento he observado 43 especies.


Pero las aves (y otros animales) también han modificado su conducta en esta repentina nueva situación de la “desaparición” de los humanos, ocupando más los espacios en las ciudades, especialmente parques, jardines o playas. Para algunas especies (las más urbanas, como los gorriones comunes) puede haberse vuelto algo más complicado encontrar comida al haber desaparecido los desperdicios dejados por el hombre y a los que estaban acostumbrados, pero es probable que, a cambio, estén buscando otras formas de alimentarse en lugares donde antes no podían hacerlo.

Gaviota patiamarilla dándose un bañito en la piscina.

Cuando podamos, los ornitólogos visitaremos rápidamente nuestros lugares preferidos de “pajareo” pero nadie olvidará esta situación creada por la pandemia de Covid-19.



3 comentarios:

  1. Qué guapa entrada, Elías. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Hola Elías!! Las verdad es que sorprende ver aves que crees que no pueden estar por zonas urbanas...Vivo en una zona muy próxima a la tuya (una avenida con un boulevard en el centro) y desde mi balcón el otro día ví un chotacabras que se posaba brevemente en el edificio de enfrente.

    ResponderEliminar
  3. Hace dos o tres años, por estas fechas,encontraron uno dentro de un despacho del ayuntamiento.

    ResponderEliminar