El día 4 arranca con calor y,
sorprendentemente, con algunos chubascos más o menos importantes (algo más de
30 l en El Hondo, por ejemplo). Por la tarde vamos al Maigmó y dejamos Alicante
con 31º C para llegar allí con unos deliciosos 22º C y una fina lluvia que acaba
de caer, inundando el ambiente de los aromas de las plantas y los pinos,
envueltos en la bruma del vapor que se levanta. El ambiente viene muy bien para
descansar de los intensos calores de estos días pasados.
Los insectos están activos
tras la lluvia y un buen bando de vencejos
comunes y unos 9 vencejos reales
vuelan en la zona, acompañados de aviones
comunes, golondrinas comunes y golondrinas dáuricas.
Absorto con las veloces
evoluciones de los reales, observo algo que en ese momento planea un poco más
alto. La silueta es muy aclaratoria: milano
negro. Sigue volando muy pausadamente hacia el sur-sureste.
Ya en caso leo que ha habido
algunas observaciones en Valencia. Incluso Jacobo vio uno hace unos días en El
Hondo.
Aprovecho para hacer fotos de insectos. Hay bastante actividad pero
cuesta pillarlos. Localizo una Iphiclides
podalirius (I. Feisthamelii) tan dañada
que a lo lejos no la reconocí. Es una imagen que recuerda lo efímero de la belleza.
Otra foto difícil porque tampoco
están quietos es la de los agateadores
comunes, a lo que se une lo críptico de su plumaje. Solo el canto y una
observación paciente hacen que los localice.
Escucho también el canto de abejarucos comunes pero apenas consigo
ver alguno. Ya con la caída de a tarde, volvemos a casa (y a los 28º C).
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