Aprovechamos el puente para
visitar la localidad polaca de Cracovia, aunque debido a la intensa nevada
caída en Europa central y del este, estuvimos a poco de no poder ir. De hecho,
el aeropuerto de Cracovia estuvo inoperativo varias horas y nuestro vuelo fue
uno de los pocos que aterrizaron y, además, el último en poder hacerlo.
La visita era principalmente turística, aunque dejamos un rato para ver aves y, de hecho, me traje algunos bimbos.
Comenzamos (mientras seguía nevando) con el campo de exterminio de Auschwitz (y Auschwitz-Birkenau), donde los nazis acabaron con la vida de un millón cien mil personas, aunque la cifra real puede ser mucho mayor. Es una visita sobrecogedora por la magnitud de aquella monstruosidad basada en una ideología fanática y que tantas víctimas causó. Hacerlo en medio de la nieve y del frío (-6ºC) te hacía pensar aún más en aquel sufrimiento en todo momento.
Está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
También visitamos las minas de
sal de Wieliczka, una enorme explotación minera que se inició en el siglo XIII,
con numerosas salas, capillas, auditorios, túneles, etc. que alcanza los 330 m
de profundidad, aunque la zona visitable es hasta unos 135 m. Hay un recorrido
de unos 3,5 km (en total hay más de 300 km de túneles) e igualmente están declaradas Patrimonio de la Humanidad.
En Cracovia (el centro
histórico (impresionante) es también Patrimonio de la Humanidad) hicimos un tour por los
monumentos y lugares más importantes como el Castillo de Wawell, la Plaza del Mercado,
la Iglesia de Santa María, etc. Que el domingo dejara de nevar y saliera el sol fue una
gran suerte para poder disfrutar aún más de esa ciudad. Otro tour distinto fue
el que tuvo como destino el barrio judío y que resultó muy interesante.
El pajareo tuvo lugar por los numerosos parques de la ciudad. Allí vimos
interesantes especies como el caso de la graja,
córvido que en España está reducido únicamente a varios puntos de León o la corneja cenicienta, que viene a ser la versión
de nuestra corneja en la Europa central del este. También, entre otras,
trepador azul y grajilla, estas muy abundantes.
Otro punto interesante es el
río Vístula, que nace en los Cárpatos y desemboca, mil kilómetros después en
Gdansk. Allí vimos otras especies como gaviota
del Caspio, gaviota cana, gaviota reidora, cisne vulgar (uno anillado,
estoy a la espera del historial de vida),
martín pescador, garceta grande, cormorán grande, porrón moñudo, etc.
Sin duda, es una buena idea visitar
esta zona de Europa. No descartamos volver algún día para conocerla mejor.
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