Día 29. Tocaba salir a pajarear y mi
idea inicial era ir al Hondo pero veo que Jana acababa de publicar en Pardalejant per Alacant!, que Sergio Arroyo había visto un negrón careto,
especie muy, muy rara, así que el primer punto a visitar es el del avistamiento,
la desembocadura del Segura, a ver si hay suerte.
La brisa hace que se note frío al llegar y mientras monto el telescopio no dejo de mirar tratando de localizarlo. Hay muchísimas gaviotas reidoras que entran y salen del mar. En la orilla pasan veloces un par de martines pescadores y, con vuelos más lentos, vuelvepiedras y andarríos chico.
Al
poco de mirar a simple vista… ¡Le veo el
careto al careto!
No está muy lejos. Es un punto
negro en medio de la tranquila mar. Algunas reidoras
le pasan cerca, molestándolo, especialmente cuando sale de bucear, a ver si le pueden
robar la comida.
El negrón careto es un ave que
habita en Norteamérica. Nidifica en la región ártica y subártica, migrando en
invierno al sur y llegando hasta Florida.
En España (hasta el año 2018)
solo hay 31 citas homologadas de esta especie, todas en la costa gallega y una Asturias.
La cita de Sergio podría ser la primera para el Mediterráneo, al menos, el
español.
Las reidoras consiguen hartarlo y vuela algo hacia el norte, lo que me
permite verlo en vuelo. Se vuelve a posar y continúa con sus zambullidas y
ratitos flotando como un corcho.
Con el telescopio se le ve
perfectamente el plumaje. Es un macho de primer invierno, es decir, nacido este
año. Ya se ve cómo será dentro de poco. Los machos de esta especie tienen un aspecto
realmente espectacular.
Después de un buen rato, me voy para El Hondo. Por los campos de Vistabella (bueno, lo que han dejado los cultivos intensivos) veo pasar 3 grullas comunes en vuelo y buscando donde se habían posado (no las localizo) veo despegar a un esmerejón. En el Hondo nada especialmente fuera de lo habitual.
Los
calamones comunes brillan con sus metálicos
colores mientras van comiendo tranquilamente. En un campo inundado se
concentran los moritos, lavanderas
blancas, andarríos chicos y
otras aves, vigiladas por un águila
calzada.
Una magnífica mañana de
pajareo.
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