Ayer volvimos al mismo lugar
de la semana a hacer algunas fotos nocturnas. De nuevo, los 22ºC y la baja
humedad son un alivio para la ola de calor que tenemos.
La Luna ya estaba en cuarto
menguante e inundaba de luz el cielo, restando brillo a las estrellas pero aumentando
el que teníamos en el paisaje.
Era muy visible el llamado “triángulo
del verano”, una forma que crean tres estrellas de las más brillantes: Vega,
Deneb y Altair, correspondientes a las constelaciones de Lira, Cisne y Águila,
respectivamente. Se le considera un asterismo (o seudo constelación).
De las estrellas que lo
configuran:
-Vega está a 25 años luz. Su
nombre parece una mala interpretación de la palabra árabe wāqi', “caer”
-Deneb, a 3230 años luz. Su
nombre también deriva del árabe dhaneb, “cola”, entendida como «la cola del ave» (dhanab ad-dajājah)
-Altair, a 16,6 años luz. Al
igual que las anteriores, su nombre deriva del árabe Al-Nisr Al-Ṭa'ir, “El Águila”.
También, el planeta Marte era
fácilmente reconocible por su rojizo brillo.
La Osa Mayor destacaba en el
firmamento y Casiopea, con su forma de W apareció más baja.
Al menos vimos 3 estrellas de
fugaces, una de ellas especialmente brillante y otra que no dejó ver el trazo
sino solo el destello, como si fuera un flash.
Varios aviones cruzaron el
cielo y mucho más lejos apareció el paso débilmente luminoso de algunos
satélites artificiales.