El pasado fin de semana nos hemos reunido el equipo del
proyecto SOS Paisajes de Mar y como en las anteriores ocasiones el lugar
escogido (con total acierto) ha sido la
Isla de Tabarca. Tocaba analizar todo lo hecho hasta ahora,
que no ha sido poco y, lo más importante, definir las nuevas actuaciones, que
serán varias e importantes.
Escollos al sur de la isla
La anterior fase, iniciada en 2009, supuso recopilar la
información, identificar los lugares más bellos de la costa española y obtener
sus fotografías, preparar las exposiciones (para interior y exterior) y
publicar el libro con todo ese material informativo y gráfico. Todo esto se
puede decir en unas pocas líneas pero en la realidad ha supuesto un gran
trabajo, en especial, por parte del autor, mi amigo José Benito Ruiz, el
fotógrafo de naturaleza español más galardonado internacionalmente. El equipo
del proyecto aportamos nuestro trabajo y entusiasmo para que SOS Paisajes de
Mar sea cada día más un elemento que permita conservar eficazmente los lugares
más bellos del litoral español, el objetivo central de todo ese esfuerzo.
El Cap del Moro y La Naueta
No hace falta decir que Tabarca es un paraíso para la
fotografía así que la veintena de fotógrafos de naturaleza del proyecto que
hemos estado por allí lo hemos pasado en grande, ya no sólo por las imágenes de
sus paisajes sino también por el tiempo compartido con viejos y nuevos amig@s
que tienen la misma preocupación y sensibilidad por la conservación de la
costa.
Muralla de Tabarca
La ola de frío que dejó nieve en las montañas durante el
fin de semana nos ha alcanzado (los charcos estaban helados) pero ni el viento
ni las bajas temperaturas han impedido que saliéramos a hacer fotos por la
isla, tanto de día como de noche, aprovechando los ratos en que no estábamos
diseñando los futuros planes de SOS.
Cementerio de Nueva Tabarca
Las fechas (y el frío) han hecho que Tabarca (realmente,
Nueva Tabarca) estuviera casi desierta. Una docena de tabarquinos, la agente de
la policía local y nosotros. Bueno, y unos cuantos gatos merodeando por el
pueblo y centenares de gaviotas y cormoranes en las playas y el mar. Un lugar
increíblemente tranquilo y cautivador, lleno de rincones y ángulos esperando a
ser descubiertos y captados por la cámara.
Fotografiando
de noche, bajo la Luna
y Orión en Punta Falcón.
Por donde miraras en la isla, podías ver a uno o más
compañeros detrás de sus trípodes, inclinados para mirar por el visor, tratando
de conseguir esa imagen que estaban concibiendo en su mente, aplicando la
experiencia para que esa idea se convirtiera en la fotografía deseada. Para eso
hay que hacer entrar en el juego muchos factores y que combinen de la forma
adecuada para conseguir el resultado esperado, aunque ya sepamos que, muchas veces,
esto no va a ocurrir, lo que hace que aún pongamos más empeño en la siguiente
foto. Y en cuanto dices “ya está, la conseguí” te entra inmediatamente la duda
de si es realmente la mejor imagen que podías obtener. Miras a otro punto de la
isla y piensas.
Escollos al
sur del faro
Y el proceso vuelve a comenzar. Primero hay que localizar
lo que vamos a fotografiar, que muchas veces ni sabemos qué es. Vamos mirando
por allí y por allá, cargados con la mochila y el trípode y bien recubiertos de
polar y anorak para aguantar el frío viento. Lo encontramos. Lo
observamos y analizamos desde qué punto es mejor hacer la foto, teniendo en
cuenta su forma, cómo incide la luz, el fondo, otros elementos cercanos...
moviéndonos a su alrededor como descontrolados satélites. Una vez decidido el
punto de toma que queremos, hay que pensar si ese momento es el mejor o quizá
haya que ir más temprano o más tarde (o de noche) a hacer la foto, teniendo en
cuenta por donde sale el Sol y la
Luna, luces artificiales, reflejos, etc.
Entonces, cuando ya es el momento adecuado, hay que elegir
la óptica a emplear (angular, tele...) y si hay que iluminar de alguna
manera al sujeto (flash (uno o más), linterna, etc.) de acuerdo a cómo queramos
configurar los parámetros de la cámara (exposición, apertura, ISO...). Sacamos
la cámara con el objetivo y demás cachivaches y la colocamos sobre el trípode.
Hay que hacer modificaciones, enfocar correctamente, comprobar que estamos
calculando bien el tiempo de exposición, la temperatura de color, el diafragma,
usando (si son necesarios) los filtros y unas cuántas cosas más entre las que
sobresale la composición: la “colocación” de los elementos que van a aparecer
en la imagen. Líneas, orden, distancia, profundidad de campo, espacios, luces,
elementos principales, fondos... Comprobamos que el horizonte sea horizontal
(no es una perogrullada, anda que no hay fotos con las líneas del horizonte no
horizontales), que el cable disparador está puesto y funciona, etc. etc. Y, al
final, clic, disparamos. Pasan unos segundos y vemos en la pantalla el
resultado. En el peor de los casos (pero no es infrecuente) nos sentiremos
defraudados porque las expectativas puestas en ese lugar no han sido las
esperadas o porque no hemos sido capaces de hacer algo que nos guste. Pero hay
que insistir. Cuando nos gusta (mucho o poco) raramente no repetiremos la foto
variando algunos de los parámetros.
Y aunque a muchos todo lo explicado en los dos anteriores
párrafos les pueda parecer una prueba de algún concurso de humor televisivo
japonés, lo cierto es que a nosotros nos fascina.
Miembros de SOS Paisajes de Mar
No tardaré mucho en anunciaros las actuaciones de SOS
Paisajes de Mar para conseguir la conservación de los lugares más bellos de la
costa española que han surgido de esta reunión del proyecto en la isla de
Tabarca. No son pocas. Mientras tanto ya sabéis que para más información y
manteneros al corriente podéis visitar blog.paisajesdemar.com
De momento, os dejo con las fotos de esta entrada, que al igual que el
proyecto, espero os gusten.
Excelente reportaje y momentos inolvidables. Felicidades.
ResponderEliminarhttp://equilaterofotografico.blogspot.com/
http://www.jcrobles.es/
Muchas gracias!! Voy a leer El equilátero fotográfico, tiene muy buena pinta.
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