domingo, 25 de enero de 2015

PENYAL D'IFAC


Ayer, sábado 24 subí con mi hija al Peñón de Ifac. Este hito paisajístico de la provincia (en la localidad de Calp) es Parque Natural desde 1987 y con sus 45 has. también es el más pequeño de la Comunidad Valenciana. Ese valor, la fauna y, sobre todo, la flora (como la presencia de la escasísima Silene de Ifac) fueron decisivos para la protección del paraje.

Acceso al Parque.

Gaviota patiamarilla, la especie reina del paraje.

El istmo se ve perfectamente.

La subida al Penyal se inicia aparcando junto al acceso. El primer tramo es un ancho camino y pronto nos deja ver las ruinas de una población fortificada medieval que está siendo excavada por el MARQ. El camino nos lleva hasta las instalaciones del parque (Centro de Información y otras dependencias) donde nos encontramos unos tornos para controlar el número de visitantes que entran en el Parque (en ciertas fechas es necesario limitarlo, ya que recibe unas 100.000 personas al año) y que rebasamos, continuando por un sendero empedrado. 

Tornos de control.


Pronto llegamos a un túnel cuyo suelo está muy desgastado y resbaladizo, construido en 1918. A su entrada, un cartel advierte de las normas e indica que podemos resbalar aunque a mí, la primera impresión no fue que podías pegarte un patinazo sino que podía morderte una serpiente (que son escasas y totalmente infofensivas en el Parque). 

En fin, serán cosas mías.

Cuidado: suelo resbaladizo.

 
Lo que a mí me pareció que quería decir :D

El túnel.

A partir del túnel hay que estar muy atentos al suelo porque es rocoso pero muy resbaladizo. Absolutamente desaconsejable la visita a este lugar en días de lluvia o muy húmedos. Por ese motivo (al igual que en el interior del túnel) se han colocado cuerdas para cogerse y no caer en los tramos más peligrosos.

Cuerdas de seguridad.

El lugar es muy frecuentado por escaladores.

La senda va dejándonos ver un paisaje enorme (como enorme es la superficie edificada) y en la línea del horizonte asoma con claridad Ibiza. Al regreso hasta podíamos ver sin problema los destellos de uno de sus faros.

Ibiza en el horizonte.

Las gaviotas patiamarillas son las reinas del lugar. Ahora están ya con el inicio de la nidificación y nos miran con esa cara de pocos amigos mientras que su griterío (parecido a risotadas) inunda continuamente el paisaje. Las veremos por todos los lugares, posadas o en vuelo. También colirrojos tizones, petirrojos y currucas cabecinegras asoman entre los arbustos. En las rocas, muy abajo, en la orilla, hay varios cormoranes. Puede que sean moñudos pero la distancia y el ángulo de visión no nos permite asegurarlo.


Gaviota con hierbas para la construcción del nido.

En el nido.

Pronto nos encontramos con el desvía que va al Mirador de Carabineros y a la Cima. Tomamos éste y la ruta se vuelve más empinada y hay que estar atentos a no perder el sendero. Llegamos a la parte alta y seguimos ya con el vértice geodésico a la vista. Al cabo de algo menos de una hora estamos en la cumbre del Penyal, a 322 m sobre el nivel del mar, siendo recibidos por cuatro gatos (no me refiero a un pequeño grupo de personas sino a cuatro felinos) y unas decenas de gaviotas. El sol está cayendo por lo que no nos entretenemos mucho y bajamos.

Desde la cima: Calp, las Salinas...

Serra Gelada, Puig Campana, Ponoig, Serra Cortina, Morro de Toix...

El retorno lo hacemos por el mismo itinerario, encontrándonos con una fotógrafa que quiere repetir un atardecer desde la cima y dos o tres personas más que ya van a llegar tarde.


Las piedras calizas muestran varios fósiles, entre ellos, nummulites.

Dos cuervos llegan a los cortados y se posan allí para pasar la noche. Son viejos habitantes del Penyal que muchas veces vemos mientras anillamos aves en las cercanas Salinas de Calp.

La excursión se puede complementar con otros recorridos (nada largos) por el Penyal pero a nosotros ya no nos da tiempo. Con la subida a la cima hemos disfrutado de un buen rato de ejercicio y de las vistas.



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