Ayer, sábado 24 subí con mi hija al Peñón
de Ifac. Este hito paisajístico de la provincia (en la localidad de Calp) es
Parque Natural desde 1987 y con sus 45 has. también es el más pequeño de la
Comunidad Valenciana. Ese valor, la fauna y, sobre todo, la flora (como
la presencia de la escasísima Silene de Ifac) fueron decisivos para la
protección del paraje.
Acceso al Parque.
Gaviota patiamarilla, la especie reina del paraje.
El istmo se ve perfectamente.
La subida al Penyal se inicia aparcando junto
al acceso. El primer tramo es un ancho camino y pronto nos deja ver las ruinas
de una población fortificada medieval que está siendo excavada por el MARQ. El
camino nos lleva hasta las instalaciones del parque (Centro de Información y
otras dependencias) donde nos encontramos unos tornos para controlar el número
de visitantes que entran en el Parque (en ciertas fechas es necesario limitarlo,
ya que recibe unas 100.000 personas al año) y que rebasamos, continuando por un
sendero empedrado.
Tornos de control.
Pronto llegamos a un túnel cuyo suelo está muy desgastado y
resbaladizo, construido en 1918. A su entrada, un cartel advierte de las normas
e indica que podemos resbalar aunque a mí, la primera impresión no fue que
podías pegarte un patinazo sino que podía morderte una serpiente (que son escasas y totalmente infofensivas en el Parque).
En fin, serán
cosas mías.
Cuidado: suelo resbaladizo.
Lo que a mí me pareció que quería decir :D
El túnel.
A partir del túnel hay que estar muy atentos
al suelo porque es rocoso pero muy resbaladizo. Absolutamente desaconsejable la
visita a este lugar en días de lluvia o muy húmedos. Por ese motivo (al igual
que en el interior del túnel) se han colocado cuerdas para cogerse y no caer en
los tramos más peligrosos.
Cuerdas de seguridad.
El lugar es muy frecuentado por escaladores.
La senda va dejándonos ver un paisaje enorme
(como enorme es la superficie edificada) y en la línea del horizonte asoma con
claridad Ibiza. Al regreso hasta podíamos ver sin problema los destellos de uno
de sus faros.
Ibiza en el horizonte.
Las gaviotas patiamarillas son las reinas del
lugar. Ahora están ya con el inicio de la nidificación y nos miran con esa cara
de pocos amigos mientras que su griterío (parecido a risotadas) inunda
continuamente el paisaje. Las veremos por todos los lugares, posadas o en
vuelo. También colirrojos tizones, petirrojos y currucas cabecinegras asoman
entre los arbustos. En las rocas, muy abajo, en la orilla, hay varios
cormoranes. Puede que sean moñudos pero la distancia y el ángulo de visión no
nos permite asegurarlo.
Gaviota con hierbas para la construcción del nido.
En el nido.
Pronto nos encontramos con el desvía que va
al Mirador de Carabineros y a la Cima. Tomamos éste y la ruta se vuelve más
empinada y hay que estar atentos a no perder el sendero. Llegamos a la parte
alta y seguimos ya con el vértice geodésico a la vista. Al cabo de algo menos
de una hora estamos en la cumbre del Penyal, a 322 m sobre el nivel del mar,
siendo recibidos por cuatro gatos (no me refiero a un pequeño grupo de personas
sino a cuatro felinos) y unas decenas de gaviotas. El sol está cayendo por lo
que no nos entretenemos mucho y bajamos.
Desde la cima: Calp, las Salinas...
Serra Gelada, Puig Campana, Ponoig, Serra Cortina, Morro de Toix...
El retorno lo hacemos por el mismo
itinerario, encontrándonos con una fotógrafa que quiere repetir un atardecer
desde la cima y dos o tres personas más que ya van a llegar tarde.
Las piedras calizas muestran varios fósiles, entre ellos, nummulites.
Dos cuervos llegan a los cortados y se posan
allí para pasar la noche. Son viejos habitantes del Penyal que muchas veces
vemos mientras anillamos aves en las cercanas Salinas de Calp.
La excursión se puede complementar con otros
recorridos (nada largos) por el Penyal pero a nosotros ya no nos da tiempo. Con
la subida a la cima hemos disfrutado de un buen rato de ejercicio y de las
vistas.
Más información en http://www.citma.gva.es/va/web/pn-penyal-d-ifac/conocenos
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