Magnífica sesión de
anillamiento en la mañana del sábado 2 de abril, con un inicio de temperaturas
frescas, que van templándose con el paso de las horas y que a media mañana nos obliga
a colocar una lona para proporcionarnos sombra en la caseta. José, Toni, Miguel
Ángel, Patry, Marta y yo montamos 6 redes que hoy nos deparan muchas alegrías
entre las 23 aves anilladas.
La lona ha servido para juegos de sombras chinescas.
En plena faena.
Montando la primera red, ya
nos cae la primera ave, lo que nos parece una buena señal. Y este augurio (con
tan poca base científica como excesiva ilusión) se cumple porque poco después anillábamos al primer carricero
común de esta temporada, algo que ya estábamos esperando. Estas aves nos
acompañaran todo el verano e, incluso, llegan a estar presentes ya metidos en
el otoño (el 31 de octubre de 2015 anillamos 6 ejemplares -ver-), siendo
relativamente abundantes en el Algar.
El primer carricero del año.
Una merecida pausa para el avituallamiento (no solo de pájaros vive el anillador).
La siguiente captura destacada
es la de una curruca carrasqueña,
una especie muy poco común aquí porque este no es su hábitat típico. Puede que
la carrasqueña (como los abejorros ;)
) no lo sepa y por eso estaba en el río o que bien la larga sequía que llevamos
padeciendo le haya hecho acercarse por aquí. Esta pequeña ave frecuenta zonas
de matorral más secas, como las cercanías de El Campello, donde las anillamos
en gran número el año pasado.
Curruca carrasqueña. Guapa, ¿a qué sí?
Y llega la captura “estrella”:
otro carricero común y con anilla de
Holanda. Al leer la anilla ya nos extraña la numeración y
al ver el remite comprobamos que esa anilla no es nuestra, sino que alguien se la
colocó en Holanda. Me recuerda a la leyenda del holandés errante el que esta pequeña ave (que ha pesado tan solo 10,5 g) consiga hacer este viaje.
El fenómeno de la migración de las aves, después de tantos años, me sigue pareciendo algo épico, en lo que se mezcla el instinto de supervivencia y la resistencia de estos animales. Y ¿por qué no decirlo? me resulta algo verdaderamente mágico.
"El holandés".
Minutos después nos cae un carricerín común, otra especie de las
que anillamos muy pocos ejemplares al año, lo que la convierte en otra
sorpresa.
Carricerín común.
Inmortalizando.
Las orugas de la mariposa de la col han puesto huevos (y, de paso, se han zampado todas las hojas de la planta nutricia).
Entre todas estas capturas hay
otras especies. La relación total es esta:
Curruca capirotada 10 ex.
Verdecillo 2
ex.
Mito 1
ex.
Mosquitero común 1 ex.
Carricero común 2
ex.
Ruiseñor bastardo 3 ex.
Curruca carrasqueña 1 ex.
Mirlo común 1
ex.
Curruca cabecinegra 1 ex.
Carricerín común 1
ex.
Casi todas las hembras tienen
placa incubatriz, por lo que son anilladas con la mayor brevedad. Si el proceso
de anillamiento ya es rápido, en estos casos lo aceleramos todo lo posible.
Aprovechamos para celebrar el
cumpleaños de Miguel Ángel y para disfrutar de un estupendo rato con amigos y
aves, nuevos proyectos, buen humor y haciendo ganas para la próxima.
Una sesión para recordar.
El Equipo "A" (a, de anillamiento) de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario