El otoño es sinónimo de luces
doradas. Una luz limpia que se impregna de tonos cálidos y que en algunos días explotan en forma de candilazos que dan al ambiente y al cielo una luz casi irreal.
Solo que hay que estar atentos y salir a algún lugar para disfrutar de ese
espectáculo natural.
Aviones roqueros volando "sobre" la Luna.
Hay dos sesiones cada día: una
al amanecer y otra al anochecer. El horario es fácil de conocer. Además, en
estos días, la sesión vespertina cuenta con la aparición de la Luna ya casi
llena, el rojo punto luminoso de Marte por el Este y los gigantes Júpiter y
Saturno por el sureste.
Os dejo estas fotos de ayer en
la playa de La Almadraba.
Estela de condensación bicolor por su propia sombra.
Arde el cielo.
La Luna, casi llena.
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