Visita hoy a las salinas de Calp en una mañana calurosa pero que se ve aliviada por la brisa. Veo un buen número de flamencos comunes, en número más elevado que en mis recientes visitas. Cuento 271 ex. repartidos por toda la salina.
En la isleta central han construido nuevamente nidos, pero todo apunta a
que no vayan adelante, como ya ha ocurrido en otras ocasiones. Leo dos anillas de
PVC de flamenco (de momento, para la EBD “no existen no han sido fabricadas”, así que no tengo más
información) y veo una cigüeñuela con anilla metálica (probablemente de las
anilladas en estos años por Toni Zaragozí) de la que estoy tratando de averiguar la
leyenda completa con las fotos.
De cigüeñuelas comunes cuento 8 ejemplares. Algunas se ponen muy
nerviosas al acercarse varias gaviotas
patiamarillas y les chillan cerca de la orilla. Sus pollitos podrían muy
bien estar escondidos entre la vegetación. Un par de gaviotas reidoras nadan de un lado a otro, como si no tuvieran otra
cosa que hacer.
Observo 7 tarros blancos, casi todos en la isleta central y pienso en el
valor de este humedal rodeado de edificios, carreteras y toda clase de amenazas.
A pesar de todas las
dificultades (que son muchas), la vida salvaje sigue adelante aquí, intentando
superar todos los problemas cada día. Siguen llegando y saliendo las aves y nacen
sus pollitos, aunque para algunas especies, como el chorlitejo patinegro, el
reto ha sido excesivo y han desaparecido de las salinas de Calp.
Hace unos días, el Tribunal Supremo
de Justicia dio luz verde a la construcción junto a este humedal de un hotel
con dos torres de 33 plantas (sí, dos torres con 33 plantas cada una), un
verdadera monstruosidad.
La fauna de las salinas de
Calp sí es la última resistencia.
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