Otro amanecer en el Algar.
De nuevo otra estupenda mañana
de anillamiento en el río Algar con no menos estupenda compañía. Un vez más, a
Toni, a Marta y a mí nos sorprende el amanecer colocando las redes (hoy ponemos cinco) y las aves empiezan a caer, a un ritmo más perezoso que otros días, pero
de manera continua. Quizás el fresco de las primeras horas de la mañana haga que las aves estén más tranquilas.
El río, en el tramo en el que anillamos.
Las nubes se asoman por Bérnia.
La temperatura va subiendo
conforme pasa la mañana y la Sierra de Bérnia, que siempre es nuestro fondo
natural, va acumulando nubes sobre ella como si quisiera que las previsiones
meteorológicas que hablan de lluvias se cumplan. De todas formas, el Sol “pica” (en valencià
diem “sol d’aigua”) y para conseguir un poco de una muy necesaria sombra tenemos
que colocar la red de camuflaje en un lateral de la caseta, como hacíamos en
pleno verano.
A media mañana hay que poner algo que nos dé sombra.
Deben ser cosas de esta
extraña estación a la que llaman “veroño”.
Conseguimos un total del 29
ejemplares repartidos por especies de la siguiente forma:
Carricero común 6
Curruca cabecinegra 3
Curruca capirotada 3
Lavandera cascadeña 1
Mirlo común 1
Mosquitero común 11
Petirrojo 2
Ruiseñor Bastardo 2
Petirrojo.
Mirlo común.
Apuntando los datos.
Anilla.
Un sin parar.
Comprobando el nivel de grasa acumulada.
Pesaje: método "hipnótico".
Pesaje: método "cubilete del parchís" (mejor, para el caso, "de la oca").
Comprobación de la edad de un petirrojo.
Lo dicho: un sin parar.
Destaca el número de carriceros comunes, ya en unas fechas algo tardías para la especie.
El aumento de la temperatura
anima a moverse también a los insectos y encontramos varias especies de
mariposas y de caballitos del diablo. No todos se dejan fotografiar, aunque lo
intentamos cada vez que tenemos ocasión.
Calopteryx haemorrhoidalis.
¿De quién será esta sombra?
De esta avispa con cara de pocos amigos.
Hoja de ricino con "bichito".
Otro insecto.
Dos cormoranes grandes patrullan el cielo y desaparece río arriba. También algunos pequeños bandos de estorninos
pintos pasan volando y el martín pescador deja oír su canto pero elude las
redes.
La combinación de buena temperatura y humedad ayuda a que aparezcan setas.
Almorzamos y el café con leche
y la coca de almendras nos vienen de maravilla para reponer fuerzas y salir del
sopor del madrugón. Se nos incorpora Pau, un joven aficionado a las aves y que
se lo pasa en grande anillando.
Sacando un pájaro.
En busca de libélulas.
Pau y Toni leyendo información sobre aves.
En busca de mariposas.
También recibimos la visita de
José y su hija Claudia, quien ya estuvo aquí con su colegio en una jornada de
anillamiento. Libera a varias de las aves ya anilladas y le enseñamos el
conjuro y las claves hipnóticas para inmovilizar a los pájaros☺. No es que las
hayamos aprendido precisamente en Howarts, pero hacen efecto y sorpresa, casi
siempre más en los niños que en las aves.
Mosquitero "hipnotizado".
¿Esto sería "electricidad verde"?
Hoja de caña vista a contraluz.
Las nubes van cerrándose sobre
Bérnia y pasados unos minutos del mediodía recogemos las redes y todo el
chiringuito, yéndonos a tomarnos una merecida cervecita (o refresco) a El
Portet, donde entre trago y trago, nuestro frikismo ornitológico nos lleva a
seguir el paso de los cormoranes grandes o el agrupamiento de gaviotas reidoras.
Llum d'aigua.
Lo que tenemos con los pájaros no es normal...
bueno, a lo mejor los que no son normales son los demás (jajajaja).
La tradicional foto de grupo.
Con unos esbozos de planes
para la próxima semana, damos por finalizada la sesión.
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