Ayer estuvimos comprobando el lugar
y hoy (además, solsticio de invierno) hemos ido a ver la conjunción de Júpiter
y Saturno, un evento astronómico que
tardará muchos año en volver a producirse. En la foto superior, es la "estrella" más birllante (bajo a la derecha).
Desde las faldas del Cabeçó d’Or
se ve buena parte del sur de la provincia, incluso ya las tierras de la vecina
Murcia. Un halcón peregrino nos vigila desde arriba de la montaña, sin duda
preguntándose qué hacemos allí abajo con aquellos extraños aparatos.
Cae la noche poco y Júpiter y
Saturno empiezan a brillar. El canto de un búho real resuena en los cortados
rocosos de la sierra. Muchas más estrellas empiezan a “encenderse”. El
espectáculo es magnífico y mágico.
Con el telescopio podemos ver
perfectamente a los dos gigantes gaseosos del Sistema Solar. Saturno deja ver sus
anillos y Júpiter ofrece a la vista varios de sus satélites galileanos (llamados así por Galileo, su
descubridor), los más grandes, Calisto, Io, Ganímedes y Europa.
Aprovechamos para hacer alguna
foto de larga exposición (de entre 90 y 180 segundos) a las estrellas que se
levantan sobre el Cabeçó, entre las que destaca la constelación de Casiopea.
Hace fresco, pero no es
excesivo. Además, nos retiramos pronto, cumplido el deseo de ver este
espectáculo nocturno.
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