Paseo por Calp la tarde del
día 15 y a pesar de ser un lugar ya visitado, siempre se pueden “ver” cosas
cuando se mira adecuadamente. Además de los tres preciosos delfines (ver),
disfrutamos del paisaje en general y de algunos elementos concretos.
Os dejo con unas fotos de las
que hicimos.
El Penyal, hito paisajístico costero, desgraciadamente acosado por la altura de los edificios.
Huevo de pintarroja (Scyliorhinus canicula), un pequeño tiburón.
Reflejos en las aguas del puerto, son imágenes efímeras y distintas.
Las formas que no se interrumpen crean caminos para los ojos.
Nube irisada al atardecer sobre la pirámide del Puig Campana.
Una mínima área de color en una foto que parece en blanco y negro.
Es siempre interesante meter un elemento que rompa la continuidad.
Se crea movimiento e interés en la imagen, que es toda únicamente de tonos anaranjados y amarillos.
La ruptura puede ser de forma o cromática.
La separación de los elementos por otros distintos crea una falsa simetría que se desequilibra a los que ayuda el distinto peso de cada parte
Poner juntas distintas formas y orígenes es otro ejercicio.
Una frágil y pequeña embarcación con vela triangular frente a enormes edificios rectangulares de hormigón. Un primer plano con detalle y un fondo más difuso. En este caso es uno de los que se divide horizontalmente en dos mitades que quedan solo rotas mínimamente por la punta de la vela.
Podemos crear atrayentes vacíos en la imagen.
Muy pocos colores en la imagen, en la que los elementos crean líneas que recorre la vista y que acaban en la vacía zona central.
Una silueta frente a una superficie uniforme.
Además es un elemento vivo y en acción, que está en mismo el centro de la imagen, creando un aislamiento del sujeto respecto al resto de la foto.
Los atardeceres siempre son un espectáculo. Y más en estos días. Solo hay que salir, contemplar y disfrutar. Y hacer fotos, claro.
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