La migración ya ha arrancado
en serio y se nota en las aves que vamos encontrando. En el parque inundable La
Marjal también se nota el relevo entre las especies como podemos ver en estas
observaciones del 31 de marzo y del 4 de abril.
Los ánades azulones andan con pollitos lo que llama la atención de las gaviotas patiamarillas. Pero mamá pata es más rápida y los esconde en
la vegetación cada vez que las patis
aparecen. También en el estaque ya hay dos zampullines
comunes que esperamos aniden otro año más.
La garceta común se deja ver en las horas más tranquilas del parque en
busca de alimento, como alguna de las ranas
que croan en las orillas.
Dos ruidosas cotorras de Kramer pasan veloces
mientras que las urracas (también
bastante escandalosas) se mueven por los árboles y por el suelo. Las abubillas vuelan como enormes mariposas
o dejan escuchar su pu-pu-pu que
llena el aire junto al canto de los serines verdecillos.
Pero en el aire lo que hay son
vencejos comúnes, vencejos pálidos
(más abundantes) y, sobre todo, aviones
comunes (más de 100 ex.). También lo comparten con un grupito de 9 aviones zapadores, golondrinas comunes
y unas pocas golondrinas dáuricas. Todos
han llegado de sus cuarteles de invierno en África, fieles a la cita que tienen
con reproducirse en estas latitudes.
Mirando los árboles aparecen
también recién llegados. En unos chopos localizo 3 mosquiteros papialbos. Con ellos va otro mosquitero que no es igual
y que resulta ser un mosquitero musical
(gracias, Jana). También un papamoscas
cerrojillo se mueve por allí.
Otras aves ya están con los
nidos como dos mitos que observo con
material para confeccionarlos. Rebuscan entre el carrizo y ambos se llevan algo
en el pico y desaparecen hacia un árbol. Un macho de gorrión común canta insistentemente desde lo alto de un nido
abandonado, como si lo reclamase para él.
También el cetia ruiseñor canta desde la
vegetación. Por lo menos, hay dos marcando territorio.
Los petirrojos siguen a lo
suyo, compartiendo arbustos con las currucas
cabecinegras. En un lentisco aparece brevemente una curruca carrasqueña, también recién llegada.
Un par de conejos se pasean por allí. Uno de ellos llega hasta la orilla del
estanque y parece estar de charla con un pato.
Cuando me voy, pasa en vuelo
una libélula Sympetrun fonscolombii.
La migración está en todo su esplendor.
Es un fenómeno natural espectacular, en el que millones de aves de todos los
tamaños, cumplen con su ciclo anual de idas y venidas para reproducirse en
aquellos lugares que les aporten mejores condiciones.
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