El pasado día 5, Sergio Arroyo
y Darío Gijón observaron una agujeta escolopácea
en El Hondo. Desde entonces, se han ido sucediendo las observaciones de esa ave
por parte de otros ornitólogos.
Hoy me he acercado al Hondo y,
después de una hora y pico de espera pasada observando otras aves, ha
aparecido, en compañía de un grupo de garcetas
comunes.
Es un ave limícola que anida
en las regiones árticas del nordeste de Siberia y de Alaska y de noroeste de Canadá.
La invernada se produce en el Golfo de México, costas del Pacífico de ese país
y, en menor medida, zonas costeras de Japón y otros puntos de la región.
Esa distribución hace que su presencia en nuestra zona sea muy rara. Hasta 2018, solo había 38 citas homologadas en España, tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo, incluso en algunos puntos del interior peninsular.
►Ampliación: hay 40 citas de agujeta escolopácea (con un total de 45 aves) para la península Ibérica y Baleares y territorios del norte de África y 4 citas más (con un ave cada una) para las Islas Canarias (ver) hasta 2022.
►Ampliación: la agujeta escolopácea permanece en el mismo lugar, viéndose casi todos los días al menos hasta el 4 de noviembre (según eBird).
Además de la escolopácea,
se podían observar otras especies, como chorlitejo
grande, agachadiza común, correlimos de Temminck, pechiazul, etc. (ver
lista de eBird).
Esa herramienta hace sencillo conocer la presencia y localización de aves, lo que permite que los ornitólogos puedan observar esas especies partiendo de una información previa.
La agujeta ecolopácea es un ejemplo de una de esas aves “interesantes” para los pajareros y la ocupación del hide así lo demostraba. “¿Hay mucha gente?” me preguntaban cuando ya me iba de vuelta al coche. “Como en el camarote de los hermanos Marx” (ver), he contestado.
Pero, eso sí, siempre ha habido silencio y organización para poder disfrutar de las aves, como debe ser.
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