viernes, 30 de marzo de 2012

FRANK HURLEY




"Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito."


Desde sus comienzos, la fotografía ha servido como testigo gráfico de nuestro mundo, registrando personajes y momentos únicos, convirtiendo la imagen captada en un instante preservado del olvido.

Grandes acontecimientos han sido fotografiados y con ello han quedado plasmados indeleblemente en nuestra historia gracias a la labor (y, muchas veces también, al sacrificio y al heroísmo) de aquellos fotógrafos que unieron a su preparación y valía el hecho de estar allí, donde se desarrollaba ese momento irrepetible, a pesar de lo duro y peligroso que pudiera resultar.

Entre uno de esos fotógrafos a los que admiro está el australiano James Francis Frank Hurley. Nacido en 1885, realizó reportajes en expediciones antárticas (visitaría seis veces la Antártida entre 1911 y 1932) y fue reportero gráfico del ejército australiano en las dos guerras mundiales, siendo conocido principalmente por la excelente labor que hizo como fotógrafo en la Expedición Imperial Transantártica de Sir Ernest Shackleton, el cual publicó un anuncio en un periódico londinense con el texto que figura al principio de este artículo.

 Frank Hurley con una cámara cinematográfica en 1915.


La Expedición Imperial Transantártica
La historia de la expedición es uno de los mayores relatos de supervivencia y resolución. Su objetivo era cruzar la Antártida (casi 3000 km) contando con dos equipos. Uno iría a bordo del buque Aurora y otro en el Endurance, bajo el mando de Shackleton. La expedición comenzó en 1914 y finalizaría, de modo muy distinto al previsto, en 1917.

En enero de 1915, tras llegar a las aguas antárticas, el Endurance quedó atrapado por el hielo en el Mar de Weddell y fue arrastrado hacia el norte. A pesar de sus titánicos esfuerzos, no pudieron liberar al buque del hielo y el 27 de octubre, Shackleton dio la orden de abandonar el Endurance.

El hielo se cierra cada vez más contra el Endurance.

Sir Ernest Shackleton contempla desolado el paisaje.

El Endurance a punto de hundirse.

Los 27 hombres de la tripulación emprendieron entonces un viaje sobre el hielo hacia la isla Snow Hill cargados con alimentos, equipo y tres pesados botes salvavidas. Ante el mal estado del hielo, el 1 de noviembre tuvieron que desistir y acampar. Tras haber tenido que renovar el emplazamiento del campamento y con los víveres cada vez más escasos, el 8 de abril se partió el hielo sobre el que estaban, quedando a la deriva por lo que al día siguiente se vieron obligados a partir con los tres botes. Las temperaturas (por debajo de -30ºC), el oleaje que rompía sobre las embarcaciones abiertas y la poca comida que llevaban minó la resistencia del grupo por lo que se dirigieron hacia Isla Elefante a la que llegaron el 14, no pudiendo desembarcar hasta un día después.

Ni los perros ni el resto pueden avanzar por el estado del hielo.

 El campamento Océano, montado sobre el hielo ante el hundimiento del Endurance.

Allí establecieron un campamento usando dos de los botes y Shackleton decidió destinar el restante (el James Caird) para tratar de alcanzar la Isla Georgia del Sur, lo que suponía un viaje de 1.300 km y pedir allí el rescate de los quedaban en Isla Elefante. Con víveres para cuatro semanas, los seis tripulantes partieron el 24 de abril de 1916 y viajaron en un bote abierto de 6,85 metros de eslora, atravesando uno de los peores mares del mundo. De hecho, Shackleton dijo que en sus 26 años anteriores de marino nunca había visto olas como aquellas. El 8 de mayo, completamente extenuados, desembarcaban en Georgia del Sur, quedándoles todavía la hazaña de  cruzar a pie la isla por un territorio congelado e inexplorado hasta alcanzar una estación ballenera, donde pudieron ser auxiliados.

Tras cuatro intentos, el 30 de agosto de 1916, los miembros de la expedición que aún seguían en Isla Elefante fueron rescatados.

Todos los componentes del grupo sobrevivieron.


Las fotografías y el fotógrafo
El hecho de que estos épicos hechos llegaran al público se debe a Frank Hurley. El fotógrafo de la Transantártica iba equipado con varias cámaras de cine y fotografía, y sus imágenes han permitido que podamos ser testigos en primera línea de todo lo que ocurrió en esos meses sobre el hielo. Pero fue su entrega (la misma que mostró toda la expedición) la que consiguió fotografías únicas.

Frank Hurley fotografiando el Endurance aprisionado por el hielo en 1915.

Worsley, otro expedicionario, escribía de él: “Hurley es una maravilla. Con alegres blasfemias australianas vaga sólo por todas partes, por los lugares más peligrosos y resbaladizos que encuentra, contento y feliz siempre, pero lanzando tacos si consigue hacer una foto buena o nueva.”

El 17 de agosto de 1915, cuando el Endurance estaba aprisionado irremisiblemente por el hielo, decidió hacer una foto nocturna del buque (tened en cuenta que ese mes corresponde al invierno polar austral, con oscuridad las 24 horas del día), cuando el termómetro marcaba por debajo de los 30 grados negativos, y para ello colocó una veintena de lámparas de magnesio alrededor. “Casi cegado por los destellos, me perdí entre los montículos, golpeándome los tobillos contra cantos de hielo y hundiendo los pies en charcos helados” anotó en su diario.

Cuando el buque se hundía, partido por la presión del hielo, hizo un nuevo intento para rescatar su material. En especial quería recuperar los negativos: “Se encontraban bajo un metro de hielo más o menos blando; me desnudé de cintura para arriba, me zambullí debajo del hielo y los saqué” añadió en su diario.

No dudó en hacer algunos montajes y “preparar” fotografías para conseguir un mayor efecto estético y propagandístico. Y no sólo durante las guerras en las que estuvo como fotógrafo y capitán honorario del Ejército. Ya usó este tipo de fotos en la expedición (más bien, al finalizar ésta) cuando en una imagen en la que se recogía la partida del James Caird hacia la isla de Georgia del Sur para buscar ayuda, eliminó ese bote y colocó otro del tipo “salvavidas” para simular que era el momento en que los expedicionarios que quedaron en Isla Elefante iban a ser rescatados y así disponer de una foto “perfecta” para cerrar las conferencias de la expedición. Desgraciadamente, el original quedó dañado irremediablemente por lo que sólo disponemos de la “copia”.

Casado con una cantante de ópera francoespañola pasó mucho tiempo fuera del hogar. Acabada la segunda guerra mundial, regresó definitivamente a su país, donde no paró de hacer reportajes. Un día, cuando contaba ya con 86 años volvió a su casa de forma temprana, cargado con su pesado equipo fotográfico. Al decirle a su esposa que se encontraba mal, ésta se alarmó. Era la primera vez. Hurley se puso su bata y se sentó en su sofá favorito. Rechazó bruscamente al médico y, al mediodía del día siguiente, falleció.

Kodak nº 3 un modelo de cámara que usó Frank Hurley.

Podemos disfrutar de las imágenes que Hurley obtuvo de la Transantártica de Shackleton tanto en cine como en fotografía. Es especialmente recomendable el libro de Caroline Alexander “Atrapados en el hielo” (editado por Planeta Booket) en el que aparecen muchas de esas fotos y un detallado relato de todo lo acontecido en la expedición. Es un legado que une el arte con un acto de heroísmo irrepetible, mediante el trabajo de Frank Hurley con sus cámaras, en uno de los lugares más desolados y salvajes de la Tierra.

La foto quizás más conocida del Endurance.


Todas las fotografías anteriores (transparencias Paget en color) son de Frank Hurley y de libre uso, propiedad de la State Library of New South Wales, excepto la de la Kodak nº 3, que es mía, tanto la cámara como la foto.


Más información:
Además del libro anteriormente citado, hay mucha información en esta web http://www.kodak.com/US/en/corp/features/endurance/

lunes, 26 de marzo de 2012

PRIMAVERA




Dice la tradición que la primavera da comienzo el 21 de marzo. Pues no es exactamente así: este año ha comenzado a las 6 horas y 14 minutos (hora peninsular) del día 20. A efectos prácticos nos viene dando lo mismo pero lo importante es que ya ha llegado.

Precedida y anunciada por la arribada de no pocas aves migratorias y de los primeros conatos alérgicos, va inundando los días de horas de sol, del orden de unos tres minutos cada día, hasta que llegue el solsticio de verano, que bajo la forma de fiestas de San Juan convirtió su aspecto pagano al religioso oficial.

Un par de eclipses nos quedarán fuera de nuestros ojos, a no ser que podamos irnos a Asia, Oceanía o América. Eso sí, podemos ver (y muy bien) a algunos de esos planetas que nos acompañan como Júpiter, Venus, Marte y Saturno.

Tendremos tres veces la oportunidad de ver la Luna llena: el 6 de Abril, el 6 de Mayo y el 4 de Junio. Siempre es una gozada verla con esa curiosa coincidencia de tamaño que tiene con el Sol ¿os habíais dado cuenta? A pesar de ser 400 veces más pequeña que el Sol, la distancia que separa la Tierra de la Luna hace que ésta parezca del mismo tamaño que el Sol. Y, además, sólo tenemos un astro predominante por el día y otro por la noche, cuando dentro del Sistema Solar todos los planetas (a excepción de Mercurio y Venus, que no tienen ninguno, y el nuestro) tienen más de uno, incluyendo a los dos gigantes (Júpiter y Saturno) ambos con más de 60 “lunas”.


Recordemos que primavera viene de prima (primer) y vera (verdor) por lo que se nos presentan buena oportunidades para hacer algunas fotos y disfrutar de campos y montañas. Venga, a aprovecharla.

jueves, 22 de marzo de 2012

LA SILENE DE IFAC


Hoy toca bajar la mirada al suelo y fijarnos en una pequeña y preciosa planta que recibe su nombre de un llamativo hito geográfico de nuestras costas y de donde desapareció por la rapiña de coleccionistas y la indiferencia de los demás.


Al borde de la extinción
Se trata de una especie de la que se llegó a creer que ya se había extinguido. Años después se contaban sólo poco más de una veintena de ejemplares en todo el planeta y localizada únicamente en escasísimos puntos del litoral norte de Alicante e Ibiza. Su situación sigue siendo muy delicada.

Hablamos de la Silene hifacensis, una planta perenne, que ocupa pequeñas fisuras en las rocas de unos pocos acantilados marinos secos. Tiene una altura de entre 20 y 50 cm. Como hemos dicho, es un endemismo localizado en ciertos puntos concretos de la costa norte de Alicante y de Ibiza, de hecho, el nombre en latín de la especie -hifacensis- deriva del Peñón de Ifach y de ahí viene su nombre castellano (Silene de Ifach) al ser descrita allí por primera vez en 1883 por el botánico francés Georges Rouy. En valenciano se le conoce como Esclafidora major o rosada y como Colletja de roca de La Marina.


 Silene de Ifac, creciendo entre las rocas. 


Florece entre los meses de Marzo y Junio (casi siempre, Abril), mostrando flores rosadas, algunas veces blancas. Ocupa un lugar destacado en lo referente a la conservación de especies vegetales, ya que fue incluida como especie a proteger en 1984. A principios del siglo XX, se consideraba como extinguida, encontrándose algunos ejemplares años después, pero que apenas llegan a los 20-25 en Alicante a finales de ese siglo. En la actualidad, después de intensificar la búsqueda de nuevos ejemplares y de algunas reintroducciones, puede estimarse en algo más de 150 las plantas existentes.


 Detalle de la flor de la Silene hifacensis. Variedad de flor blanca.


 Hábitat “tipo” de la Silene.



Protección legal
Está incluida en el Anexo II de la Directiva Hábitats (Directiva 92/43/CEE de 21 de Mayo de 1992), por la cual se declara como una "especie estrictamente protegida" y "por la que los gobiernos de la Unión Europea deben crear reservas y medidas que aseguren su supervivencia" y “es necesario designar zonas especiales de conservación” y “una protección estricta”.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la considera “En Peligro Crítico” (el mayor grado de amenaza) y figura en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas como “Especie de Interés Especial” y en la legislación de la Comunidad Valenciana como “Especie de Protección Estricta”.

El Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenazada la incluye en la categoría
de “En Peligro de extinción” y es la única especie que tiene un plan de recuperación aprobado.


 José B. Ruiz y Alfonso Lario fotografiando un ejemplar de Silene hifancensis.

 
Elías Gomis, Jaume X. Soler, Danko, Raúl González y Antonio Hurtado tras una sesión de fotografía de esta joya botánica.



Futuro
El futuro de la especie se basa en la aplicación de estas normativas, de la conservación de las poblaciones existentes y de la reintroducción en aquellos lugares de los que se extinguió, si las causas de su desaparición ya no existen.

Pasa también por conocer mejor a esta planta y saber el porqué de su bajo número. La escasez de ejemplares y la falta de “comunicación” entre las pequeñas agrupaciones en las que se localiza, empobrece la genética de la especie

La recolección es ilegal pero ocurre, a veces por ignorancia o por coleccionismo.

Algunas vías de escalada pueden afectar a ejemplares.

La reintroducción se está llevando a cabo en aquellos puntos que se presentan más óptimos para el desarrollo de la planta y que ofrezcan garantías como es el caso del Parc Natural de Serra Gelada y algunos acantilados de Teulada. También en el lugar en que fue descrita, el Peñón de Ifac.


 Silene de Ifac, variedad de flor blanca.


Pero todo su futuro tiene que pasar por el hecho de que seamos capaces de comprender el valor que tiene nuestra fauna, flora y paisaje, un valor que como en este caso, es único en el mundo y que hemos estado a punto de perder… para siempre.


►►Actualización: el 28 de Enero de 2013 se produjo un incendio forestal en el Morro de Toix que afectó completamente a uno de los pocos emplazamientos de esta especie (ver) y (ver).



Agradecimientos:
El autor quiere agradecer a Jaume X. Soler y a Antonio Hurtado el habernos mostrado algunas de las Silenes de Teulada-Moraira y otras especies vegetales no menos interesantes y su labor a favor de la conservación de la riqueza biológica de La Marina Alta. A Raúl González por ese y otros mucho ratos de ver bichos y dedicados a los ordenadores e internet y a “Danko” por alegrarnos el camino con sus carreras cuadrúpedas de buen can.

También a Alfonso Lario y José B. Ruiz, con los que disfruté de otra buena mañana de campo más y con los que obtuve algunas imágenes de esta joya biológica.


Más información: 

  • “Plantas de interés de Teulada”. Jaume X. Soler, Lluis Serra, Antonio Hurtado y Marisa Bertomeu. Ayuntamiento de Teulada, 2009.
  • “Flora endémica, rara o amenazada de la Comunidad Valenciana”. Emilio Laguna et al. Conselleria de Medi Ambient, Generalitat Valenciana, 1998.

Fotos: abril 2007 y abril 2009.

viernes, 16 de marzo de 2012

LAS TORRES DE LA HUERTA DE ALICANTE




La Huerta de Alicante
La desaparecida Huerta de Alicante ocupaba un área que en la actualidad comprende, aporximadamente, parte de los términos municipales de Alicante, Sant Joan, Mutxamel y El Campello, pero especialmente se refiere a zonas conjuntas en las partidas de La Condomina, Benimagrell, Tángel y El Palamó. Regada por un sistema de acequias que transportaban el agua del Río Monnegre y del Pantano de Tibi (el más antiguo de Europa aún en funcionamiento), desde muy antiguo era famosa por la calidad de sus productos agrícolas y, en especial, por sus vinos, entre los que se encontraba el famoso fondillón, un vino dulce elaborado con la variedad monastrell y que tuvo un enorme auge en el siglo XV (en “El Conde de Montecristo”, de Alejandro Dumas, se habla de su excelente valoración), llegando casi a desaparecer a principios del XX de no haber sido por los esfuerzos de algunos viticultores alicantinos. El resto de vinos producidos en esta zona también tuvo su fama aunque más local, basados en uvas garnacha tintorera, valensí negre y la ya citada monastrell. La llegada de la plaga de la filoxera en los primeros años del siglo XX destruyó las viñas y acabó prácticamente con todo el negocio vinícola. En la actualidad, ya no se produce ningún vino, siendo elaborado el fondillón en bodegas de Pinoso, Monóvar y  Algueña.

La zona de la Huerta de Alicante ya muestra indicios claros de ocupación humana desde hace siglos. El yacimiento de Lucentum y el cercano del Cerro de las Balsas, así como otros en la Serra Grossa, confirman las diversas culturas que han ido transitando por aquí. Fenicios, íberos, romanos, árabes… pasaron por aquí y establecieron asentamientos de mayor o menor importancia o duración como los citados.

Poco a poco, la Huerta de Alicante fue siendo ocupada por construcciones para hogar de los propietarios de las fincas agrícolas. Y cuando esas tareas se encontraban en pleno rendimiento surgió un problema que llegó del mar: los piratas.


Piratas del Mediterráneo
En el siglo XVI, los piratas berberiscos encontraban aquí un buen lugar para sus fechorías. Las viviendas estaban dispersas y mal defendidas. Sus ocupantes eran una presa fácil que pronto se verían capturados y convertidos en esclavos y que, con suerte, podrían ser liberados a cambio de una suma de dinero. Antes ya habían ocurrido estos hechos pero es en ese siglo cuando los ataques son más intensos. Las playas de La Albufereta y de San Juan eran lugares idóneos para desembarcar y atacar las viviendas y poblaciones cercanas. Uno de los piratas que más castigaron esta zona fue el turco Dragut, quien en dos ocasiones realizó fuertes ataques con centenares de piratas. Su última incursión la realizó en 1557 con un desembarco de la flota pirata en la playa de La Albufereta, haciéndose fuerte durante un tiempo en la Serra Grossa y en el Tossal de Manises.

La resistencia que ofrecían los habitantes de la huerta ante estas incursiones era muy débil, hasta que se crearon unas milicias cuyos gastos eran sufragados por los vecinos y que proporcionaron una significativa fuerza de defensa contra los berberiscos.

Ante esa situación de inseguridad, se inicia la construcción de una serie de torres de defensa en la costa y en zonas del interior como la Huerta de Alicante. Las primeras irían levantándose en cabos y promontorios costeros y las segundas se dividirían en dos tipos: las construidas en núcleos urbanos (a veces utilizadas como campanarios) y las que se encontraban adosadas a fincas agrícolas. Sobre éstas trata principalmente el presente artículo.

 
 Torre de la Huerta con construcción adosada (Torre Sarrió). Planta cuadrada, como todas las de la Huerta de Alicante.

 Torre de costa: Torre de Reixes o de Aigües, por la noche. Se puede comprobar su planta circular.

 
Torre de  San José, elemento defensivo de la fortificación de la Isla de Nueva Tabarca. No forma parte de las torres de la huerta y se construyó a finales del siglo XVIII para servir de fortín. En la actualidad está siendo rehabilitada para su uso por la Guardia Civil tras haber sido cuartel de carabineros, cárcel, cuartel…


Las torres de la Huerta
Alrededor de treinta torres defensivas se encuentran dentro de la zona de la Huerta de Alicante. Mejor dicho: se encontraban, porque algunas han desaparecido como resultado del abandono y el desinterés. Su construcción se inició en el siglo XVI y continuó hasta el XVII, mostrando características comunes a todas y otras que las hacen distintas en función de la época concreta en que se levantaron.

La torre “tipo” podría ser una construcción de planta cuadrada (contrariamente a las de costa, de planta circular) hecha con mampostería o sillares de piedra de la Serra Grossa o San Julián, que parte de un semisótano y que puede tener de dos a cuatro plantas, a las que se accede por una escalera de caracol. La terraza es accesible y puede tener elementos constructivos defensivos como almenas. La puerta de acceso es pequeña para facilitar su trabamiento y defensa y no hay ventanas, sólo aspilleras para defenderse. Como hemos dicho, a la torre se adosa la vivienda a defender. Según su construcción y aspecto podemos diferenciarlas:
  • Las más antiguas (principios siglo XVI) se erigieron con muros rectos de mampostería reforzados en las esquina con sillares
  • Las de la segunda mitad el siglo XVI, muestran un talud en su base y están hechas con sillarejos rematados en las esquinas con sillares.
  • Las del siglo XVII están muy bien acabadas, con sillares mejor elaborados y remates como cornisas.  


Los años pasados han modificado su aspecto, incorporando sus posteriores propietarios ventanas, balcones y otros elementos extraños a la construcción original.

 Torre Sarrió. El talud de la base y sus muros de sillares muestran que data de la segunda mitad del siglo XVI.

 
La misma torre: detalle en el muro SW. Los agujeros bien pudieran ser debidos a los impactos de algún fusilamiento.

 
Seguimos con la Torre Sarrió: inscripción  “PERE HO...IS 1594” (probablemente “Pere Llopis 1594”) en un sillar. Probable fecha de finalización de la construcción.

Algunas torres
No pretendo hacer un resumen exhaustivo sino una aproximación a este patrimonio histórico y cultural por lo que sólo muestro en esta ocasión unas cuantas de estas torres. Unas están mejor conservadas que otras, algunas esperan un uso de carácter público, otras están “atrapadas” en propiedades privadas y hasta las hay acosadas por el furor urbanístico.

 Torre Santiago. En 1982 la torre estaba prácticamente destruida, conservándose tan sólo tres de las esquinas de sillería hasta la primera planta. Fue levantada de nuevo, por lo que sus elementos es posible que no sean todos originales.

 
Torre de Las Águilas. Foto hecha desde el aparcamiento de un supermercado.

 
Torre de la Mitja Lliura, ubicada en una finca privada que fue granja.

 
Torre Juana.

 
Torre La Cadena. Cuenta con un reloj de sol.

 
Torre de Rejas. Incorporada a un restaurante. Sus muros tienen 1,20 m de espesor.

 
Torre  Castillo (también llamada de García (por sus últimos propietarios), de Ansaldo o de Amauro), incorporada igualmente a un restaurante. Las almenas son añadidas hacia 1960.

 
Torre Boter. En las inmediaciones hay una pequeña ermita.

Protección y futuro
El Ayuntamiento de Alicante incluye 23 torres en su catálogo de Bienes de Interés Cultural, aunque algunas de ellas no son torres de la huerta, como el caso de la Torre de San José de la isla de Tabarca o algunas de las que no queda mucho más que unos pocos restos como en la torre de Alcodre (sobre la que se levanta el actual faro del Cabo de las Huertas ver) o la de Agua Amarga.

Una vez más debemos dudar hasta qué punto son efectivas (parece que son más bien ineficaces) estas figuras de protección al observar el deterioro incesante de no pocas torres, restos de nuestro pasado y de nuestra historia. Dejo como pruebas las siguientes torres.

 
 
Torre Plàcia. No se han respetado la ley: el cerramiento de la urbanización debería haber dejado un espacio de 50 m alrededor de la torre pero sólo se han dejado 20 centímetros.

 
Torre Ferrer, también acosada por las construcciones.

 
 
Torre Conde. Sobre el año 1990 comienza el expolio de piezas, tras haberse producido pocos años antes el abandono de la torre y las construcciones anexas. Se derribaron incluso los arcos de las bóvedas (aunque no pudieron ser robados y en la actualidad están tirados por el suelo) y se llegó a horadar la torre para su caída. En 2006 se asegura la estabilidad de la torre.

  

Torre Ciprés. En estado ruinoso. La casa adjunta se derribó en la década de los setenta y el arco de sillería que tenía fue robado en 2004. En las inmediaciones hay una ermita cuya construcción está datada en 1684, en estado igualmente ruinoso. Recientemente ambas construcciones han sido acordonadas por los bomberos ante su peligrosidad. No tardarán en desaparecer si los responsables no hacen algo.

 
Interior de la Torre Ciprés.

 
 
Interior de la ermita de la Torre Ciprés. No hacen falta comentarios.


 
Fotos: Marzo 2012

Más información:
Muy recomendable la magnífica información de Antonio Campos expuesta en http://www.alicantevivo.org/2010/08/casas-y-torres-de-la-huerta-1.html
También Ola 18, la revista del IES Playa San Juan, recoge datos de mi amigo Alfredo Campello http://proyectola18.blogspot.com/
Para identificar rápidamente las torres alicantinas con imágenes viene bien este documento http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/20719/1/00_Peptha_IndiceTorres.pdf

sábado, 10 de marzo de 2012

CENSANDO AVES: PAJARITOS POR AQUÍ, PAJARITOS POR ALLÍ



Las aves son consideradas como biondicadores de la calidad de un territorio. Su presencia o ausencia y la evolución de sus poblaciones muestran cómo es un lugar y cómo está siendo afectado su medio ambiente. Esto es debido a que las aves son el grupo animal presente en todos los continentes e incluso en los lugares más extremos del planeta. Además son seres que tienen una gran diversidad de fuentes de alimento y la mitad de ellos realizan desplazamientos migratorios, lo que les supone también se vean afectados por cambios no sólo en su lugar habitual de residencia sino en el de sus destinos y en los puntos de descanso.


Con mi buen amigo Alfonso censando buitres en el Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega (Segovia). Foto: Raúl González.

Para saber qué especies de aves tenemos y cuál es la evolución de sus poblaciones se realizan varios tipos de seguimientos de aves. Uno de ellos es el basado en hacer transectos, en los que durante un recorrido prefijado los ornitólogos voluntarios detectan las especies de aves presentes y su número. 

En esta técnica se basa el SACRE (Seguimiento de Aves Reproductoras en España ) que organiza la Sociedad Española de Ornitología y que comenzó en 1997 a extenderse por todo  el país. Cada año varios cientos de ornitólogos censan aves en esta actividad de carácter científico y, a la vez, lúdica y altruista. Son 142 las especies sobre las que se centra la atención de los SACRE, ya que por las características de esta modalidad de censos no se puede aplicar para aves marinas, especies de cría en colonias, rapaces, etc.

Mapa de las cuadrículas cubiertas para el Programa SACRE. Imagen de SEO/BirdLife.

Yo llevo ya 10 años cubriendo la cuadrícula UTM YH36 (10x10 km), considerada como “región Este”, y contribuyendo (con mi modesta ayuda) a conocer mejor a nuestras aves y, por tanto, para saber cuál es la evolución medioambiental de esa zona geográfica y del país.

Mi cuadrícula. Imagen de SEO/BirdLife.

89 especies y más de 13.000 aves
A grandes rasgos consiste en diseñar un recorrido de unos 20 km dentro de esa cuadrícula. Cada kilómetro, aproximadamente, se anotan todas las especies de aves (vistas o escuchadas) durante 5 minutos en dos franjas: a más o a menos de 25 m. Esto se hace una vez al principio de la época reproductora y otra a mediados-finales. Hay que repetir el mismo itinerario y las mismas condiciones cada año para así poder contar con una información fiable. En el periodo 2002-2010 he detectado en mi cuadrícula 89 especies distintas y más de 13.000 ejemplares. También “aprovecho” la cuadrícula para otros seguimientos (aves invernantes, especies nocturnas, atlas…) por lo que la conozco suficientemente bien.

Abubilla, una especie cuya población se considera “estable” para el territorio nacional y “en declive moderado” en el este de la península.


Urraca, una especie cuya población se considera “estable” para el territorio nacional y “en incremento moderado” en el este de la península.


Alcaudón meridional, especie considerada “en declive moderado” para el territorio nacional y para el este la península.


Mochuelo europeo, especie considerada “en declive moderado” para el territorio nacional y para el este la península.

Es una tarea que requiere tiempo para poder alcanzar un aceptable nivel de certeza sobre cuál es la evolución de las poblaciones de aves pero ya está empezando a generar conclusiones importantes. Desgraciadamente, no son muy alentadoras.


En la última década no se ha conseguido frenar la pérdida de la biodiversidad
Según el informe “Estado de conservación de las aves de España. 2010” publicado por SEO/BirdLife, “un 23% de los taxones de aves presentes en España con regularidad tiene un elevado riesgo de extinción, otro 23% de las aves comunes presenta una tendencia negativa y un 74% de las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves (IBA, del inglés Important Bird Areas) muestra una tendencia o un estado de conservación desfavorable”.

De acuerdo a los datos obtenidos por los programas de seguimiento (el SACRE es de los más extendidos e importantes) el 20% de las especies tiene una tendencia negativa, la mayoría de ellas, relacionada con los medios agrícolas.

De otros censos y seguimientos se llega a otras conclusiones preocupantes en el citado informe:
  • 8 de los 16 taxones considerados como “en peligro crítico de extinción” corresponden a aves acuáticas, de acuerdo a los resultados de los censos realizados en 3.000 humedales españoles.
  • El 67% de las especies de aves esteparias se encuentran dentro de algún grado de amenaza.
  • Las aves marinas también muestran un deficiente estado de conservación.



Cerceta pardilla, especie catalogada como “en peligro crítico”.

Con estos datos y recordando que las aves son biondicadores de calidad ambiental, podemos hacernos fácilmente una idea del desastroso estado y evolución de nuestro medio ambiente.


Más info sobre el SACRE y otros programas de seguimiento en http://www.seguimientodeaves.org